Decepciones

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New York no ha cambiado en nada, en la urbanización todos los edificios se ven exactamente igual a como los recordaba en mi partida, salvo que ahora los cubre una hermosa y blanca capa de nieve.

Entramos en la zona rural y en unos minutos estoy parada en la puerta de casa.

Sin nadie en ella más que papá no me sorprende que las grandes y marrones paredes no tengan ni un indicio de decoración, tal vez ni haya armado el árbol.

Extrañamente al entrar no me siento intimidada por los altos techos ni la elegante decoración, antes me parecía todo tan maravilloso que no me atrevía a tocar ciertas pintura o escultura por miedo a dañarlas, pero ahora me parecen tan comunes.

Mi padre me abraza tan solo al verme, me llena de preguntas de las cuales solo entiendo la mitad, asiento y río. 

Me ha extrañado mucho, en mi fascinación por los nuevos conocimientos en Queens se me ha pasado completamente el hecho de que el  quedo solo en esta enorme casa y un sentimiento de tristeza me llena el pecho, lo abrazo de nuevo más fuerte.

Luego  saluda a Will y yo al padre de este, como todos los años pasaremos las fiestas juntos.

El señor Briket sigue igual a través de los años, una versión vieja de Will, con canas y regordete, pero con el entusiasmo y el humor de un niño.

Su esposa los dejo hace muchos años, por causa de una epidemia cuando mi amigo era muy pequeño, no tiene recuerdos de ella. Se mudaron junto a nuestra casa después de su perdida y se volvieron parte de nuestra familia.

Al pensar en la señora Briket busco ansiosa con la mirada las cartas que mi madre suele enviarme para las fiestas, pero el mueble donde deberían estar se encuentra vacío.

-¿Aún no han llegado las carta de mamá?- pregunto mientras me saco mi abrigo.

Mi padre se pone rígido de un momento a otro, sus hombros se endereza, su sonrisa se desvanece y sus ojos se apagan un poco, como si no me hubiera oído en lo absoluto nos invita al salón por una taza de té.

Su reacción en realidad no me sorprende, siempre actúa así cuando hablo de mi madre.

Antoniette Le'puart, una hermosa dama parisina, se enamoró de mi padre muy joven. A unos pocos años de conocerse se casaron y formaron una hermosa familia en una agradable y rustica cabaña en las afueras de París. Tres hijos después, dos niños y yo, mi padre recibe una muy tentativa oferta de un hospital en New York. Felices empacan sus cosas pero, antes de partir una horrible noticia afecta a la familia. Mi abuelo, padre de mi mama había muerto en un accidente y su esposa, una mujer terriblemente enferma, se quedaría sola sin nadie que cuidara de ella.

Mi madre no podía permitirlo, así que con las mayor de las penas dejo ir a mi papa y a mí hacia un nuevo futuro, hasta hoy en día sigue en París cuidando de su progenitora y todos los años recibo una o dos cartas para esta época.

Pasamos noche buena y navidad hablando de la escuela, los amigos y el trabajo.

No me guardo ni un detalle al hablar de mis amigas y papá esta fascinado ante su descripción, espera conocerlas pronto.

Un día voy con Will a la cuidad y consigo todos los regalos prometidos Al llegar a casa los envuelvo cuidadosamente y escribo toda la tarde para Anne.

En año nuevo la casa está un poco más decorada, papá pelea con el horno intentando hacer la cena, el señor Brikret planea su próxima conferencia y Will roba comida de la cocina.

La cena resulta no ser un desastre absoluto aunque este quemada en algunos lugares, todos aplaudimos a papá al terminar y lo felicitamos por su nuevo puestode profesor en la universidad de Toronto.

En menos de lo que quisiera estoy de vuelta en el barco de regreso a Charlottetown con las maletas más llenas pero en ninguna de ellas se encuentran las cartas de mamá.No me ha escrito este año.

Sentados en cubierta viendo hacia en basto océano azul Will me abraza por los hombros.

- El frió se ha vuelto terrible- se excusa.

Sabe lo decepcionada que me siento, pero nunca fue bueno para consolarme con palabras.

-Eres un sensible- apoyo mi cabeza en el y cierro los ojos, imagino como sera mi nueva casa en Toronto,Canadá.

Trato de tener ocupada mi mente. 

Bad Kind of Butterflies / Gilbert Blythe/Where stories live. Discover now