Preocupación-86

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Midoriya y Bakugou decidieron volver al reino después de una semana, ya que el rubio presentaba malestares en su vientre, algo muy preocupante, por lo que el peliverde tomo la decisión de tenerlo bien vigilado y sabia a la perfección que con el no bastaba, después de todo no era médico.

Iban en un carruaje de color blanco que el mayor había mandado a llamar para su regreso repentino, ya llevaban unas dos horas de viajes y Bakugou no parecía mejorar mucho su estado.

Se pasaba aferrado a su brazo y quejándose de las punzadas repentinas a su cuerpo.





Al llegar todos los esperaban de manera impaciente, parecían una montaña de hongos con los juntos que estaban.

Shindo tenía sobre sus manos unas mantas para recibir a Katsuki, ya que era de noche y hacia mucho frió. Era el que estaba más preocupado.

Por otra parte Kirishima y Lida estaban al frente de todos, esperando por su Rey, para cumplir con las órdenes que fuesen necesarias. Kaminari se encontraba junto a la multitud y pensaba en Todoroki, quien luego de la fiesta se había marchado otra vez, no pudiendo volver hasta quien sabe cuándo.

Midoriya bajo del carruaje, luego extendió su mano para ayudar a Katsuki, quien traía un rostro afligido. Todos se mantuvieron en silencio, aun más cuando Shindo se acercó rápidamente para cubrir al peli cenizo, quien le agradeció aduras penas y le pidió que lo llevase a la habitación.

El pecoso no dijo nada, solo se mantuvo sereno viendo como su esposo se marchaba.

-Kirishima, manda a traer a la señora Bakugou, dile que es importante. También llama a la vieja Chiyo.-El Rey observo al nombrado sin sentimiento alguno, luego agradeció a todos que le recibieran de tal manera, para marcharse a donde debía estar, junto a su Omega.

Mientras caminaba, comenzó a pensar en un sinfín de tonterías, a las cuales no le hacían nada bien, solo generaban frustración y dolor de cabeza. No quería ni pensar que a Katsuki le fuese a ocurrir algo o a su hijo. Tampoco la idea de que talvez fuera a perder al bebé le generaba alivio, en más, si eso llegara a ocurrir estaba seguro que Bakugou tendría algún trauma o algo por el estilo, incluso no dejaría que le volviese a tocar.

Se estaba preocupando demasiado, lo sabía, porque había presenciado mujeres u Omegas en estado de embarazo con los mismos dolores, pero aun así no podía calmarse. Cada punzada que el menor sentía en su vientre podía sentirlo también, su conexión era demasiado fuerte, no era el mismo dolor claro está, pero lo sentía en cierta manera, su cerebro era capaz de imaginarlo para él.

Seguramente...Fue una mala idea el embarazarlo...

Si ahora perdía al Omega todo sería su maldita culpa.

Se jalo el cabello con fuerza hacia atrás, sintiendo el deseo de romper algo, pero al ver la puerta frente a sus ojos, la que era de su habitación, dio un gran suspiro y contó hasta diez para poder ingresar calmadamente.

Sus ojos esmeraldas se encontraron con Bakugou inconsciente sobre la cama y Shindo a un lado, a la espera de su despertar, igual o más preocupado que él.

-Puedes retirarte...Yo lo cuidare.-Izuku se acercó hasta la cama para recostarse junto al rubio, quien dio un ligero gruñido a pesar de estar dormido.

-Volveré cuando llegue la Doctora.-Shindo se retiró de la habitación, diciendo aquello para hacerle saber al mayor que no sería tan fácil librarse de su presencia.

Esclavitud. (DekuKatsu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora