Tarjeta Digital

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-No imaginé que esto tardaría muchísimo- Aburrido caminaba en el borde de la terraza en la que me encontraba balanceándome para no caer.

Lucy: Entonces, ¿qué harás una vez lo tengas?

-Lo iré dejar a un sitio muy apartado, además de drogado. Con algo de suerte podrá llegar a su casa- 

Lucy: No puedo creer que enserio esté ayudándote con esto. ¿Qué pasó con tus amigos?, los que me dijiste que también usaban un.. traje.

-Uno de ellos fue apuñalado repetidas veces y el otro también mal herido. Esto es algo que tengo que hacerlo por mi propia cuenta- 

Lucy: Al menos dilo con algo de pena y no como si fuera algo normal.. 

-Ahora mismo no puedo darme el lujo de preocuparme por esas cosas, ya hablé con ellos y aun están recuperándose. Estarán bien-

Lucy: Te has vuelto demasiado frío en varios aspectos, a veces da miedo.

Ignorando lo que dijo saqué el celular de mi bolsillo activando a Mía manualmente.

-¿Mía, estás lista?-

Mía: Esperando tus órdenes.   

Lucy: Oh claro, ignorame.

-Silencio, ya es hora- Dije agachándome en el borde de la terraza viendo la TrailBlazer estacionarse frente al bar. Del auto se bajaron tres personas, él incluido. 

En cuanto entraron al bar decidí comenzar a moverme.
Unos quince minutos habrán pasado desde su llegada cuando alguien abrió la puerta del bar, un hombre joven que habló en voz alta.

-¿Está aquí el dueño de una TrailBlazer?, porque la acaban de robar-

Aquello llamó la atención de Edgar quien salió inmediatamente del bar enfurecido con sus hombres atrás de él, ambos con las manos puestas sobre sus armas pero sin desenfundarlas.

Su sorpresa fue grande cuando no vieron la camioneta estacionada en el lugar en el que la habían dejado.

-¡Se fue por aquí!- Gritó el hombre levantando los brazos para llamar su atención para luego indicar con su brazo hacia el callejón más cercano.

Siguiendo sus indicaciones se adentraron en el callejón pudiendo visualizarla al fondo de éste inmóvil.

Apresurando el paso lograron llegar a la camioneta, ningún vidrio estaba roto pero había indicios de que habían forzado la cerradura.

El ruido de una vara de metal chocando con el suelo llamó la atención de los guardias quienes desenfundaron sus armas al instante solo viendo el origen del ruido y al fondo del callejón el mismo que los había alertado de pie mirándolos.

Los guardias se acercaron a la vara pero al no encontrar nada dieron vuelta para regresar con Edgar, sin embargo, en cuanto lo hicieron, el guardia que iba al final cayó brutalmente al suelo estrellando su cabeza contra este.

Ante el ruido el otro guardia giró viendo a un hombre sobre su compañero, quiso apuntar pero inmediatamente giré mi cuerpo pateando su mano con mi talón izquierdo.
El golpe causó que el disparo sea desviado impactando un tacho de basura a uno de los lados.  

Al regresar a mi posición normal levanté mi cuerpo dirigiendo mi antebrazo izquierdo contra sus brazos desviando así otro disparo pues apuntó con rapidez.

Para evitar que retome los disparos golpee su cuello con mi puño derecho privándolo del aire, seguidamente tomé su mano con la que sostenía el arma y la giré completamente rompiéndola.

Ojos De VenganzaΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα