Capítulo 11.- Nadas y Distancias

3.6K 463 138
                                    

Si alguna vez había intuido cómo hubiera sido la reacción de Rodrigo ante la revelación de su paternidad, nada se comparaba a lo que había atestiguado hasta ese momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Si alguna vez había intuido cómo hubiera sido la reacción de Rodrigo ante la revelación de su paternidad, nada se comparaba a lo que había atestiguado hasta ese momento.

Ante su nueva supuesta mentira, se había mostrado distante de Aira. Peor todavía, el confirmarle que no sabía si podría volver a confiar en ella significó un puñal atravesándole el pecho.

Poco a poco, doloroso, incrustándose, sangrándose, desgarrándola... minándola todas las ganas que tenía esa tarde de pasar un momento agradable con él, simplemente habían desaparecido y se habían transformado en nada... en la nada... En eso se había transformado ella.

Había entregado todo esa tarde y ahora era nada le quedaba. Solo un inmenso hueco lleno de vacío compuesto por ansiedad, nerviosismo y horror cuando sus oídos escuchaban:

—¿Sabes cuánto me costó volver a animarme a querer confiar en ti y dejar mis miedos de antes atrás? —dijo casi gritando y con los puños al aire, provocando que su cuerpo se tensara.

‹‹Rodri...››, quiso replicarle, pero no pudo.

Las palabras se le enrevesaron. Su garganta se le quebró. Su boca se quedó estática, al igual que su piel y su alma.

—¡Lo de antes me dejó marcado! —La observó con decepción... y luego desilusión. Volteó a esconder su rostro sobre el hueco que había hecho con sus manos—. ¡Ni siquiera quería volver a tener otra relación con alguien porque eso significaba arriesgarme...! Y volver a confiar... confiar... —Suspiró—. ¡Cuánto significaba esa palabra para mí! El solo escucharla me crispaba el cuerpo... los nervios... la razón... Yo...

Meneó la cabeza, desesperado, erizando sus nervios cada vez más. Pero, si creía que hasta ahora había visto todo, se equivocó.

Rodrigo se paró de inmediato de la cama y empezó a dar vueltas como trompo por la habitación. Cada paso, cada sonido, apenas perceptibles por estar descalzo, se incrustaban en sus oídos, rompiendo sus tímpanos, descuartizando su corazón y triturando su razón.

Había entregado todo esa tarde, y ahora tenía a cambio solo un vacío de nada, nada, pero acompañado de algo más.

Nervios.

Ansiedad.

Pánico.

Repiqueteo.

Porque el sonido de los pasos de él empezó a repiquetear junto con el de un camión cisterna pasando, en una danza macabra como cruel epílogo a ese cuadro de horror... y de desconfianza.

Rodrigo, sensible como él solo para este tipo de sonido, se tapó con fuerza los oídos y gritó desesperado varias veces ‹‹¡Basta!››, ‹‹¡Cállense de una vez!››, ‹‹¡Déjenme en paz!››, al tiempo que Aira hacía lo propio con él... solo que, a diferencia del maestro sus sonidos estaban acompañados de algo más, mucho más.

Sincronías y Armonías [Saga Ansías 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora