EXTRA 1: "TU PERDIDA"

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Nada más podría hacerle daño. Su corazón había desaparecido al mismo tiempo en que vio los ojos más hermosos en un ser humano apagarse lenta y dolorosamente.


¿Cómo podría seguir ahora?


¿Cómo podría mirar la vida con los mismos ojos?


¿Cómo podría decirles a sus hijos que nunca tendrían un amor "maternal"?


¿Cómo podría seguir viviendo con este dolor en el pecho y la cuerda que apretaba cada vez más su garganta?


Sabía la respuesta...

Sencillamente no podría. No lo soportaría.

La luna era testigo de su rostro cansado y sus manos temblorosas. Cuando esta misma intentaba consolarlo con su hermoso baño de luz, traspasando aquella paz a travez de los vidrios de una gran ventana, él decidía dejar de mirarla para ahora ver su reflejo infeliz.

Ni siquiera podía escuchar, la soledad le consumía de tal manera que no era capaz de oír los gritos de los bebes, así tampoco escuchar los llamados insistentes detrás de la puerta. En definitiva este no era un buen momento para recordar que era padre de dos mellizos que habían sido causa de la muerte de su Omega.

¿Cómo podría amarlos? No lo sabía.

¿Cómo lo lograría? No estaba seguro, pero no sería en este momento.

¿Era esta una prueba de "dios"? Porque para ser sincero no era creyente, menos ahora.


Midoriya, observo con una mirada severa a una mujer que venía llegando por el patio. Desde la ventana en donde había comenzado a mirar el paisaje, pudo notar como Kirishima hablaba algo con la dama. Quien parecía algo cansada, como si la hubiesen llamado con rapidez.

Ah, sí. Seguramente era la nodriza de los bebes.

El ceño del Alfa se arrugo, ni siquiera quería recordar que ellos existían. No por ahora.


-Katsuki... ¿Por qué? ¿Por qué Ahora?-pregunto en susurros. Sus ojos se volvieron a posar en un cielo estrellado, uno que era infinito en esplendor y amargura. -Como... ¿Cómo lograre mirarles? ¿Cómo lo haré sin que anhele tu regreso?


El rey se levantó. Sintió como las piernas le temblaban ante la falta de una buena nutrición, pero continúo su camino hasta dejarse caer en una cama mal hecha. Se aferró a las sabanas con toda la fuerza que pudo, intentando encontrar algo del olor de su amado, quien ya había fallecido hace más de una semana.

Allí con el frió consumiéndole el alma, cerró sus ojos.

Los recuerdos invadieron su mente y lograron su cometido con rapidez, mostrando como un Rey lleno de riquezas, abundancias y belleza, podría ahora estar llorando desconsolado. Mostrando unas ojeras de tono morado y un cabello sin brillo, más una ropa mal arreglada.

Aun podía escuchar con claridad sus propios gritos cargados de desesperación y dolor. Parecían resonarle en los oídos, para recordarle con firmeza cuanto le dolió, cuanto sufrió por aquella perdida. Era algo que le atormentaría de por vida y ciertamente ya estaba pensando no querer seguir con ella.

Esclavitud. (DekuKatsu)Where stories live. Discover now