Memoria-77

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"La luz de la luna brillaba mucho más esta noche que todas las otras, siendo llamada la "súper luna" de este año, la cual tenía un ligero tono amarillento haciendo aullar a cualquier lobo que posara sus ojos en ella.

Esa luz de gran paz iluminaba la carita inocente de cierto retoño, el cual corría de un lado para otro a pesar de que sus padres ya estaban intentando dormir.

-Katsuki, ¿Podrías venir a dormir?-Un hombre de caballo castaño asomaba ligeramente su cabeza por las sabanas que lo cubrían a él y a su amada esposa.

-¡PERO QUIERO JUGAR!-Bakugou saltaba de un lado para otro, pero no era tonto, sabía perfectamente que bastaba con no pisar cerca de la parte de la cama de su madre para poder seguir molestando.

En sus pequeñas manos llevaba unos juguetes de madera con los cuales se imaginaba decenas de escenarios en donde el terminaba salvando al mundo.

Pero prontamente sus imaginaciones lo hicieron desconcentrarse, despertando a su madre.


-¡DUERMETE A-HO-RA!-Mitsuki ni siquiera miro a su hijo, basto con ver el rostro incomodo de su esposo para darse cuenta que el mocoso haría caso.


En un par de segundos el muchacho estaba acostado al lado de su padre.

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La familia pertenecía a una antigua tribu, la cual se crió por cientos de años dentro de bosques y montañas, ocultándose en cuevas muy poco visibles, pero hace unos pocos años su tribu había hecho un pacto con uno de los reinos, el reino "Midoriya", el cual estaba a cargo de una reina y su hijo un tanto mayor al suyo.

Mitsuki nunca había visto a su Reina, ya que solo el Líder de la tribu tenía este derecho, aun así la amable mujer les había permitido poseer una parte del castillo para poder vivir y desde entonces todos tenían una cama decente en donde posar su cabeza, más siempre y cuando cumplieran con los mandatos.

Un día, Mitsuki se levantó apresurada al escuchar horribles ruidos y explosiones, al acercarse a una de las ventanas se dio cuenta del desastre, miles de personas luchaban.

El Reino Shigaraki había atacado de manera sorpresiva el castillo, logrando que todos estuvieran en absoluto peligro.

La rubia no lo pensó más, miro a su esposo quien temblaba ligeramente sosteniendo al pequeño, quien les miraba con curiosidad, fue entonces que lo tomo del brazo para llevarlo a un corredizo secreto.


-¿Q-Que piensas hacer?-El Omega estaba asustado, temía por su hijo.

-Esconderemos al niño, pero debemos regresar, es nuestro deber proteger a la reina...-Mitsuki caminaba a pasos apresurados, sentía un peso grande sobre sus hombros al escuchar como su tribu batallaba a tan solo dos metros más arriba de ella.

Cuando llegaron al final del túnel, Katsuki se puso nervioso, por alguna extraña razón se sentía asustado, aun mas al ver a su padre tan tímido, quien solía mantener siempre la compostura, con un rostro pacifico.

Esclavitud. (DekuKatsu)Onde histórias criam vida. Descubra agora