Invento

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El día Lunes asistí a clases, no por que quería, al contrario, no quería ir a soportar lo que ya era obvio, la cara de pena de todos. Pero, necesitaba hacerlo.

En cuanto entré a mi curso, todos hicieron silencio y me observaron, era incómodo.

Me senté en el último asiento de la fila, me coloqué la capucha y me recosté sobre mi asiento.

García: Bro.. nos enteramos de lo que sucedió..

Rodrigo: Cuanto lo sentimos, es.. un-

-¿"Una gran pérdida"?- Dije interrumpiendolo -Ya lo se, todos me han dicho lo mismo-

Ellos cruzaron miradas algo preocupados.

Andrade: El profesor te dejó esto -Sacó de su maleta una carta y la dejó sobre mi asiento-

Rodrigo: De verdad lamentamos eso, te.. dejaremos sólo un rato.

En cuanto ellos se fueron levanté mi cabeza y tomé la carta.
El tipo al que nos referiamos como "profesor" era de hecho un reconocido científico el cual empezó a colaborar con mi Universidad.

Debido a un accidente en el pasado terminé covirtiendome en su asistente personal.

Mensaje:
"Austin, puedo entender por lo que estás pasando, es difícil, pero necesito de tu apoyo, te espero después de clases en el laboratorio"

-Hmp.. como anillo al dedo-

Tan pronto como terminaron las clases recogí mis cosas y me fui sin tocar palabra con algún amigo.

Aún caminando por el pasillo todos me miraban con sus detestables ojos de pena.

Salí de mi facultad y caminé a traves de la cancha ya que era un buen atajo, del otro lado estaba el laboratorio, no era tan grande, pero si espacioso para varias personas.

Entré usando mi copia de la llave, como de costumbre estaba algo desordenado pero nada excesivo.

Profesor: ¡Hasta que llegas! -Exclamó mientras colocaba una mano en mi hombro-

-Lo siento-

Profesor: Austin, entiendo perfectamente lo que estás pasando, como sabrás, perdí a mi familia cuando era muy joven debido a un accidente.

-Esto es distinto profesor, yo no los perdí- Saqué mis manos de los bolsillos y los puse sobre la mesa -Me los arrebataron- Dije con la mirada llena de odio.

Hubo un momento de silencio hasta que el profesor se volvió a levantar de su silla.

Profesor: Estaba guardandolo, pero haré una excepción contigo ya que me ayudaste con esto.

-¿De qué habla?-

Caminó a lo largo de la sala e insertó una tarjeta en una capsula cerrada.

Esta se abrió dejando ver un par de placas pequeñas de color metálico.

- E-Esos son...-

Profesor: Asi es, finalmente están terminados -Tomó en sus manos ambas placas y se dirigió a la mesa colocando un trozo grueso de metal y detrás una manzana- Retrocede un poco por favor.

Haciéndole caso retrocedí unos cuantos pasos.

El profesor colocó sobre su cabeza una "corona", esto permitía que la persona piense en algo y por medio de ondas cerebrales eso se convierta en su objetivo, acto seguido colocó cada placa en la palma de su mano y pensó en su objetivo.
Cuando hizo esto, de las olacas salieron disparadas ondas viajando por el aire atravesando el trozo de metal sin hacerle daño hasta llegar a la manzana destrozandola en varios trozos.

Ojos De VenganzaWhere stories live. Discover now