Aprendiendo Música

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Era un día frío y nublado, el otoño se hacía sentir en el ambiente, las hojas de los árboles junto con los deerling habían adquirido los colores de la estación, esto hacía a Gray ponerse algo melancólico y pensativo ¿Cuánto tiempo hacía que había abandonado ciudad crepúsculo? Era el final del verano cuando se fue  y tantas cosas habían pasado en ese poco tiempo. Había puesto su vida en peligro por lo menos unas  cuatro veces y tenía el presentimiento de que aún faltaba mucho más, pero fuera lo que fuera que le esperara, iba a enfrentar el provenir con valor y decisión.

 Finalmente, en la tarde de ese día llegaron a la cabaña donde vivía la artesana. Era una casita modesta pero espaciosa, la rodeaba una huerta pequeña con un cerco, habían algunos cordeles con ropa secándose, leña apiñada y un tocón de un árbol para cortarla. Tocaron a la puerta y les abrió un muchacho de más o menos la edad de Shell, tenía el cabello azul, largo, trenzado, rostro con bastantes pecas y una mirada traviesa.

 -¡Shell! ¡Cuánto tiempo sin verte! ¡Dios cada día estás más hermosa! -La abrazó con alegría- ¿Y esa de allí es Carmín? ¡Cada día estás más enana!

-¡Cállate Geralt! -El muchacho lanzó una carcajada, luego posó sus ojos en Gray.

-Umm... A ti no te conozco.

-¡Ah sí! déjenme presentarlos -dijo Shell- Geralt él es Gray,  es un forastero y nos está ayudando con algunos asuntos. Gray, él es Geralt, es el hijo de la artesana, también es un aprendiz de artesano, además de ser mi ex novio y mejor amigo.

 De pronto, un par de enormes manos se posaron en los hombros de Gray, con un fuerte movimiento le dieron la vuelta y terminó cara a cara frente al dueño de aquellas manos. Si Gray era alto, este hombre era muy alto, además de fornido, su cuerpo era muy musculoso y su espalda ancha, llevaba la cabeza rapada, usaba una barba corta que le rodeaba la boca en el llamado estilo candado, sus facciones eran algo cuadradas y su aspecto intimidante. Pero a pesar de su apariencia feroz, era un tipo blando como un flan, cosa que pronto descubriría.

 -Cielos cielos, chico alto, flaco como un palo, pálido como un espectro, cabello gris, ojos negros y expresión de vago ¡Definitivamente tú debes ser Gray!

-..... (¬¬)

-Bien bien, entra entra, tenemos mucho que hacer, por favor pasen pasen, los pokémon también, vaya que umbreon tan bonito, pasen pasen, un pikachu negro, tienes pokémon muy raros, pasa, vamos entra.

 A Shell y a Carmín no les llamó nada la atención este hombre, ya lo conocían, era el padre de Geralt, el señor Braum, quien a pesar de su aspecto fornido que sugeriría alguna profesión como militar, constructor, o leñador, era un sensible profesor de música.

 -Es bueno verlo de nuevo Señor Braum -dijo Carmín- ¿La maestra Clover no está por aquí? Nuestra visita es para hablar un asunto importante con ella.

-Si si, nos llegó un pidgey mensajero avisando que vendrían. Lamentablemente mi esposa no se encuentra ahora, fue a la montaña a buscar algunos minerales para sus trabajos, debería volver pasado mañana.

-¿Fue a la montaña sola? –preguntó Gray.

-Si, es una mujer muy independiente, pero no hay de qué preocuparse, tiene a su aggron y su steelix, con ella, además siempre va a buscar piedras preciosas a la montaña.

-¿Hay piedras preciosas en la montaña?

-Si, hay diamantes, esmeraldas, rubís y zafiros -Gray puso cara de sorpresa- ¿Te llama la atención tanta variedad de piedras? Es que las piedras de la montaña no vienen de una mina precisamente, vienen de los sableye. Esos son unos pokémon interesantes, se alimentan de rocas y su metabolismo convierte estas rocas en piedras preciosas que afloran en su piel, se les caen continuamente y quedan regadas por la montaña. Mi mujer las utiliza como material para fabricar sus artefactos.

Pokemon la Región ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora