❧ 3. Confusión y Desilusión ☙

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Rodrigo

No sabía por qué se había sentido de tal manera.

Desde aquella mañana en que hubiera visto a lo lejos, cómo aquel estudiante le robaba un beso a Aira, su interior le quemaba. Era una sensación que, tiempo atrás, había experimentado cuando había visto a Noelia con otro chico en los laboratorios de su escuela. Sabía lo que eran los celos, porque en aquella ocasión había actuado de una manera que hasta a él mismo lo había sorprendido. Puesto que percibía con mayor intensidad las emociones que los demás, no había prevenido todo el volcán de celos, de locura, de violencia que en su interior despertaba. Y cuando recién, minutos después, se dio cuenta de que había lanzado una piedra contra el acompañante de su ex, debido a que goteaba sangre de la frente, concluyó que no era bueno dejarse llevar por aquel... porque la cordura, que tan buenamente siempre lo acompañaba, en aquella ocasión lo había dejado huérfano, para solo ser adoptado por los deseos de posesión... y de obsesión. Y ahora no había sido la excepción.

Desde aquella mañana, las jornadas en su escuela ya no habían sido las mismas. La calma que lo caracterizaba daba paso a una de ansiedad, de expectación y de preocupación.

Presuroso, ni bien descendía del taxi que lo llevaba a su centro de labores, procuraba examinar lo que ocurriese a su alrededor. Quería que su vista le confirmase que ella, Aira, se hallaba lejos de quien parecía ser su pretendiente. Y cuando, no se topaba con el cuadro imaginario que taladraba su mente, respiraba profundo, lleno de alivio, lleno de calma, lleno de una tranquilidad... pero solo temporal.

Cuando después, tenía que dirigirse al aula asignada en donde era el tutor y debía pasar la asistencia, no podía impedir que algo en su interior se estrujase cuando leía y repetía el nombre y apellido de José María Caballero, su estudiante. Aunque quisiese evitarlo, todo en su ser se incendiaba cuando, de reojo, sus ojos verdes se topaban con aquellos similares a él, pero con la diferencia de que en los del segundo estaban acompañados de una sonrisa traviesa, sino cínica para él.

‹‹Vaya, parece ser que, a final de cuentas, ella tiene predilección por los que tienen ojos verdes››, pensó Rodrigo al tiempo que rechinaba sus dientes y se obligaba a despegar su vista, penetrante y recelosa, de aquel estudiante que enarcaba la ceja, confundido.

‹‹Esto es raro. El profe Ambrosio me mira con cólera››, había pensado Caballero, al apoyar su mentón sobre su mano izquierda y corresponderle a su mirada. ‹‹Y todo desde aquella vez que besé a Aida. Uhm...››

Volteó a contemplar a Aira, que se hallaba sentado a su costado. Ella lucía embelesada observando a Rodrigo a lo lejos. A la estudiante le parecía que, con ese gesto enojado, se veía más sexy que nunca, aunque no sospechaba el porqué de ello.

‹‹Pero, ¿por qué me mira así?››, se dijo José María cuando encaró a Rodrigo y este no tuvo reparo en seguirlo observando de manera penetrante.

Sincronías y Armonías [Saga Ansías 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora