Capítulo 20 - Rechazos y Recuerdos [Tercera Parte]

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Ya con el terreno preparado para lo que pudiera significar informarle de su paternidad en un futuro, Aira respiró tranquila

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Ya con el terreno preparado para lo que pudiera significar informarle de su paternidad en un futuro, Aira respiró tranquila. Todo parecía tener solución, al fin.

Cuando exhaló profundo, sonrió con alegría. Tenía ganas de darse palmaditas a sí misma como premio por su paciencia y esfuerzo puestos en escena.

‹‹Todo irá bien, mi bebé››, pensó con miles de mariposas en el estómago. La alegría que albergaba en su corazón latía en su cuerpo de emoción.

No obstante, cuando seguía distraída en sus más bellos pensamientos al imaginar a su familia junta y feliz, por fin, algo la trajo a la realidad:

—¿Y a qué psicóloga estás yendo?

—¿Cómo? —preguntó, sorprendida.

No se esperaba que cambiara el tema de conversación de él hacia ella en un segundo.

—¿Te acuerdas cuando prometí ayudarte con tu depresión, esa vez que fuimos donde la prima de Fabián?

—S... sí.

—Me gustaría tener oportunidad de seguir cumpliendo con mi promesa —dijo con una sonrisa.

Aira abrió los ojos con amplitud.

—Pero dadas las circunstancias —agregó, con el ceño fruncido y desviándole la vista—, no sé si habría alguna manera de poder acompañarte sin que tuviera problemas por mi posición.

—¡Imposible, Rodri! —se apresuró en aclarar.

—¿Ah?

—Es una psicóloga cuya oficina queda cerca del colegio. Y me parece que he visto a varios del cole que viven por ahí —habló lo primero que se le ocurrió—. Te meterías en problemas, sí, ¡definitivamente!

Asintió varias veces con la cabeza para que su actuación fuera más convincente.

—Ya veo. —Se rascó la nuca—. Sí, podría tener problemas...

La miró interrogativo. Ella volvió a asentir con la cabeza.

—Bueno, ¿qué se le hace? Será después de que te gradúes —continuó, un poco desilusionado—. ¿Y con ella estás también tratándote tu dependencia emocional?

—¿Eh?

—Porque no solo tienes depresión, Aira. Tienes dependencia emocional, ansiedad, celos patológicos y...

—¡Gracias por solo verme cualidades! —Hizo una mueca de desagrado.

—¿Qué cualidades? Si esas son enfermedades y...

—¡Que es sarcasmo, tonto!

—Ahhh. —Frunció la frente—. Pero eso, Aira, creo que no solo tienes depresión En ti veo muchos rasgos de mi madre; tienes muchas cosas que ella también sufría. Y ya que hemos acordado que yo le contaré a mi psicólogo de otras cosas, como mi fobia al llanto de un bebé, creo que sería bueno que la tuya abordara todas los posibles enfermedades o trastornos que pudieras tener.

Sincronías y Armonías [Saga Ansías 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora