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Ajusta la correa del cinturón de espada que compró ayer cuando estaban buscando una posada junto a los Seis Espíritus de la Naturaleza y dirige su mirada hacia el espejo de la pared para observar su reflejo, el cual no reconoce porque los ojitos del joven que lo está mirando en estos momentos reflejan seguridad como confianza en sí mismo.

Debe ser sincero, desde que conoció a los Espíritus de la Naturaleza ha podido darse cuenta de que sí es capaz de realizar los objetivos y metas que se propone; no es un inútil como siempre había pensado. Lo anterior en base de que se crió en un ambiente en donde no escuchaba más que palabras negativas hacia su persona; por eso, dudaba mucho de sí mismo. No tenía confianza en sí, pensaba que siempre iba a fracasar en lo qué hiciera; tal como le decía su madre a quien, a pesar de todo, la ama porque, al final de cuentas, fue la mujer que le dio la vida y no lo abandonó cuando se enteró que no portaba los Poderes de Protección. Esto porque fácilmente su madre pudo entregarle a otra familia o hacerlo vivo muy lejos del Palacio; incluso pudo no reconocerlo como su hijo primogénito.

Su madre no hizo nada de aquello. Le permitió quedarse en el Palacio, criarse ahí, tener el título de Príncipe; aunque, no lo diga o exprese, SeokJin sabe que su madre lo ama y se preocupa de él a su manera.

Regresando al tema anterior, el Príncipe de Neos ya no piensa aspectos negativos de su persona por los sucesos que ha habido desde que conoció al Espíritu de Agua; es decir, sobrevivió a un ataque de los Infectados, se hizo amigo de una dragona, mató a un Espectro y va a emprender una nueva aventura en un lugar donde la magia existe. Todo ello, son experiencias suficientes para cambiar su forma de pensar y verse a sí mismo.

—SeokJin —tocan a su puerta dos veces— ¿Estás listo? ¿Podemos pasar?

—Sí. Pasen —se gira hacia la puerta, la cual se abre y deja a la vista a los Seis Espíritus de la Naturaleza.

—Wow, luces muy bien, flamita —lo halaga mirándolo de pies a cabeza y siente sus mejillas arder—. Esos pantalones marcan muy bien tu…

— ¡YoonGi! — Lo calla el Espíritu de Luz indignado y lo regaña con su mirada.

—Gracias, por comprarme esta ropa —menciona al recordar las compras que hicieron ayer en donde JungKook insistió que debían comprarle ropa apropiada para el viaje.

—Fue un placer, Príncipe de Neos —le sonríe mostrando sus hoyuelos—. La búsqueda de las Piedras Mágicas será difícil.

—Lo sé —sostiene el pomo de la Espada Ancestral con fuerza y asiente con la cabeza con determinación—. Estoy listo. Vayamos a… —se había olvidado del detalle más importante—, ¿a dónde vamos a ir? Solo dijeron que era un lugar olvidado.

—Tsk, nos teletransportamos a una isla.

Parpadea aturdido por unos segundos.

— ¿Teletransportar? ¿Una isla?

Hoseok suelta un suspiro porque no puede creer que sus hermanos menores no le quieren decir de una vez al bonito humano a dónde irán, o dónde se van a teletransportar mejor dicho.

—Es una isla en donde habita todo ser mágico —le responde el Espíritu de Aire y su expresión es de tristeza—. Pero, es un lugar olvidado por nosotros porque no hemos ido hace cien años.

— ¿Por qué? — Tiene mucha curiosidad y se avergüenza porque no es su asunto. Es decir, quizás sea muy personal—. Lo siento, no quise…

—Descuide, Príncipe de Neos. Es justo que conozca la historia de la isla, al final de cuentas, pronto estará ahí.

Ninguno de los otros Espíritus de la Naturaleza objeta; por lo que, el mayor de todos pasa a explicar:

—Verás, flamita. Tal como te dijimos, antes de la Gran Guerra, los humanos y la magia coexistían en armonía y amor —asiente porque lo recuerda—. Se ayudaban entre ellos y aprendían entre ellos. Pero, la Oscuridad atacó y les enseñó a los humanos que podían ser los únicos en poseer magia.

— ¿Los únicos?

—Así es. La Oscuridad le enseñó a los humanos que podían robar la magia de los seres mágicos.

— ¿Cómo…

—Los asesinaban —responde e interrumpe Jimin apretando su mandíbula—. Se volvió una caza. Una caza de magia.

SeokJin palidece y siente náuseas. Se sienta en la cama con lentitud y tiene ganas de llorar porque ahora puede entender más a los Espíritus de la Naturaleza. Cuánto dolor y sufrimiento tuvieron que vivir por culpa de la codicia del ser humano.

—En ese entonces, nosotros no coexistiamos con los humanos, pero cuando el asunto se salió de control y habían pocos seres mágicos, decidimos intervenir —continúa relatando el Espíritu de Fuego—. Creamos una isla en donde los seres mágicos pudieran estar a salvo de los humanos y de la Oscuridad. Esta isla cuenta con una barrera protectora, la cual solo puede ser abierta por uno de los seis. 

—Pero, eso significa ¿que no iré? — Su tono sale con decepción y sus ojitos se entristecen.

—Tsk, por qué los humanos son tan despistados —cuestiona el Espíritu de Agua poniendo los ojos en blanco—. Tanto los humanos y la Oscuridad pueden entrar, pero si la barrera está abierta, lo cual solo es posible si uno de nosotros lo hace.

—Oohh —ya entendió y su aura se ilumina por completo. Está feliz, muy feliz— ¡Eso quiere decir que soy como ustedes!

Exclama con emoción e inocencia que no se da cuenta de que lo que ha dicho ha molestado mucho a TaeHyung, quien se acerca hasta dónde está para agarrarlo de su pañuelo Ascot.

—Tú nunca serás como nosotros. Eres un humano. Eres un Bang. Eres un Kim —le recuerda con odio puro—. Eres la combinación de esos dos asquerosos clanes —le susurra solo a él y atrae más el cuerpo para que escuché con mayor precisión—. No porque haya decidido confiar en ti, significa que no voy a matarte. Si tengo la oportunidad de hacerlo, lo haré. Si tengo la oportunidad de eliminar a la descendencia del Clan Kim y del Clan Bang, la tomaré. Ni mis hermanos ni quién sea me lo va a impedir.

—TaeHyung, ya basta. Suéltalo —le exige el Espíritu de Luz con el ceño fruncido.

—No vuelvas a decir que eres como nosotros —es lo último que le murmura con rabia y lo suelta haciendo que se tambalee un poco; inmediatamente, Hoseok corre hasta él.

— ¿SeokJin, estás bien?

Asiente, un poco aturdido, y arregla su pañuelo Aston; mientras, no deja de repetir las palabras del Espíritu de Hielo. Debe encontrar la forma de hacer que confíe en él por completo y perdone un poco el pasado, el cual lo atormenta demasiado y no lo deja avanzar.

—Creo que te pasaste —le murmura Jimin mirando de reojo al problemático humano—. Entiendo que aún no hayas olvidado lo que nos hicieron, pero…

—Es sangre Kim y Bang. No puedo aceptarlo. No puedo —aprieta sus dientes cuando un mar de sangre aparece en su frente y cierra los ojos para deshacerse de tal ilusión—. No puedo olvidar.

El Espíritu de Agua asiente a modo de compresión y le aprieta su hombro derecho para transmitirle su apoyo porque él tampoco ha podido olvidar por completo la Gran Guerra. No obstante, al recordar aquella determinación por parte del problemático humano cuando se estaba ahogando, le hace dudar sobre si está bien aferrarse tanto al pasado y no hacer nada para mejorar el presente como futuro.

Todavía, tienen mucho que sanar como perdonar.

—De acuerdo, vamos a calmarnos y recordar nuestro propósito de esta nueva búsqueda —habla JungKook para aligerar el ambiente.

—Será mejor partir de una vez —comenta el Espíritu de Fuego mirando el reloj colgado en una pared—. Mientras más rápido tengamos el Medallón Cósmico, más rápido iniciaremos con las Piedras Mágicas.

—Hermano mayor superior tiene razón —dirige su mirada hacia el Espíritu de Hielo— ¿Nos harías el honor, por favor?

Este exhala con fuerza y extiende sus manos para usar invocar un círculo, el cual sirve como teletransportador. SeokJin traga saliva al observar que al otro lado está nublado, da un paso hacia atrás porque no tiene idea qué le espera del otro lado; sin embargo, al pensar en sus reinos, en Kai, en su hermano y en su madre, da un paso hacia adelante y no se detiene.

All Is Found © [BTSxJin]Where stories live. Discover now