Anulador de poder

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Los primeros rayos de sol iluminaban el alto edificio resaltando la enorme cruz roja que sobresalía del centro del mismo, al mismo tiempo, Marco avanzaba hacia su vehículo junto a su compañera quien acababa de salir del hospital.
La herida resultó ser más profunda de lo que ambos pensaron, los doctores tuvieron que limpiarla con cuidado y eventualmente saturar.

Sin embargo, decidieron esperar a que la Anestesia perdiera su efecto para que ella pueda moverse con más naturalidad.  Por lo que la dejaron en una camilla por el resto de la noche.

Marco: Te llevaré a casa -Avisó mientras sus manos rebuscaban las llaves de su auto dentro del bolsillo de su pantalón-

Carolina: No.. tenemos que regresar a la oficina para terminar ese papeleo -Respondió con una mueca de dolor en su rostro-

Marco: Yo puedo encargarme de eso -Dijo con firmeza- Tu tienes que descansar. Además, ya reporté tu situación.

Carolina: Marco.. 

Marco: No aceptaré un No por respuesta -Exclamó interrumpiéndola- Irás a descansar y punto.

Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de la mujer pese a la mueca de dolor que hacía antes de responder -Eres tan lindo cuando te preocupas por mí- 

El detective solo aceleró su paso mientras trataba de disimular el ligero sonrojo que invadió su rostro. Una vez llegaron al auto partieron en dirección de la casa de Carolina.

Fue un viaje de no más de treinta minutos, las calles lucían tranquilas y tan solo se escuchaba la radio del vehículo entonando una canción denominada "My heart is yours" de la banda favorita de Marco.

Aquella canción causó que no pueda contener una pequeña risa lo cual llamó la atención de su compañero quien pese a ir conduciendo, tenía casi toda su atención en la Mujer, pues no podía evitar sentirse algo culpable por no haber podido hacer algo más por ella.

Marco: Parece que tienes algo divertido en mente -Dijo de forma casual regresando su mirada al frente-

Carolina: Solo me parece curioso -Respondió divertida con la mirada perdida en algún punto más allá de la ventana-

Marco: ¿Curioso? -Preguntó confundido-

Carolina: Todo aquel que te conoce pensaría que eres alguien muy rudo que no teme enfrentarse incluso a personas con habilidades. Pero nadie pensaría que te gustan ese tipo de canciones.

Una ligera carcajada apareció de Marco al terminar de escuchar lo que dijo la Mujer, pues era algo que hasta cierto punto se había acostumbrado a oír de los pocos que lograban conocerlo a profundidad.

Marco: También tengo gustos normales, ¿sabes? -Dijo con un pequeño tono sarcástico- No soy un robot sin sentimientos cegado por la ley y el orden.

Carolina: Si, parece tienes un lado lindo también.

Marco: Mejor ponte a descansar hasta que lleguemos.

Una vez más lo único que se escuchaba fue la radio reproduciendo la misma canción y el motor del vehículo avanzando a lo largo de las calles.

Tras dejar a su compañera dentro de la casa y cerciorarse de que se encuentre bien, partió hacia su trabajo, todo se mantuvo con normalidad por las calles; personas iban y venían, algunos solos, con parejas o acompañados de sus hijos pequeños.

Ver esto último causó un pequeño escalofrío sobre él quien dejó de centrarse en las personas a su alrededor y mantuvo la mirada al frente centrándose en llegar rápido a su trabajo.

Estacionó el vehículo en el estacionamiento debajo de la comisaría como de costumbre y procedió a subir directamente a su oficina para terminar el papeleo que le correspondía para así retirarse temprano por ese día.

Ojos De VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora