No soy un Héroe

36 5 0
                                    

Con un sumo cuidado, la mujer retiró la Gasa que cubría el costado izquierdo de mi abdomen, aquello ocasionó algo de dolor para mí, sin embargo, solo apreté mis puños y me quedé ahí acostado con la mirada perdida en la nada.

-La herida está sanando más rápido de lo que pensé, teniendo en cuenta el tiempo que ha transcurrido- Mencionó sin obtener alguna respuesta a cambio -Podrás levantarte  pronto- Añadió.

Mi rostro giró ignorando sus palabras pese a haberlas escuchado a la perfección.  Mi mirada se encontraba vacía y mi rostro ahora inexpresivo.

En silencio la Mujer recogió sus cosas y avanzó hasta la salida de la habitación, no sin antes echar un último vistazo en mi dirección.

Las horas transcurrieron, la noche reinó como cualquier otro día. Una vez más la mujer entró con la intención de cambiar los vendajes, pero al hacerlo dejó caer el botiquín.
La cama en donde debería estar acostado se encontraba vacía y la ventana del otro lado de la habitación abierta.

Rápidamente salió del apartamento llegando a ese callejón, sin embargo, no encontró algún rastro mío. En ese momento tomó una gran bocanada de aire tranquilizándose y procedió a ponerse de cuclillas sobre el suelo mientras reposaba su mano en el concreto.

A unas cuantas cuadras me encontraba deambulando, tenía puesta la ropa que ella me había entregado y la capucha puesta de tal  forma que nadie pueda ver mi rostro. 
Tras caminar sin rumbo salí de la zona deshabitada pues ahora la gente se volvió frecuente así como la luz en las calles.

Mi rostro apuntaba al suelo por lo que me era casi imposible avanzar sin chocar con una que otra persona, sin embargo, no me detenía, escuchando en pocas ocasiones insultos provenientes de ellos los cuales poco después se perdían en el estruendo producido por los autos y camiones.

De un momento a otro me detuve frente a un almacén de electrodomésticos los cuales tenían televisores en la vitrina que daba a la calle permitiendo a las personas que pasaban echarles un ojo del otro lado del cristal.

Algo en él llamó mi atención por lo que me acerqué dando pasos leves debido al dolor que todavía sentía en mi abdomen. En este televisor pasaban una noticia que al parecer había transcurrido hace unas pocas horas.

Hablaban de como una pareja detuvo a un camión blindado robando todo el dinero y asesinado a los que protegían el camión. Pese a que la policía logró acorralarlos no pudieron hacerles daño ya que la piel de la mujer era tan resistente que las balas rebotaban, mientras el hombre tenía la fuerza suficiente para arrojar objetos muy pesados contra los oficiales que intentaban disparar.

-En estos días han aparecido personas con poderes- Dijo una voz detrás de mí -No puedes irte así sin más- Añadió soltando un suspiro.

Mis ojos recorrieron toda la pantalla hasta ver la hora y fecha que mostraba el canal de las noticias. La fecha demostraba que estábamos diez de ese mes.

-¿Estuve inconsciente.. diez días?- Pregunté sin voltear a verla.

-Si, sufriste demasiado daño. Diría que el hecho de que estés aquí de pie es un milagro- Contestó acercándose a mí.

-Milagro..- Gruñí en voz baja. 

-Tenemos que volver, aún no puedes estar de pie tanto tiempo- Colocando su mano en mi hombro comenzó a tirar de mi cuerpo llevándome de regreso. De mi parte no puse resistencia dejándome llevar.

No tomó mucho tiempo llegar al departamento, podía notar como la luz desaparecía a lo largo de la calle siendo la luz de la Luna lo único que impedía la oscuridad completa en el lugar.

Ojos De VenganzaWhere stories live. Discover now