Una Elizabeth enojada

201 21 1
                                    

Baje las escaleras y a cada paso que daba parecía que los escalones desaparecían debajo de mis pies, podía escuchar a mi padre llamarme, pero este sonaba algo lejano, en mis oídos solamente percibía fuertes latidos y mi mente desbocada se volvió a encender cuando finalmente llegue al salón.

Imposible.

¿Podría ser?, o en mi confuso estado actual veía una ilusión.

- Mira a quien encontré en el puerto. – escuche decir a mi padre, pero yo no podía apartar la mirada de la persona que se encontraba en la puerta.

Rodeado de maletas, un poco mas alto de lo que recordaba, con el pelo alborotado, pero los mismos hoyuelos marcados en sus mejillas al sonreírme, Will me veía desde la entrada con los brazos abiertos esperando que reaccione y corra a abrazarlo

Y así lo hice, su cálido pecho me recibió riendo y apretándome con una familiaridad que había extrañado de sobre manera este último mes y medio. Podía oír su corazón tan desbocado como el mío, sentir su respiración en mi cabello y sus brazos en mi cintura levantándome un poco del suelo.

- Me temía que no hubieras podido bajar del barco sin mi.- se burla en cuanto nos soltamos.

- Ya quisieras, logre llegar aquí sola, sin problema alguno.- dije orgullosa- debes contarme todo sobre el viaje y los lugares a los que fuiste, lo ultima es que escribiste fue desde Italia y mencionaste muy brevemente todo, quiero cada detalle, cada...- puso sus manos en mi cabeza, mi mente había empezado a correr sin parar.

- No creí extrañar tanto ese parloteo tuyo- agachándose me ve a los ojos- pero debo decirte que me reconforta saber que no lo has perdido.

Los tres reímos, me había olvidado que papa estaba en la misma habitación.

- No puedes culparme por estar emocionada, has visto el mundo antes que yo y de la única forma que puedo conocerlo por ahora es a través de tus anécdotas.

- Oh vaya y yo creí que estabas emocionada por mí.

- Claro que si tonto- vuelvo a abrazarlo- te he extrañado.

Una tos nos interrumpe y dándonos vuelta me encuentro con Gilbert al final de las escaleras. Se acerca y papá lo presenta como su estudiante.

- No me escribiste sobre el en tus carta- dice Will, mientras estrecha su mano en un saludo. Yo solo deseo desaparecer, no he visto a Gilbert desde que apareció en escena pero su postura rígida denota incomodidad. El recuerdo delo que paso hace instantes en su habitación solo logra ponerme más nerviosa.

- Debes estar cansado- digo tomando la mano libre de mi amigo- vamos a la cocina, preparare algo y hablaremos.

- Claro- accede.

- ¿Te nos unes Gilbert? – invita papá, pero no escucho su respuesta estoy caminando sujeta a la mano de Will guiándolo a la cocina.

(...)

Papa, Will y yo pasamos la tarde en la cocina bebiendo te, comiendo galletas y escuchando las fascinantes historias de Will.

Roma, Atenas, Madrid y Lisboa son algunas de las ciudades que definitivamente se agregaron a mi lista para visitar. Will nos las ha comentado con tato detalle y esmero que puedo imaginarme caminar por sus calles, ver sus paisajes, practicar sus costumbres. Los celos vuelven, pero de buena forma. Will me volvió a prometer llevarme a una gira en cuanto salgamos de Queens.

Gilbert paso la tarde en el pueblo, según papa, este le dijo que tenía que ir a entregar algunas cartas. Tan solo espero que haya pensado en lo que dije.

Bad Kind of Butterflies / Gilbert Blythe/Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ