Ojos brillantes, manos andantes-65

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-Ah...ah, duele...-Toshinori agarraba sus piernas con fuerzas, de vez en cuando giraba por la cama en forma de bolita ante la penetrante mirada de Aizawa.

Este llevaba parado unos 30 minutos en la puerta desde que había sido dejado allí sin opción de salir y en contra de su voluntad.

Su objetivo o más bien su orden, era únicamente hacer calmar el celo del rubio.

Yagi no parecía darse cuenta alguna de su presencia, por lo cual no sabía cómo comportarse. Además de los cientos de pensamientos negativos que iban en contra de esta causa y de su devoción a la reina.

Mas el olor del Omega era muy atrayente.

-Y-Yagi...-Aizawa se acercó lentamente, sus manos comenzaron a temblar cuando los ojos celestes se clavaron en él, aquella mirada le dijo con claridad que estaba dispuesto a todo.

-Shot-ta...Ahg, hueles tan bien.-Dejándose llevar por sus verdaderos y más profundos sentimientos envolvió sus brazos en el cuello del contrario, olfateándolo por todos lados. Como si fuera una droga que alguna vez probó y nunca más encontró.

-¿Me das permiso para hacerte mío?-Seriamente miro al Omega, esperando que no solo se dejara llevar por sus instintos.

-Siempre lo has tenido.-


Aizawa sintió que su corazón se detuvo por varios segundos y lo beso.

Lo beso con anhelo, con amor y con pasión. Había esperado tanto algunas palabras de que este correspondía sus sentimientos por tanto tiempo, que ahora todo se vino abajo. La espera había terminado, así también su máscara de hombre respetuoso.

Ya nadie se lo quitaría, no después de probarlo.

Lo intentaría enamorar cada día de aquí en adelante, aunque ya lo hubiese estado.


Así consumaron su amor.

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Bakugou hoy cumplía exactamente sus 3 meses de embarazo. Su celo no había llegado, por lo que supuso que era el efecto de estar preñado, más le preocupaba que llegara el del maldito Alfa que lo había dejado en tal estado.

En estos días ha estado sumamente aburrido, ya que tanto como Todoroki, Kirishima y Shindo no le dejan hacer malditamente nada. Según ellos era por su estado.

Pero ha Bakugou le estaba revolviendo las entrañas el hecho de que lo pongan como delicado.

Por esta misma razón su pasatiempo había sido comer chocolate, el cual le traía Shindo ha escondidas, conversar con Kaminari y Todoroki, que por cierto estaban teniendo una relación estable con sus parejas de maravillas y por último se dedicaba a cuidar las plantas.

Él era el único amargado en el reino.


-¿Te puedes mover?-Una voz sonó a sus espaldas.

Claro, la perra también era una puta amargada.


-Se dice "Por favor"-Con obvia burla Bakugou le sonrió y al pasar por su lado le saco la lengua.


La castaña solo suspiro.

Uraraka había estado encargándose de la mayoría de los quehaceres del reino, por lo que últimamente habían tenido que interactuar bastante, cosa que le molestaba a ambos, pero aun así Katsuki no se sentía amenazado, le causaba algo de gracia pelear con la chica.

Era una de sus entretenciones.

Midoriya había estado algo desaparecido, por lo que el rubio se había enterado por Todoroki que su padre al encontrarlo quería hacerlo nuevamente príncipe, por lo que eso significaba que tendría que irse al castillo del otro reino.

Pero como claramente nadie estaba contento con esto, entonces decidieron hacer un tratado, el cual ha tomado más tiempo de lo necesario.

Además, las cosas ya estaban volviendo a la normalidad, los antiguos esclavos que se habían ido del castillo habían vuelto, excepto Mina y Sero, quienes al parecer habían decidido seguir sus caminos juntos, pero no aquí.

Katsuki se sentó en el borde de su cama, observo detenidamente esta y maldijo el estar obligado a sus instintos de Omega.

La ropa esparcida en forma de círculo por su cama, las cuales pertenecían al estúpido del Rey, solo le daban un maldito dolor de cabeza.

Chiyo fue la primera en reírse en su cara cuando vio tal comportamiento. Aún recuerda como a la vieja casi le da un ataque de tanta risa.


-Joder, ¿Que pasara cuando ya se note completamente?-El de ojos rojizos se había acercado hasta el espejo, había puesto su cuerpo de lado y levantó ligeramente su camiseta para ver el abultamiento de su bebé.-Esto será una mierda.-

Odiaba esto, odiaba estar embarazado...

Pero demonios, no podía evitar estar preocupado por el futuro del pequeño o pequeña, después de todo el Rey tenía más de un enemigo. Los cuales habían escapado...

-Ups... ¿Puedo entrar?-Katsuki quiso tirarle el espejo en la cara, pero al rozar ligeramente su mano con su vientre lo descarto.


-Ya abriste después de todo.-Midoriya le sonrió encantado. Su estómago se revolvió de mil maneras y su corazón vacilo por un momento ante aquel gesto.

-Como... ¿Cómo has estado?-El peliverde se sentó a su lado y como si el no fuera a darse cuenta poso su mano sobre la suya, pero no la apartó.

De una manera extraña se sentía tranquilo...Sin deseos de pelear.

-Aburrido. ¿Qué hay de ti?-Katsuki después de tanto tiempo le hablo claro y sin gritos. Incluso él se sorprendió un poco.

El recuerdo del peliverde diciéndole "Te amo" pasó rápidamente por su mente, cosa que lo puso nervioso y algo avergonzado.

El aroma del pecoso después de tantos días sin verse parecía mucho más embriagante...


-¡Bien ahora que puedo verte!-Deku parecía bastante feliz. Había algo a su alrededor expandiendo felicidad, una tan fuerte que le ponía los pelos de punta.

-Mhh...Ya.-Bakugou orgullosamente se hizo el desentendido, esperando algo más convincente que eso.

-¿No me crees?-Sus ojos verdes brillaron con intensidad, atrapandolo lo suficiente para de un momento a otro estar siendo besado por el mayor. Un gemido bajo salió producto de la impresión y el contrario no dudo en meter su lengua para demostrarle al Omega cuanto lo deseaba.

Las manos del rubio se posaron en el pecho de Deku, empujándolo lo más fuerte que podía para escaparse de esa trampa, por la cual estaba a punto de caer.

Cuando la mano rápida de Deku se metió por su camiseta tocando su vientre fue que no lo soporto más y el ambiente de pasión se rompió en solo un segundo.


-Suéltame.-

-Bakugou...Kacchan.-El aroma de Midoriya se puso espeso y peligroso.

-Quiero estar solo...-El Omega no mostraba intimidación alguna ante el ambiente que este generaba, pero por instinto cubrió su vientre con sus brazos.

Tal imagen desconcertó al Alfa.


-Más tarde yo mismo te traeré la comida y saldremos a dar un paseo. Adiós.-Sin mirar al rubio salió rápidamente por la puerta.


-Imbécil...-

Deku seguía cabreándolo, ¿Eso nunca iba a cambiar, no?

Esclavitud. (DekuKatsu)Where stories live. Discover now