Un Cruel Malentendido

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Aquella pobre niña de cabello azul gritaba desesperada, agitaba los brazos y arañaba la tierra en un intento inútil por defenderse y evitar que hypno se la llevara. El pokémon la tenía cogida del cabello y la llevaba arrastrando si mayores cuidados. Un pequeño niño miraba la escena llorando y arrojándole piedras al siniestro pokémon incapaz de hacer otra cosa, el ser amarillo fastidiado le lanzó una mirada perversa y sus ojos brillaron como bengalas, el cuerpo del pequeño se elevó en el aire rodeado de un aura Calipso y comenzó a sentir una presión que le impedía respirar. De pronto una gran llama rodeó a hypno quemándolo, este liberó al pequeño quien cayó al suelo golpeándose la cabeza, se escuchó una explosión y dos figuras adultas aparecieron, un hombre y una mujer, además de un vaporen que llegó a ayudar al flareon quien daba una dura pelea contra hypno. Los ojos del pequeñuelo comenzaron a nublarse, era muy poco lo que podía ver de la dura batalla que estaban librando los dos adultos por rescatar a la niña, entonces sus ojos se cerraron y ya no pudo ver más.

Era triste pero este era el recuerdo más nítido y antiguo que Gray guardaba en su memoria, curiosamente no sabía que lo tenía, sólo al forzar su mente este afloró, atribuyó a esta memoria el miedo que le tenía a los hypno. Antes de ese suceso, no había nada en su cabeza, ni siquiera podía recordar como lucía el rostro de sus padres, sólo imágenes borrosas inundaban su mente. 

Lo que mejor podía recordar eran las sensaciones, sabía que su madre era cálida y pacífica y su padre alguien muy divertido y energético pero más detalles no habían. Ni siquiera sabía quién era la pequeña de pelo azul a quien hypno se estaba llevando, probablemente alguna amiga cualquiera con la que tal vez jugaría de pequeño, tampoco sabía cuál había sido su destino, lamentablemente luego de ese incidente quedó en Shock y se perdió del mundo, no habían recuerdos en su mente de lo que sucedió después, hasta que estuvo frente al orfanato de ciudad Crepúsculo tomado de la mano de un señor barbón, ese era su segundo recuerdo nítido más antiguo.

Ahora que estaba por retornar al lugar que había nacido, intentaba forzar su memoria y extraer algo de su pasado, sería un tanto triste llegar a ciudad Solar y no saber nada de nada. De todos modos tampoco era un tema que lo obsesionara, se tomaba las cosas con calma, si no tenía recuerdos no era mucho lo que podía hacer.

El grupo de muchachos estaba tomando un descanso y preparando el campamento para pasar la noche allí, era un lugar bonito, un bosque de pinos verdes y saludables cerca de una hermosa cascada pequeña, junto a la cual crecían variados tipos de hierbas e incluso una que otra flor. Era un buen día para ser invierno, estaba nublado pero sin rastros de una posible lluvia, fue por estas razones que decidieron pasar el día allí descansando, no tenían demasiada prisa por llegar a su destino, les bastaba con llegar a ciudad Solar el día antes del festival y tenían tiempo de sobra.

Era un día normal y tranquilo, los pokémon jugaban o descansaban cerca de los chicos, Gray y Geralt estaban armando la carpa, Shell había ido a lavar algo de ropa y July, como la cocinera oficial se encargaba de preparar el almuerzo siendo ayudada por Carmín, esta última mostraba un rostro algo apagado, había estado así desde que había presenciado aquella escena en la que Gray le entregaba un colgante a Shell, equivocadamente había interpretado eso como que aquellos muchachos habían iniciado una relación sentimental. Creyéndose rechazada, había preferido guardar sus sentimientos, no sabía o más bien no recordaba que ella misma se había declarado a Gray y este la había aceptado, si tan solo supiera la verdad.

Los demás le habían preguntado qué le pasaba y ella tratando de ocultar la causa de su pena, se limitaba a decir que estaba algo preocupada por sus estudios, este viaje la había retrasado, debía empezar el curso anti maldiciones que tanto le habría servido en pueblo Estrella. Trataban de animarla argumentando que el maestro Riku no tendría problemas en hacerle clases particulares para ponerla al día, Carmín sólo contestaba a esto con una sonrisa forzada que no lograba convencer a nadie, aún así, no sospechaban la causa de su pena, pues ya todos sabían sobre los sentimientos de Gray hacia Carmín.

Pokemon la Región ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora