Mente fría-39

4K 470 105
                                    




-Ya veo... ¿Qué te puedo decir? Eres un imbécil Bakugou.-Todoroki se encontraba sentado sobre un largo y hermoso pasto, perteneciente a uno de los jardines del reino, a sus pies una pequeña laguna donde yacían peces de un fuerte color rojo, con pintas amarillas y anaranjadas. Sintió un gruñido por parte de su acompañante, que no parecía tomarse nunca nada con humor, siendo su primera reacción violenta, al igual que ahora. Su ropa ya estaba siendo jalada con fuerza por los constantes zamarreos.

Katsuki le había contado todo, desde que se puso por primera vez la capa roja que traía consigo, hasta lo de hoy en el comedor.

-¡Aun así no veo el porqué del alboroto! ¡Después de todo no hicimos nada!-Su mirada mataba a cada uno de los malditos peces que se atrevían acercarse a la orilla, ¿Acaso estaban escuchando? ¡Malditos peces! Solo servían para ser comida.

-Mhh...Deberías simplemente explicarles, calmadamente, que te dejaste llevar por tus celos, así no-¡Ahg!-El rostro del Bi-color estaba siendo hundido en el agua, movía sus brazos para intentar salir del agarre que Katsuki hacía en su cuello, pero este tenía una fuerza increíble. Logro pescar uno de los peces que rondaban por su rostro, para tirarlo hacia atrás, calculando para que cayera en el rostro del rubio, cumpliendo su objetivo de volver a respirar.- ¡Eres un demonio! Por eso ni el Rey te soporta...-

-¡Son ellos los que sacan sus propias conclusiones!-Bakugou movía sus brazos alrededor de su cabeza, apuntando de alguna manera al cielo, a ver si el Dios del que todos hablaban lograba ayudarle, pero como siempre, nunca estaba.

Agacho su cabeza para apoyarla en sus rodillas levantadas, llevo su vista hacia Shoto por unos segundos y rio a ver como este trataba de estrujar su ropa mojada, pensó en cómo pudo haber sido su relación si se hubieran conocido de otra forma y en otro lugar, tal vez en otra vida.

Un valiente caballero de armadura pasó por su cabeza, con unos hermosos ojos heterocromaticos que le harían dudar de su preferencia sexual...

Más un sonriente joven de cabello verde que se sometiera ante él le sorprendió.

¿Por qué se estaba imaginando al Rey de esa manera?

-Deku si me soporta...-Sus mejillas se inflaron notoriamente, un suspiro por parte del Bi-color lo hizo mirarle, pero su maldita sonrisa casi le hace perder nuevamente los estribos. Todoroki no era mucho de sonreír, pero cuando lo hacía era tan molesto como Midoriya, eran de esas sonrisas que te gustaban, pero odias sentir eso. No podía negar que si este hubiera sido Alfa seguramente hubiera tenido toda su atención.

-Yo también te soporto, ¿No recuerdas que metí tu pene en mi boca?-Las mejillas de Bakugou se tiñeron de un fuerte color rojo, así como sus ojos. Se levantó para ir hasta donde este estaba, pero el otro astutamente lo hizo antes.

-¡No me recuerdes esas tonterías! ¡Ven aquí!-A cada paso que daba, Todoroki se alejaba más y más, haciendo gestos de burla, como sacar la lengua o hacer una gran O con sus labios y golpear con su lengua su mejilla izquierda.

-Tu sabes que te encanto...Ahora te haces el difícil.-Un fuerte grito mezclado con unos cuanto gruñidos salieron de la boca de Bakugou, extendió sus brazos para poder alcanzar al otro, a la vez que comenzaba a correr.



Cuando logró coger la tela del cuello de la ropa de este, Todoroki se giró rápidamente y le dio un corto beso en los labios, solo para sacarlo de sus casillas.



-¿Qué demonios hacen?-Shinsuo les miraba desde unos arbustos, en una de sus manos llevaba una canasta con lo que parecían ser muchas cartas.


Su mirada tenía una gran interrogación.

-

-

-

-

-

-

-Papá, ¿Qué sucede?-Midoriya se encontraba en su trono, a unos cuantos metros estaba su padre, Toshinori, quien le miraba seriamente, cosa que no era habitual en el hombre, por lo que el pecoso ya tenía todo el cuerpo tenso.

-Aizawa...Me ha enviado una carta. Dice que el reino Shigaraki está tramando algo, por lo que debemos tener cuidado y...y que no podemos hacer nada para evitar la guerra. Yo ya no tengo suficiente fuerza, no sé si logremos ganar.-Yagi miraba a su hijastro y solo podía ver a un gran Rey en proceso, no sabía si aún estaba listo para dirigir una guerra, por lo que seguramente tendría que permanecer a su lado. No quería dejar a Inco, pero si eso significaba protegerla tendría que mandarla a un lugar seguro.

Aizawa, su mano derecha, le diría lo otros detalles de manera personal, por lo que tendrían que esperar, no podían tomar decisiones apresuradas.

-Entiendo...Por ahora daré instrucciones para mejorar el rendimiento de nuestro guerreros. También escogeré nuevos líderes.-Su voz sonaba tranquila, pero no le dirigía la mirada a su también mentor, no quería que viera las dudas que se forjaban en lo más profundo de su ser.

Hasta ahora había tenido que hacer toda clases de cosas para mantener a sus enemigos conformes, haciéndole creer que tenía sus mismos ideales o parecidos, pero eso justamente le había provocado crueldad, violencia y arrogancia en su forma de ser, llevándolo así a casi tener dos personalidades.

Ahora que estaba comenzando a volver a ser la misma persona que cuando tenía quince años, venía la guerra con todo su esplendor.



Para poder ganar tendría que mantener la mente fría.


¿Pero cómo lograría eso cuando Bakugou rondaba a cada segundo por sus recuerdos, pensamientos y sentimientos?

Esclavitud. (DekuKatsu)Where stories live. Discover now