Esclavitud. (DekuKatsu)

Todoroki-Origen parte 2-57

Dos personas se escondían de manera cautelosa por los pasillos del castillo, aun quedaban rastros de sangre seca sobre sus ropas y partes de sus cuerpos. La mirada del rubio era una completa de liderazgo, un ser con tal prepotencia y orgullo que era el perfecto para guiar a cientos a sus espaldas...

Kirishima le seguía los pasos de manera silenciosa y se detenía a cada gesto del menor de que algún enemigo estaba cerca. Sabían perfectamente que sus tropas no habían podido pasar la puerta principal, por lo que ahora no tenían nada de ayuda más que ellos mismos.

Tenían que ser precavidos, si lograban capturar al Rey entonces la victoria seria de ellos.

Pero algo extraño había en el ambiente, a pesar de que sus tropas no habían pasado hacia el castillo, los guardias o cualquiera a su paso, corrían de un lado para otro espantados, algunos queriendo escapar de algo y otros yendo hacia algún lugar con el claro deseo de pelear.

Tal vez alguno de los idiotas que estaban en el ejército no era tan inepto y había logrado entrar...

Aunque ciertamente lo dudaba.

Después de un rato pasando por varios pasillos para poder encontrar el balcón a donde había visto al supuesto Rey, unos gritos captaron la atención de ambos.

-¡AGHH!-

Sus piernas se detuvieron de manera instantánea, sabían que del otro lado de la puerta alguien o algo estaba dañando a otra persona. Los gritos de aquel hombre le partieron la cordura, incluso sus vellos se levantaron.

Había un olor espeso en el aire, el Omega se llevó instantáneamente las manos al cuello en forma de querer recibir más oxígeno. Alarmando al Alfa que le tomo por lo hombros intentando calmarlo con su olor, pero no resultaba, aquel aroma era tan pesado incluso para él, ni siquiera podía repelerlo.

Las mejillas de Katsuki comenzaron a enrojecerse por la fuerza hecha para poder respirar y la agitación de su corazón por el miedo.

Pero aun así, el conocía ese olor...

Sus ojos se clavaron en los de Kirishima, quien no comprendía muy bien lo que el Omega trataba de decirle con pequeños gestos de sus manos.

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Minutos antes en otra parte...

Dabi se encontraba estupefacto, ahora la rabia invadía cada parte de su cuerpo, no le cabía en la cabeza como su propio padre le había olvidado, incluso su aroma era irreconocible al parecer. Sus ojos miraban fijamente los brazos fuertes y gruesos de aquel hombre, los cuales envolvían a su hermano con una severa protección.

Una protección bastante hipócrita a su parecer.

-¿Cómo te atreves a tocarlo? ¿No te resulto tan fácil venderlo?-Sus palabras venenosas llegaron claramente a los oídos del gran alfa, quien le regalo una mirada severa. Dabi no se dejó intimidar, no importaba que este idiota fuera su padre, tendría que acabarlo, se lo había prometido a Tomura...

Él había prometido ganar...

-Te lo volveré a repetir una vez más... ¿Quién eres?-Endeavor dijo aquello sin siquiera mirar a la persona frente a él, sus ojos se clavaron en el Omega, en su hijo, quien se removió inquieto y se aferró a sus ropas estando dormido. Una lágrima pareció escapar por su ojo derecho, el cual estaba rodeado por aquella quemadura tan injusta...

Por otra parte las tripas de Dabi parecieron revolverse al escuchar tales palabras. La cólera le invadió.- ¡Responde la puta pregunta! ¡Tú no eres más que un bastardo! ¡NO DEBISTE TENER HIJOS!-

-No he sido el mejor padre...pero eso no tiene que ver contigo, yo lo he estado buscando durante bastante tiempo.-Endeavor dio un silbido fuerte y claro, de la nada salieron miles de hombres por todas partes, cosa que Dabi no se había percatado por sus estúpidas emociones.

Claramente si este hombre estaba aquí era porque traería refuerzos.

La batalla ya estaba perdida, los números estaban completamente en su contra.

-Tú lo regalaste como a un trapo sucio ¿Por qué debería creerte?...-Sus manos temblorosas bajaron la espada que había estado apuntando al hombre, rindiéndose ante la frustración.

¿Qué estará haciendo Tomura...?

-No sé cómo sabes tanto...pero no tenía otra opción, era él o su hermana.-El mundo se detuvo para el pelinegro por unos segundos y aunque estaba rodeado por enemigos nada le interesaba más que las palabras del bastardo de su padre.

-¡NO ENTIENDO NADA! ¡EXPLÍCATE!-Su voz después de tanto tiempo salió descontrolada y quebradiza, como demonios deseaba ver a Shigaraki en esos momentos.

Endeavor les dio una señal a los ejércitos para que avanzaran sin él y sus manos temblaron ligeramente cuando vio como Shoto novia sus ojos aun sin abrirlos...

Estaba despierto.

-En aquel tiempo todavía no era Rey, por lo que tenía que buscar la manera de generar dinero para sustentar a la familia. Un día conocí a un hombre "común", él se encargó de prácticamente dejarnos en la quiebra y un día sin percatarme me drogo. El muy maldito logro que firmara un contrato en el cual le vendía a mi hija por una buena cantidad de precio. ¿Qué podía hacer? Era una señorita que apenas sabia de la vida, una mujer, por lo que ella no sería capaz de soportarlo...y yo tampoco. No podía imaginar las cosas que podría hacerle ese desgraciado. Por lo que decidí entregar a Shoto en su lugar, mi hijo más dotado. Sentí que él podría superar cualquier cosa, que él podría luchar por su libertad y al parecer no me equivoque...-Un largo suspiro salió de los labios del mayor.

Dabi escucho todo de manera calmada, más el corazón se le partía cada vez más, habían tantas cosas que refutar y a la vez no podía hacerlo. Sentía que el cerebro le estallaría si se le daba más información.

-P-Pero...él también era un simple niño...-La sola idea de imaginar al pequeño de aquel tiempo entre las manos abusadoras de aquel desconocido le daban ganas de vomitar algo que ni siquiera existía.

El atardecer ya se estaba haciendo presente. ¿Cuántas horas habían pasado?

De pronto ante tal pensamiento una punzada más fuerte llego a su cabeza, pero también ahora al pecho, no pudo evitar dar un quejido de dolor.

Toda emoción pareció desvanecerse ante algo hablándole en el fondo de sus pensamientos.

¡DABI! ¡DABI!