Choque

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Esa es la historia de cómo comencé con la loca idea de pelear contra tipos en la calle, pero, la diferencia es que no peleo por ayudar a los demás, peleo para encontrar a mi principal objetivo el cual se trata de la banda o grupo del que habló el detective.

García: ¿El profesor aún no ha vuelto?

-No, supongo que se está dando su tiempo-

García: Se merece sus vacaciones, estuvo mucho tiempo metido en ese laboratorio.

-Si, supongo- Mi mirada estaba fija en mi celular.

Había mejorado a Mía, podía hackear haciendo uso de su inteligencia, de igual forma otorgarle acceso a otros dispositivos. En ese momento había accedido a cámaras de vigilancia para hacer pruebas.

Recuerdo que los chicos iban hablando a mi lado, pero estaba tan enfocado en lo que hacía que apenas y entendía algo de lo que decían.

No fue hasta que brusco golpe apartó mi vista del celular, choque con alguien y perdí mi equilibrio cayendo al suelo de la misma forma que la otra persona.

Varias hojas se desplazaron por el aire cayendo lentamente hasta reposar sobre el suelo a nuestro alrededor.

-¡¿Oye por qué no te fijas?!- Levanté mi voz de forma irritada hasta fijarme con quien había chocado.

Se trataba de una chica, al parecer era un poco más alta que yo, vestía una bata Blanca como la de los doctores junto a un Jean. Lo que más llamaba la atención en su apariencia era su cabello, un cabello tan blanco como la nieve. La chica yacía sentada delante de mi con la piernas recogidas y con la mano sobre su cabeza ligeramente aturdida.

-Disculpame enserio- Dijo totalmente arrepentida mientras se arrodillaba y recogía los papeles regados por el suelo.

Un suspiro escapó de mis labios y me puse a ayudarla a recoger todo incluyendo unos cuadernos que llevaba junto a las hojas.

-Disculpame a mí, aquí tienes- Le entregué el pilo de cuadernos y hojas. Al hacerlo comprendí por qué impactó contra mí. El pilo casi era más alto que ella, llegando desde su cintura hasta poco más arriba de su frente.

-Muchas gracias..- Volvió a retomar su apresurado paso tambaleándose un poco al caminar.

En cuanto ella se fue giré mi rostro hacia mis amigos, ellos estaban aguantadose la risa mientras veían como hacía el ridículo en el suelo.

-¿Qué?-

Andrade: Loco, tienes suerte.

-¿Le llamas suerte a recibir un golpe y caer?-

Leonardo: ¿No sabes quién es esa chica a la que le gritaste?

-No, ¿debería?-

García: Viejo, ¡ella es Serena, es una de las chicas más hermosas en esta Universidad!

-Nunca escuché de ella, ni recuerdo haberla visto-

García: No acostumbra a venir aquí, según parece tiene 19 años, pero ya está en 4to Semestre de Medicina.

-¿4to Semestre?, imposible-

Andrade: Se graduó muy joven del colegio.

-¿Es como una chica superdotada?-

García: Al parecer. Pero lo más duro, es que ella pasó por lo mismo que tú.

-¿A qué te refieres?-

García: Su familia fue asesinada, ella vive sola. Debido a eso parece que prefirió distanciarse de los demás, no cruza palabra con absolutamente nadie.

-¿Y si es así como saben eso?-

Mi amigo se limitó a levantar los hombros dándome a entender que no era una información 100% cierta.

-Si no saben entonces no hablen- Dije levantando un poco mi voz mientras metía mis manos en mis bolsillos y me marchaba.

Al final del pasillo al girar, se encontraba la chica arrimada a la pared abrazando un cuaderno contra su pecho, al parecer escuchando todo.

Cuando salí me compré algo que suelen vender por ahí afuera llamado "pasteles" y me dirigí a comer a un parque cercano.

-Lo mismo que yo..- Murmure mientras me sentaba en un columpio.

Mía: Austin, he interceptado una alerta de la policía.

-¿De qué se trata?-

Mía: Robo en progreso.

-¿Hay cámaras cerca?-

Mía: Si.

-Dame el video-

Pocos segundos después de decir eso en el cristal de los lentes apareció la escena vista desde las cámaras de vigilancia.
Era cerca pero la policía ya se encontraba en camino, así que lo dejé pasar.

-No soy una especie de justiciero, eso no me incumbe, tengo un único objetivo-

Finalmente la imagen desapareció permitiéndome ver la calle normalmente.

Al día siguiente fui al Dojo, todo iba normal, pero de un momento a otro el sensei me llamó para hablar sobre algo.

Me senté en su oficina y colocó un periódico delante de mí.
El encabezado decía "Encapuchado vuelve a atacar" y la foto era una de hace pocos días, cuando hice atravesar a ese ladrón a través del ventanal.

(Yo no lo llamaría atacar). Pensé para mis adentros mientras leía el encabezado.

Sensei: Supongo que ya sabes respecto a este tipo.

-Oh si, el encapuchado que pelea contra el crimen, es de lo que todos hablan últimamente-

Sensei: Aquellos que lo han visto pelear, dicen que pelea como el demonio, es muy ágil y fuerte, al parecer pelea usando artes marciales.

-Si, he escuchado algo al respecto-

Sensei: ¿Conoces de quién se trata?

-¿Por qué lo sabría?, existen millones de personas en esta ciudad, puede ser cualquiera-

Sensei: Desde la primera vez me di cuenta, tu forma de pelear se deriva de la rabia. Tienes cierta oscuridad en tu interior.

-¿Quiere decir que en mis ratos libres salgo a las calles disfrazado a hacer el papel de Batman?, ¿Cree que no tengo cosas más importantes que hacer?- Enfadado me levanté de la silla y di media vuelta hacia la salida.

Sensei: Sería una vergüenza si desconfiara de mis alumnos, así que voy a creer en ti. Pero recuerda que las artes marciales son para defensa personal, no para venganza, Austin.

Coloqué mi mano sobre la perilla girandola en silencio para posteriormente salir y cerrar la puerta a mis espaldas.

-Tsk.. ¿que sabe él?-

Ojos De VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora