Pequeño recuerdo-83

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Los labios fueron mordidos de manera lenta, incitando a actuar de la misma manera, desesperada pero apasionada, quejándose con sonidos suaves ante la luz de la pequeña fogata que se encontraba afuera de la cueva.

Sus manos se movían por la piel blanquecina, amando cada lunar, cada parte rosadita y lujuriosa

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Sus manos se movían por la piel blanquecina, amando cada lunar, cada parte rosadita y lujuriosa. Las contrarias seguían cada cicatriz, queriendo borrarlas con tanta fricción que hacía, deseando que ninguna hubiese llegado allí aunque las razones fueran desconocidas. La ropa era sacada con delicadeza, dejando imágenes provocativas para la mente de cualquiera, como la parte de arriba del vestido pantalón de Katsuki quedando atrapado un poco más debajo de los hombros por los músculos de sus brazos, que a pesar de todo eran mucho más marcados que un Omega común y corriente.

Era algo que le encantaba.

Midoriya no se quedaba atrás, dejando su camisa abierta, la cual estaba apegada al cuerpo por las gotas de sudor que corrían por su cuerpo marcado y el Omega ansiaba por recorrer con su lengua.

El roce entre sus entrepiernas era lento, tortuoso y osado, como si fuera la primera y última vez. Disfrutando cada segundo al lado del otro...

Para ambos no importaba ya lo que les deparara el futuro, solo deseaban con todas sus fuerzas encontrarse un y otra vez en cada siguiente vida, para poder cambiar sus errores y apreciar al contrario antes que todo.

-¿Me amas?-Katsuki pregunto de manera susurrante, apoyando su rostro contra el hombro del mayor, sintiendo como su cuerpo ardiente parecía ahora chocar contra brazas peligrosas. Anhelo en el fondo de su corazón que Midoriya le ignorara para no tener que rebajar más su orgullo, pero era obvio que el peliverde soltaría la lengua sin pensar...

Siempre encontrando la manera de dejarlo sorprendido.

-¿Dudas? Kacchan, te amo tanto que me volvería un villano por ti, matando a cualquiera que tú me pidieses...-Midoriya lo empujo levemente, manteniendo su mirada con gran tenacidad y fuerza de voluntad sobre Bakugou, que llego a creérselo sinceramente y fue algo que no le gusto.

-Si me amas nunca hagas eso.-Sus manos acariciaron las mejillas contrarias, para luego darle un beso profundo, demostrando su amor, su pasión y el deseo de ser correspondido siempre, de que no le engañara jamás.-Después de todo el demente soy yo...-Su risa fue tierna a los ojos de Izuku, quien tampoco pudo evitar reír.

-Tienes toda la razón.-

Sus manos se entrelazaron cuando la unión de sus cuerpo fue lenta, pero ansiosa, sintiendo como el miembro abría con paciencia el agujero ante él, dejando escapar fluidos de gran proporción, generando ruidos de lo que parecían ser burbujas ante la presión y la salida de aquella ancha y larga cosa entre las piernas del Alfa.

-¡Ahg! ¿C-Como...puede s-ser tan grande?-

Midoriya no respondió, pero sintió sus orejas arder con fuerza. Su voz agitada choco con la caliente de Bakugou, quien se quejaba en pequeñas frases que no podía comprender del todo, pero no era capaz de ver dolor alguno en su rostro, haciéndole sentir que solo eran halagos extraños...

El menor lo atrajo hacia su persona, envolviendo sus brazos en su espalda, levantando sus muslos hasta que estos tocaran casi sus hombros, generando un golpeteo aún más profundo. Por su propia voluntad bajo sus manos hasta sus nalgas y las separo, gimiendo fuerte al sentir como todo aquello golpeaba directo contra su entrada chorreante por un hombre, del cual al principio jamás pensó querer.

-! E-Espera! M-Maldición...Es...Espera no te muevas así, ¡AHG!-Midoriya por poco suelta todo adentro del Omega, quien parecía sumergido en una ola de calor agobiante, moviéndose con rapidez, agitación y extrema indecencia para lo que suele ser él.

-S-Solo golpea... ¡Mas! ¡Más fuerte! Uhg...-Katsuki grito tan fuerte que sintió su garganta apunto de desgarrarse, pero valió la pena cuando sintió como el contrario aumentaba la velocidad con agresividad, sacándole la voz, la vida, al tener de esos orgasmos que te dejan sin aire y sin poder oír.

Seguramente el Alfa lo lleno con todo lo que tenía, pero que importaba, no podría embarazarse cuando ya estaba en tal estado.

Cuando abrió los ojos, noto su barriga siendo acariciada por un triste peliverde, quien apenas respiraba...

El Omega le acaricio la cabeza, haciéndole entender que todo estaba bien, que nada malo había pasado y que tampoco al bebé.

Katsuki no espero mucho para volver a lo suyo, de manera tranquila corrió a Izuku un poco, para luego girarse de espalda, poner su rostro contra el colchón y alzar sus calderas. Su mirada rojiza logro que el otro de manera automática se colocara entre sus piernas, tomando su falo nuevamente erecto para introducirlo en aquella rojiza entrada, de la cual solo el tenía permiso de poseer.

La sensación fue más profunda, sacando gruñidos a ambos por la sensación agobiante.

Las manos afirmaron las ahora regordetas caderas del menor, queriendo dejar marcas en ellas, amasando la carne hasta colorearla. El golpeteo estaba sincronizado con las caderas del menor, que hacían lo posible por retroceder cuando el otro se salía un poco, golpeando con fuerza aquel punto que le hacía gemir con tanta fuerza que rompía su orgullo en varios trozos.

Pero no se arrepentía, no si era con él.


De repente, unas imágenes extrañas aparecieron por su mente...

Un pequeño niño de pelo verde con rulos, al igual que un brócoli, se encontraba junto a él sentado junto a un rió, el largo pasto se movía al compás del viento y sus pequeñas manos se tocaban por error por unos segundos, en los cuales ambos se sonrieron con vergüenza...

Desde ahora, parecía que tendría que dedicarse a completar las cosas que faltaban en su vida. Como su madre y al parecer aquel recuerdo perdido, que le decía que su Alfa siempre fue para él. 

Esclavitud. (DekuKatsu)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon