Chandelure

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Decidida, Shun lee atravesó la puerta que llevaba al cuarto prohibido y lo que vio, la dejó impresionada. 

Era una habitación  grande, iluminada por una lámpara de araña que emitía un siniestro resplandor azul, carecía de muebles, lo único que había ahí era una enorme piedra redonda y plana en el centro, rodeada de un círculo de  más piedras pequeñas y redondas, era un altar idéntico al que habían visto en la aventura del kangaskhan. En el centro de la gran piedra plana había un litwick de aspecto enfermo, otros litwicks flotaban cerca de la piedra en fila, cada uno llevaba consigo un alma y entre ellas, Shun lee pudo reconocer el alma de su entrenador.

 En la habitación, había también un hombre de cabello verde, cejas gruesas, nariz prominente y expresión dura, al parecer él estaba controlando a los litwicks pues ordenó:

 -Que venga el siguiente.

 Tras pronunciarse estas palabras, el primer litwick de la fila flotó y se puso encima del enfermo litwick del centro de la piedra y soltó el alma encima de su flama, el fuego ardió un instante mientras el alma se retorcía hasta desvanecerse. La energía liberada por el alma que se calcinaba no era consumida por el pokémon, más bien se elevaba hasta el techo y se iba a quien sabe dónde. 

Shun lee miraba la escena sin comprender nada, los litwicks no hacen esa clase de cosas, ellos no mataban gente ni pokémon, esperaban a que murieran naturalmente para consumir la energía que liberaban. Pero lo más extraño, es que el litwick que realizaba la quema no consumía ni un poco de la energía del alma, de hecho la criatura parecía estar muriendo de hambre ¿Hacía cuanto que no comía?

 -Siguiente -se escuchó la profunda voz del hombre.

 La shuppet dio un salto de terror, la próxima alma en ser quemada era el alma de Gray, así que sin esperar un segundo más, se lanzó en picado contra el litwick y le arrebató la esfera plateada.

 -¿Shun eres tú? -Dijo el orbe de luz.- Me alegro mucho de que estés aquí, tenía mucho miedo ¡Eres la mejor!

 Shun lee puso una sonrisa incómoda, un alma fuera de su cuerpo es absolutamente espontánea, no tiene ninguna de las ataduras impuestas por la crianza o las normas sociales. Al parecer el alma de Gray era del tipo amable, alegre y amistosa.

 -¿Qué significa esta intrusa? -Dijo el hombre de cabellos verdes- Está interfiriendo con la recolección de energía.

 Justo en ese momento el príncipe finalmente tomó una desición,  aunque no debía, ingresó en el cuarto, ya tendría tiempo de pedir disculpas a su madre, de momento le preocupaba más la shuppet. Al entrar quedó mudo de sorpresa al ver al hombre, no lo conocía, ni siquiera sabía que había un humano viviendo en la mansión.

 -¡Ah! Otro lacayo. Bien, elimina a esa alimaña -dijo apuntando a la Shuppet.

 Pero lampent no iba a obedecer a un humano cualquiera, no le tenía ni estima ni respeto a la especie, para él sólo eran un fuente de energía para consumir, así que en vez de atacar a Shun lee utilizó lanzallamas contra él. El hombre lo esquivó por poco, aunque el hombro de su ropa quedó algo chamuscado.

-¡Bastardo! Me las pagarás, litwicks atáquenlo.

 Los litwicks no se movían, sólo temblaban en sus sitios, ninguno de ellos tenía las agallas de enfrentarse al príncipe, ni siquiera cuando se veía lastimado (recuerden que él y Shun lee quedaron bastante debilitados luego de su batalla).

 -Son todos unos inútiles. Bien, ya que me ponen las cosas difíciles, yo también se las complicaré a ustedes ¡Chandelure ven acá!

 En el techo de la habitación, el fuego de la lámpara de araña creció emitiendo una potente luz, luego comenzó a bajar revelando su identidad, no era una lámpara, era un Chandelure.

Pokemon la Región ZeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora