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Aunque su cerebro le recuerda que no sirve que esté intentando escapar, ya que, está inmovilizado por completo, de todas manera intenta hacerlo; moviendo la cabeza de un lado a otro, como si aquello hiciera alguna diferencia a su situación actual.

Deja de luchar cuando sus extremidades comienzan a doler por estar demasiado quieto, en una sola posición; respira con profundidad y se da cuenta de que lo único que ha conseguido en su desesperación por liberarse ha sido sudar, ahora tiene sed. Y dado a su agotamiento físico como mental, agacha la cabeza, quedando está colgada, y parpadea lentamente observando el suelo debajo de él.

Es así, los minutos pasan, pasan y pasan; sus brazos y piernas ya no las puede sentir, definitivamente va a desmayarse en cualquier momento. Sin embargo, lo anterior ya no sucede debido a que unas pisadas se empiezan a escuchar.

SeokJin levanta, a duras penas, la cabeza y gime fastidiado cuando su visión no es clara, apenas puede visualizar a una silueta frente suyo. Reposa la cabeza sobre su brazo derecho cuando las ramas lo mueven hasta quedar más cerca de la silueta y frunce el ceño confundido, pues tiene la sensación que le están hablando; pero no consigue escuchar nada. No hasta que recibe una cachetada suave sobre su mejilla izquierda.

—Oye, asqueroso humano... —parpadea varias veces—, te estoy hablando. Responde —exige la silueta—. Quién eres y por qué estabas en mis dominios —le es difícil articular una palabra coherente—. Oye, asqueroso hu...

Deja de escuchar cuando pierde el conocimiento. Por otro lado, la silueta arruga el entrecejo molesto cuando no ha obtenido las respuestas que quería, por lo que chasquea la lengua con cólera y está por enviar el cuerpo del humano a uno de sus únicas prisiones cuando siente dos presencias más en su guarida.

—¿Qué? ¿Qué están haciendo aquí?

Les pregunta a dos de sus hermanos al tenerlos capturados con sus ramas.

— ¡Nam! ¡Estoy tan feliz de verte!

Chilla Hoseok sonriendo sin importarle que esté boca abajo y la molestia del nombrado se esfuma por completo al ver a su hermano mayor favorito. Lo libera de inmediato y sonríe cuando Hoseok flota hasta él para darle un cálido abrazo.

—Ah, te extrañé tanto, Nam —despeinada sus cabellos—. Cómo has estado, ¿has estado saliendo más seguido?

—He estado bien y..., no, lo siento. Sigo sin salir muy seguido —lo último lo dice con una pequeña mueca de disculpas.

—No te preocupes, poco a poco, iremos trabajando en ello, ¿sí?

NamJoon está por responde, sin embargo, es interrumpido por los gritos del espíritu del agua quien exige que sea liberado en estos momentos.

—Que molesto eres.

Jimin pone cara de ofendido ante las palabras de su hermano que vive en el mismo reino que él y se pone de pie sacudiendo sus prendas.

—Oh, ahí está el bonito humano —informa Hoseok señalando las ramas que continúan sosteniendo a SeokJin.

— ¿Eh? ¿Lo conocen? — Hoseok asiente flotando hasta el humano con preocupación—. Esperen, qué, ¿cómo lo conocen? No, por qué lo conocen —exige saber moviendo las ramas para que su hermano mayor no toque al humano.

—Es una larga historia —se limita a decir Jimin con desinterés—. La cosa es que debes dejarlo libre.

—No.

—Pero,...

—Estaba en mis dominios —interrumpe al menor—. Además, hay árboles talados, de nuevo y él estaba en la escena, y...

—No fue él, Nam. Estaba con nosotros.

— ¿Eh? ¿Cómo es eso posible? ¿Por qué?

Jimin suelta un largo suspiro y toma la decisión de contarle toda la historia con el humano a su hermano mayor sin dejar de pensar que el bonito humano realmente es problemático.



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