Bad Kind of Butterflies / Gilbert Blythe/

Suspendido

Suspendido, se lee en la portada y en cada hoja. Con gruesas letras y tinta negra el sello mancha todo nuestro proceso, trabajo y esfuerzo. La carpeta en mi regazo parece pesar más de lo que pesaba esta mañana cuando se la entregue de prisa a un muy ilusionado Gilbert y estática paso cada página donde ya no está nuestra investigación plasmada, sino esas grotescas líneas de letras rígidas que dan por finalizado el proyecto.
- es inaudito- mi padre no se ha sentado ni un segundo desde que, cabizbajos, profesor y estudiante cruzaron la puerta de entrada.-ni siquiera te dieron una explicación.
-lo hicieron- rendido y utilizando la biblioteca como apoyo Gilbert contesta en voz baja , con la mirada fija en la alfombra, como si esta le dijera ,solo en un idioma comprendido entre ellos, porqué el consejo decidió cancelar al proyecto de forma tan repentina.
-una absurda explicación.-con firmes pasos mi padre cruza el estudio directo a asaltar el licor que guarda en su bar.
-¿qué les dijeron?

-que el decano de la universidad corto presupuesto para los proyectos de investigación.- contesta Gilbert aceptando el vaso que mi padre le tiende.

-pero, si desde la universidad no nos llega ni un centavo para las plantas o los químicos- imito la acción de mi padre y me sirvo en un vaso de cristal del mismo licor que ellos toman, esperando que el picor del alcohol me mantenga lo suficientemente despierta para entender etas razones sin lógica alguna- todo ha salido de tu sueldo y de lo que Bash envía desde la granja.

-sí, pero una parte de mi sueldo corresponden a las horas de tutor del proyecto- mi padre explica- negocie una baja o incluso ofrecer la tutoría sin remuneración, pero no quisieron escucharme- niega con la cabeza y después de otro largo sorbo se encamina nuevamente a recorrer todo el estudio - comenzaron a alagarme, dijeron " no podríamos permitir que un profesor de tu calibre trabajara sin sus honorario" " sabes demasiado como para enseñarlo gratis" " sería inaceptable para la universidad".

-es ridículo- comento después de otro sorbo.

-lo sé - concuerda mi padre- ellos no me estiman de esa forma, en las reuniones académicas soy constantemente cuestionado, si pensaran que se tanto me financiarían hasta el cansancio

El ambiente se queda en silencio por unos minutos, solo el rechistar del aceite en las lámparas que nos alumbra llena el espacio. Cada uno en su mente y en su cuestionamiento, sin poder encontrarle una respuesta satisfaciente a todo lo ocurrido en tan pocos minutos.

- ¿no podríamos continuar sin que sea dependiente de la universidad?- suelto la pregunta tan rápido como pasa por mi cabeza- hemos llegado hasta este punto de la investigación sin su ayuda.

-no es tan sencillo hija.

-nos queda poco, tan solo elaborar unas últimas muestras y ponerlas a prueba, no creo que nos tome más de unas 3 semanas. Ya tenemos los elementos los testeos en el invernadero, no necesitamos más que eso. Podremos prescindir del pago por las tutorías.

-lo financiero no es el problema, además me pagaban una miseria por las horas extra- otro trajo se desliza por la garganta de mi padre y este vuelve a rellenar su vaso antes de continuar - el problema son los permisos. Sin ellos cualquier investigación no sería válida ni legal. Y solo los emite el concejo

Una ráfaga de viento entra por la ventana y como si de un tornada se tratase mi padre y yo caemos rendido en sofás enfrentados después de no encontrar una solución aparente.
El silencio vuelve, no solo al estudio, sino también a mi mente que vencida ya no busca una nueva alternativa. El aceite continua  quemándose y el fuego baila en las lámparas, mi vaso se encuentra vacío y el de mi padre es rellenado por tercera vez, al mirar el ámbar liquido en sus manos centro la atención a la sombra decaída que se encuentra desparramada en el sillón de al lado.
Gilbert, con la espalda encogida y la mirada en su vaso que nunca ha llegado a tocar sus labios, apenas es iluminado por la anaranjada luz, manteniéndose casi invisible en el estudio. Solo el espacio que ocupa y su calmada respiración me dan la pista de que aún está presente en el cuarto.