Herido de gravedad

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La mayoría de guardias estaban inconscientes en el suelo ya que al estar ciegos se dispararon entre ellos mismos.

Con el paso de los segundos la vista de los demás había vuelta a la normalidad, para este entonces me había encargado de desarmar e inmovilizar a la mayoría de los guardias. Quedando solo unos cuantos junto al otro sujeto.

Aquel tipo clavó una mirada de odio sobre mí antes de ordenarles a los que quedaban que me asesinen.

Hubo un pequeño silencio incómodo el cual fue interrumpido por los policias llegando al sitio, esto me hizo reaccionar así que corrí hacia las escaleras subiendolas tan rápido como podía.

Los guardias me siguieron inmediatamente mientras el otro me seguía a un paso muy tranquilo dejando a los estudiantes ahi.

Quedaban solo tres guardias armados, apenas me quedaban dardos eléctricos y no podía usar los Lanza-Garfios aún.

-Mía, ¿cuál es la probabilidad de derrotarlos uno a uno sin gastar mis artefactos?-

Mía: El combatirlos uno a uno eventualmente gastará sus fuerzas, la probabilidad de salir invicto es baja.

-No si uso la cabeza- Metí mi mano en mi bolsillo sacando una última esfera luminosa -Espero que resulte bien-

Los guardias llegaron al pasillo el cual estaba vacío, sin embargo, siguieron avanzando con las armas en la mano.

Yo me encontraba escondido en la estructura de un ascensor a medio construir esperándolos.

Un objeto circular cayó desde arriba al suelo rodando hasta sus pies.

Guardia: ¡Cubranse los ojos! -Gritó al ver de qué se trataba-

Los tres cubrieron rápidamente sus ojos quedando medio cegados.

Cuando esto ocurrió salté desde arriba y disparé uno de los garfios clavandolo en el suelo a un lado del guardia para luego ser atraído hacia su dirección.

Junté mis piernas impactando con fuerza en su pecho tirandolo al suelo inmediatamente.

Los otros guardias se guiaron por el ruido disparando sus armas contra mí.

Rápidamente me tiré hacia un lado evadiendo el disparo y corrí hacia él en Zig Zag. Al llegar hacia él di un golpe sobre su cara lanzandolo contra la pared cercana.

El compañero inmediatamente pisó fuerte detrás de mí haciendome entender que me tenía en la mira.

Guardia: Date vuelta bastardo o fundire tus órganos.

Sería imposible esquivar a esta distancia ese disparo, no me quedo de otra que obedecer dando vuelta.

El que estaba contra la pared me sujetó por la espalda.

Guardia: ¡Disparale!

Sin pensarlo dos veces el otro disparó su arma contra mí.

En ese momento fue como si todo pasara en cámara lenta. Mi corazón latía tan rápido que sentía como si fuera a salir de mi pecho.

Lo que se me ocurrió fue saltar y girar mi cuerpo para colocarme detrás del guardia.

El impulso que tomé fue más fuerte de lo que esperaba ya que además de soltarme de su agarre logré poner mis pies en la pared horizontalmente a la altura de su cabeza, y ese guardia era más alto que yo.

La onda impactó en el abdomen del Guardia lanzandolo nuevamente contra la pared.

Antes de caer me impulse con la pared lanzandome directamente contra el otro Guardia golpeandolo con fuerza en la cara.

Ojos De VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora