Esclavitud. (DekuKatsu)

CAPÍTULO 3: "EL REY"

Katsuki, era arrastrado por el suelo con una cuerda alrededor de sus muñecas, de la cual el largo seguía hasta llegar a las manos de un peli azul. Esta persona no se molestaba ni siquiera en evitar las rocas o piedras que le hacían daño al cuerpo del menor.

—Ojalá el Rey me dé permiso de quedármelo—dijo repentinamente el pelirrojo, quien iba un poco más rápido que sus compañeros. Tenía una gran sonrisa en el rostro y a pesar de ser de la misma categoría que los otros dos poseía un aura de amabilidad alrededor de él.

Lamentablemente por eso mismo muchos Omegas habían caído en su trampa de "rostro de niño bueno", para terminar ser golpeados o esclavizados.

—No lo creo—Respondió del pelo-azul—El Rey ha decidido esta última semana tener su propio esclavo por primera vez, así que me imagino que se quedará con éste —Añadió de manera rápida, con una voz apagada.

Se giró al peli morado quien mantenía un silencio constante. Extraño, ya que era el más hablador de los tres.

—Kirishima, ¿por qué quieres a este insecto? —preguntó el silencioso con una voz neutra, pero que sonó con asco al referirse al chico que era arrastrado, quien tenía muchos rasguños en su espalda, llenos de sangre y tierra.

A sus ojos repugnante, pero aún hermoso.

—Umhh, es joven y está muy lindo—respondió el pelirrojo— ¿No lo crees también, Iida?

El peli azul paró repentinamente para girar el cuerpo del pobre adolescente. Se sacó su capa y la coloco alrededor del cuello del rubio, para que esta quedara como amortiguador detrás de su espalda.

—Bueno, aunque el Rey lo tome para él...—Volvió a hablar el pelirrojo. Este Observo las caderas del menor con detenimiento, recorriendo también su vista por los muslos. —Podemos igualmente jugar con su cuerpo.

Shinsuo lo miro molesto, no queriendo admitir que el mocoso que estaba tirado en el suelo era uno de los Omegas más hermosos que había visto en su vida.

Su ceño se frunció y dio un chasquido de molestia. Siguió caminando sin siquiera mirarles.

—Kirishima, le he puesto la capa para que no se haga tanto daño. El Rey tal vez se moleste cuando lo vea en ese estado, antes de mostrárselo deberíamos lavarlo...—dijo el chico de anteojos.

No quería tener problemas con el Rey, ya que la última vez lo había castigado duramente. Aún recordaba los últimos dos días de su castigo, casi se volvió loco. No quería volver a hacer enojar al Rey.

—No—dijo tajante. — Estoy seguro que querrá verlo de inmediato en cuanto lleguemos...Tú sabes que él se informara de inmediato. —Kirishima, apresuro el paso hasta el peli-morado.

Iida, le dio la razón.

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Katsuki despertó al sentir repentinamente agua en su rostro, observó desconcertado para todos lados, pero a cambio recibió una patada en la boca del estómago, logrando que de sus labios saliera algo de sangre.