Tropa cinco-48

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Bakugou se encontraba a un costado de la cama en donde reposaba Kaminari, quien se guía sufriendo por el lazo que le unía a Kirishima. De quien desafortunadamente no había noticias aún. Tampoco el pequeño rubio de ojos gatunos había tenido una nueva visión o relatos de este en su mente.

Pero demonios, su corazón estaba a punto de colapsar. Nunca en su vida había sentido tal dolor, menos por no tener a una persona a su lado, era un sentimiento nuevo, algo que jamás pensó que llegaría a conocer. ¿Esto era lo que significaba querer? ¿El amor acaso era una condena a muerte?

No quería morir, no por alguien que no correspondiera sus sentimientos.

Todoroki no se encontraba en una situación muy diferente, se sentía más solo que nunca, deseaba ya con todas sus fuerzas que Lida volviera. Le rompía el alma el solo pensar que este podría no volver a sus brazos. ¿Pero, qué podía hacer al respecto?

Sencillamente no llegaba una solución a su cerebro, por primera vez en tanto tiempo se sentía inútil, se sentía impotente por no poder hacer nada más que lamentarse.

Pero, en realidad era Bakugou quien ya tenía una respuesta, aunque aún no se revelaría.

Fue entonces que tanto como el bi-color y el chico gatuno le observaron curioso cuando este se levantó, dirigiéndose a la puerta.

-Volveré de inmediato. –Su voz autoritaria les sorprendió, ya que hace un tiempo el de ojos rubíes no lo hacía con ellos. Ambos asintieron, para luego mirarse con una ceja arqueada. ¿Estaba planeando algo?

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Midoriya se encontraba en su oficina, la mesa que estaba frente a su asiento estaba llena de montones de papeles, los cuales tenían múltiples ideas de combate, pero un mapa opacaba a todos estos en el centro de la mesa.

Había dibujos de lo que parecían ser las tropas enemigas y los lugares que habían recorrido, así también en donde estaba su ubicación actual.

-General, quiero que esconda su tropa cerca del puente "Levia", allí quiero que haga todo lo posible por no dejar pasar al enemigo, en caso de que nuestra tropa cinco no los contenga. –Su mirada seria no pasaba desapercibida por nadie de los presentes, generando no sólo miedo, sino también preocupación. Porque lo que se le estaba pidiendo en pocas palabras al general Vlad es que llevara a sus guerreros al suicidio.

- ¿Está seguro?-Preguntó. Todos se quedaron levemente en silencio...Era en esos momentos en que se veía la diferencia entre un Alfa pura sangre y un Alfa de diferentes linajes, y es que a pesar de que el general era más experimentado, por no decir que tenía más edad, siendo también que poseía un gran cuerpo comparable al de Toshinori, estaba temblando por la frialdad de los ojos esmeraldas. El rey le miraba de manera insignificante, su aroma provocaba densidad en el aire, diciendo con claridad "no me contradigas", porque solo con tomar una postura recta, ya era amenazante para todos.

Vlad no tuvo más remedio que negar con la cabeza ante su obvia irrespetuosidad.

-Yo iré en la tropa cinco. –Una voz desconocida para algunos, pero no deseada para el Rey interrumpió en la sala. Todos los pares de ojos se giraron a ver a Bakugou, quien tenía una sonrisa leve y sus ojos estaban clavados en el pecoso. Este último negaba con la cabeza mientras veía el mapa en su mesa.

-No.-La respuesta fue prácticamente de forma inmediata. Midoriya por obvias razones se negaría rotundamente, el rubio ya lo había analizado antes de incluso pensar en venir a decirlo. Porque en algo coincidían sus caracteres y es que eran egoístas, de diferentes maneras, pero lo eran al fin y al cabo.

-Soy mejor que Kirishima en combate, por lo que puedo incluso guiar a los soldados. Además...en las tropas enemigas no hay Alfas pura sangre, por lo que no podrán dominarme. -Se acercó hasta la mesa, señalando la posición en la que se encontraría, para luego indicar un ataque sorpresa que vendría de su propia mano. El peliverde le observaba furioso, incluso estaba a punto de perder los estribos. Katsuki tomó la mano ajena para entrelazarla con la suya, olvidándose por unos segundos de quienes le miraban. El pequeño gesto de afecto duró unos pocos segundos, hasta que el mayor alejó su mano. -Tsk. -

-He dicho que no. Ya se pueden retirar. –Todos hicieron caso de inmediato, aunque más de uno se fue un poco avergonzado al notar la cercanía del Rey con quien era llamado su puta. Aunque por lo que pudieron ver era más que eso, no era una simple relación de sexo.

El de ojos rubíes se posiciono sobre las piernas del mayor, quien se había sentado, esperando que el Omega también hubiera seguido su orden y se retirara. Llevo sus manos hasta el rostro del pecoso, acariciándole de manera frágil, contemplándolo, como si estuviera buscando su perdón por algún error cometido. Pero Midoriya miraba los papeles desordenados de su mesa, intentando ignorar al rubio y a su obvia y boba seducción.

-También necesito llevar a Todoroki, tiene un gran olfato, por lo que puede ser de gran utilidad para rastrear. -La mirada verdosa por fin se le fue dirigida, como si estuviera reflexionando la petición. Katsuki acercó sus labios hasta los contrarios y no dudo en besarle, sintiendo el notorio calor que emanaba de este, como si hubiese estado esperando por ese gesto todo el día. -Dejadme mostrarte mi lealtad. –

- ¿Cómo puedo confiar? –Midoriya agravó la voz, queriendo poner al chico nervioso, pero no hubo resultado.

-No puedes, así como yo tampoco puedo al cien por ciento. –Katsuki hablo de manera sincera, recordandole al pecoso lo que hace un tiempo atrás habían hablado.

-Está bien...-







Esclavitud. (DekuKatsu)Where stories live. Discover now