Pesadillas

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Hablé con el profesor y quedamos en salir el fin de semana a celebrar el éxito que tuve el invento dentro de la comunidad científica.

Cuando llegó el fin de semana nos encontramos en el malecón de la ciudad a las 19:00 hrs, fuimos a un bar cercano y bebimos un poco, todo fue muy divertido, reíamos y hacíamos bromas que si bien podrían ser consideradas algo "nerd" para nosotros tenían mucha gracia.

-Profesor, ¿usted conoce a una chica llamada "Serena"?, es un poquito más baja que yo y tiene cabello blanco largo hasta la cintura-

Profesor: Por supuesto, ella fue mi ayudante por un tiempo.

-¿Qué sucedió?-

Profesor: Nada realmente, es una chica muy investigadora, y decidió dedicarse a sus propias investigaciones.

-¿También le gusta la ciencia?-

Profesor: Oh no no, su campo es la medicina, ella es más como una "farmacéutica loca", solía llamarla así de vez en cuando, tiene ideas prometedoras pero prefiere hacerlas por si misma. ¿Por qué las preguntas?

-Mera curiosidad- Respondi tomando otro sorbo a mi vaso vaciandolo.

Profesor: ¿No será que ella te interesa? -Dijo mirándome fijamente mientras se reía-

-Para nada, solo era curiosidad. Termine eso rápido que ya es tarde-

Profesor: Oh.. me estaba emocionando -Termino de beber y dejó unos billetes en la mesa pagando su parte ya que yo ya había pagado la mía-.

Estando afuera del bar tomamos un taxi, primero fuimos a dejar al profesor a su casa.

Profesor: Austin, ve al laboratorio el miércoles, tengo grandes ideas para nuevos proyectos.

-Ahí estaré- Dije arrimandome a la ventana del taxi -Igual estos días lo hubiese tenido difícil, estoy con otros proyectos personales-

Profesor: Me agrada ese entusiasmo, entonces nos vemos allá -Estiró su mano hacia mí-

Sonriendo estreche fuertemente su mano -Somos un equipillo-

Al despedirnos subí la ventana del taxi, tras darle la nueva dirección, éste arrancó.

Los minutos pasaban y me perdí en mis pensamientos mientras observaba a través de mi ventana.

No pasó mucho hasta que fui sacado de ese estado por una gota de agua que se deslizó del otro lado del cristal, luego apareció otra y luego otra, así hasta empapar todo el cristal.
Estaba empezando a llover, y era una lluvia fuerte al parecer.

Luego de pagarle al taxista entré corriendo a mi casa, estaba ligeramente empapado y con algo de frío.
Al entrar Nala se levantó y se dirigió hacia mis pies frotandolos.

-Hola pequeña- Me agache cargandola en mis brazos dirigiendome a la cocina, una vez ahí le puse su comida y leche a su lado.

Tras eso subí a mi habitación y me tiré en mi cama observando el techo.

-No me vendría mal un pequeño descanso, he trabajado mucho últimamente- Murmure antes de cerrar los ojos.

Transcurridas unas horas un fuerte sonido me despertó casi de golpe obligándome a sentarme en la cama.

Era el sonido de un golpe seco contra la pared en el piso de abajo.

Me levanté en silencio de la cama y salí de mi habitación, todo estaba oscuro apenas podía distinguir algunos objetos en el pasillo.

Justo antes de llegar a la escalera el sonido se volvió a escuchar, pero no solo eso, pude escuchar claramente como alguien bajaba corriendo las escaleras hacia la sala. Aquello hizo que se me ponga la piel de gallina.

Principalmente porque delante de mi no había nadie, y aún así escuché como si bajaran corriendo las escaleras.

Tomando algo de aire me asomé por la pared viendo hacia abajo, un alivio recorrio mi cuerpo al confirmar que no había nadie.

Comencé a bajar la escalera, pero antes de llegar al final la luz de la cocina se encendió.

Giré y me puse de camino hacia allá, ahora listo para pelear si hacia falta.

De la cocina salió corriendo una sombra más baja que yo chocando conmigo y siguiendo de largo hasta detenerse en medio de la sala sin dejar de reírse en ningún momento.

Trague saliva y volví a girar comenzando a acercarme a ella.

-¿Austin?- Preguntó cuando me encontraba frente a ella.

Debido a la oscuridad no podía diferenciar muy bien detalles como sus rasgos, solo su silueta.
Pero esa voz.. la reconocería donde sea.

-¿Kiara..?- Era la voz de mi difunta hermana pequeña.

Antes de poner una mano sobre ella la luz se encendió, lo que pude ver me dejó estupefacto, al punto de que mis manos comenzaron a temblar.

Era mi hermana, pero su piel era de un color grisáceo, partes de su carne estaban colgando y otras parecían estar siendo comidas por gusanos en ese momento.

Intenté dar un paso atrás pero mi pie perdió fuerza haciéndome caer sentado, intenté retroceder pero mi espalda chocó con algo.

Levanté la mirada viendo a mi padre de pie detrás de mí, se veía igual que Kiara, aunque la diferencia era que a él le faltaba un ojo dejando ver únicamente una cuenca vacía.

-Nos abandonaste, Austin- Dijo una voz delante de mí obligándome a mirar hacia el frente.

Era mi madre quien se arrastraba hacia mi luciendo igual que los otros, pero de una forma mucho más grotesca.

-¡Ahora ven con nosotros!- Estiro una de sus manos hacia mí.

Justo antes de tocarme mis ojos se abrieron de golpe y me senté en la cama.
Mi respiración estaba muy agitada, un sudor extremadamente frío bajaba por mi frente y lágrimas se acumulaban en mis ojos.

Recoste mi espalda en la pared mientras abrazaba con fuerza mis piernas.

-Malditas pesadillas..- Susurre en lo que pegaba mi frente a mis rodillas.

Ojos De VenganzaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang