Bebes

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Querida Elizabeth

Para serte sincero en una época de mi vida lo pensé tal cual tus amigas. Necesitaba lo que la familia de esta joven me ofrecía y ella en realidad me agradaba mucho, pero no la amaba en lo absoluto. Quise ser egoísta y materialista como los demás, sabía que si ataba mi vida a ella la tendría resuelta al instante y de una estupenda manera en la Sorbona.

Pero mi lado emocional me gobernó por completo, no podía imaginarme una vida sin amor por más que mi pasión de ser médico este cumplida.

Rompí con ella ten pronto como pude y aunque me dolió verla lastimada sabía que no se merecía el amor a medias que yo le ofrecía.

Me guío ahora por los sentimientos que pueda despertar por la persona en cuestión y no por lo que está tenga que ofrecer me materialmente.

Pero para las mujeres es completamente diferente. Vivimos en una sociedad injusta y rígida, gobernada por hombres de cabeza dura que no entienden a la mujer más allá de sus hijos y la cocina. Cada situación en singular y tiene sus complicaciones, pero en mi más humilde opinión tu amiga no debería dejar arrastrarse en un matrimonio por conveniencia.

Lo material se arregla con el tiempo, pero nada pesa más en el pecho que un corazón prisionero.

Por eso trátate de hacerte cambiar de idea el verano pasado con respecto a un compromiso, se cuan insoportable se puede volver verte en una vida que no querías en lo absoluto solo por complacer a quienes quieres.

Pero ellos, lee atentamente, si verdaderamente te aman seguirán ahí decidas lo que decidas. No puedes vivir tu vida complaciendo a quien crees deberle algo, eso no es vida

Piénsalo.

Con afecto, Gilbert.

PD yo si te puedo ver caminando al altar, pero estoy seguro que serías una de esas novias que no cumplen ningún ritual de bodas y aparecen en la iglesia como se les da la gana.

(...)

En unos de los pasillos de Queens, con su pequeño jardín ante mí, leo la carta de Gilbert y se abre e mi cabeza un pequeño hueco, un escenario, mi amigo se presenta en él y una mujer sin rostro está a su lado sonriéndole, ellos se juran amor eterno frente a un arrugado cura y tomados de la mano se besan. La escena me estremece en un total desagrado y abandona la idea de inmediato, abocándome una vez más al pesado libro de embriología que tome de la biblioteca de papá

Las páginas gruesas y viejas describen con exactitud y esmero la delicada figura en crecimiento del ser humano, todas sus etapas, todos sus misterios. Estoy tan concentrada en cierto punto que Ni siquiera noto la presencia de Anne a mi lado. Solo cuando volteo la página y escucho una desagradable exclamación noto a mi amiga.

- ¿Qué es eso?- pregunta con la cara llena de asco y los ojos apartados de la imagen, como si solo el verla le retorciese el estómago.

- Es un embrión-respondo.

- ¿Y que es un embrión?

- Lo que luego se transformara en bebe, este es un dibujo como piensan que se ve en las primeras semanas de embarazo.

- ¿Eso será un bebe?- pregunta incrédula- imposible.

- La ciencia es asombrosa- comento riendo ligeramente- cuesta creerlo pero esto- señalo el primer dibujo- en solo treinta semanas se volverá esto- vuelvo la página y le enseño la última ilustración de un bebe en prefecto estado, con sus miembros definidos y sus rasgos entendibles.

Ella pensativa observa la imagen y veo como sus ojos leen el epígrafe de esta "38 semanas de embarazo, encallado en el canal de parto"

- No sé cómo Jane pieza hacer eso- dice sin despegar sus ojos del libro con la voz algo apresurada- está entusiasmada por tener hijos, nos lo dijo hoy en el desayuno.

- Es algo natural, nuestro cuerpo está diseñado para esto.- digo tratando de tranquilizarla, pues no veo más que miedo en su expresión.

- Lo sé, pero creí que llegado el momento de concebir una estaría acostumbrada a la idea de lo que conlleva traer un niño al mundo. Jane y yo tenemos la misma edad y ella parece estar completamente lista para eso- señala el libro- pero yo solo me siento aterrada.-Anne termina con un suspira escapando de sus labios

- No creo que en realidad alguien esté preparado para un hijo, es decir, muchas personas lo desean y lo buscan, pero nadie sabe en realidad lo que le espera. No hasta que llega.

- La idea de un hijo ahora mismo solo hace que tiemble- ambas reímos algo nerviosas- me encantaría tener bebes, pero en un futuro bastante lejano

- A mí también- contesto sonriendo, pero el pensamiento se oscurece rápidamente- aunque no sé si yo sería adecuado para ello.

- Pero que dices, sería una mama increíble.

- No sé cómo es una mama en realidad- revelo apenadísima - la mía no ha estado precisamente presente en lo que fue mi crianza y nada se de todas las cuestiones que supuestamente deberían estar interiorizadas en mi- resignada no la miro y cierro el libro, pues he comenzado a temerle al inanimado bebe de papel- pero ustedes la hablan todos los días, parecen saberlo todo, como actuar con la familia de tu prometido, que cocinarles o incluso de que puedes hablar con ellos..., me siento completamente inútil como mujer.

- Nada de eso te define como mujer- Anne dice suavemente, decidida - Jane solo quiere ser la esposa ideal ante una familia que solo se la pasara criticándola el resto de su vida, pero su conocimiento sobre como colocar una mesa no la hacen más o menos mujer.- sus ojos intensamente miran a los míos y me reconforta en cierto punto- yo tampoco me crie con mi madre, y Marilla hecho la imposible por tratar de educarme conforme lo cree y eso dista mucho de los estándares de una mujer hoy en día, pero por eso no soy menos en lo absoluto. Tu capacidad de madre no depende de nada más del amor que puedas darle a tu hijo.

- Tan solo la idea de formar una familia con tan escaso aprendizaje me hace estremecerme de miedo.

- Pues ahí estaré yo cuando decidas hacerlo entonces, para ayudarte.- sonríe ampliamente, con una calma que en realidad desconocía en ella.- ayude a criar muchos, y Marilla siempre estará ahí para gritarnos si algo hacemos mal

Reímos toda la tarde y nos la pasamos idealizando por completo nuestras vidas. Anne quiere muchos hijos junto a su actual novio, y una pequeña casa cerca del bosque para todas las mañanas despertar juntos a los árboles en la naturaleza. Me describe de forma exacta como imagina su hogar y la escuela en la que piensa enseñar, no pasa un momento en que no piense lo única e increíble que es Anne Shirley Cuthbert

(...)

Querido Gilbert

No puedo creer que hayas estado a punto de casarte en el pasado

Con todos tus planteos existenciales y actitudes tan quisquillosas compadezco a la mujer que se convierta en tu esposa. Lamento que no consiguieres lo que anhelabas para tu futuro en la Sorbona, sin embargo me alegra en cierto punto pues gracias a eso llegaste a cambiar mi vida en Mt roose

¿Suena eso un poco egoísta?

Mi padre luego de la fiesta que tuvimos no volvió a mencionar la palabra prometido o casamiento en mi presencia, así que asumo el tema se le ha ido de la cabeza por el momento, esperemos que continúe así.

Las clases van de maravilla por aquí y casi que llevo la delantera en mi curso de semiología, sé que lo conseguiré entes de las vacaciones.

¿Cómo te va a ti?

Podría imaginarme que como yo estás contando los días para las vacaciones. No me quejo de nuestra reciente actividad por cartas, pero hay ciertas cosas que me gustaría comentarte en persona.

Ya casi falta 2 meses, esperemos que el tiempo pasa tan rápido como lo ha hecho en estas últimas semanas.

Nos veremos pronto, Elizabeth.

Bad Kind of Butterflies / Gilbert Blythe/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora