Capítulo 4: Resiliencia [Primera Parte]

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Nota de la autora: Al final, he decidido juntar la troleada de "Cincuenta sombras de Poetín tin tin" con el capítulo 4 en el que quería contarles un poco del pasado de Rodrigo, sobre cómo se empapó en muchas cosas (xD, háganse una idea de lo que p...

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Nota de la autora: Al final, he decidido juntar la troleada de "Cincuenta sombras de Poetín tin tin" con el capítulo 4 en el que quería contarles un poco del pasado de Rodrigo, sobre cómo se empapó en muchas cosas (xD, háganse una idea de lo que pasó en la última parte del capítulo 3 xD), que tiene mucho que ver con cómo abordó su separación con Aira durante los dos años y medio que transcurrieron. El capítulo 4 se llama "Resiliencia" y va a ser contado en varias partes, quizá unas tres o cuatro. Incluso tenía pensado contarlo a manera de spin off (tipo "Diez rimas de Soledad"), pero creo que, para no tener la saga separada en distintas partes, mejor en una sola; total, esto que se cuenta aquí tiene mucha relación con cómo hemos podido ver la madurez, tanto emocional como sexual de Rodrigo, en su nueva relación con Aira. Sin más los dejo con la lectura. 

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—Ya estamos casi en diciembre, ¿eh, Rodri?

Fabián tomó de su café, mientras Rodrigo tenía la mirada perdida en la ventana del Mac Café. Después de mucho tiempo, se había aventurado a regresar a aquel sitio que tan dulces y amargos recuerdos le traía.

—Luego de terminar los exámenes finales, nos graduaremos, ¡AL FIN! —exclamó sin obtener todavía respuesta de su amigo para volver a dar un sorbo a su café.

El joven de gafas se hallaba muy meditabundo, sin escuchar aun a lo que su compañero le dijera. Recordaba las tardes de complicidad y compañía que había pasado al lado de aquella jovencita que todavía amara y de la que se separara de una manera tan dramática hacía un año atrás.

Había tenido sus dudas sobre si, regresar a aquel lugar sería conveniente. Luego de aquel triste Año Nuevo, había ido al Mac Café no una, sino tres veces durante esa tarde, mientras recorría distintos hospitales y clínicas de la ciudad para indagar por ella, por Aira.

Después de su traumática separación, sin saber nada de ella y de cómo poder hallarla, había sido internado en una clínica debido a que había sufrido un desmayo, producto de un ataque de ansiedad que le aquejara al escuchar de la recepcionista que no tenían ingresada a ninguna Aira Sáenz. Luego de eso, pasó dos meses en aquella, para después seguir de manera ambulatoria una terapia psicológica para tratarse de su depresión y de ansiedad extrema.

Gracias a ello y a que le había puesto mucho esfuerzo y dedicación, había logrado salir adelante, tanto a nivel personal como académico. Y los resultados saltaban a la vista: había retomado sus estudios con excelentes calificativos, volviendo al cuadro de honor de su promoción, y se hallaba a solo quince días de terminar su último semestre universitario. Todo parecía ir bien encaminado en su vida, a excepción por un tema que todavía tenía pendiente...

Luego de ser dado de alta, el regresar a su departamento le había sido tortuoso. Cada uno de las paredes y rincones de aquel estaban impregnados de su olor, de sus risas, de sus besos, de sus caricias, de sus poesías, aquellas tortuosas poesías y rimas que parecían encarnadas en su piel y en su alma para nunca desaparecer. Se la pasaba llorando noche y día, día y noche, llamando el nombre de Aira en vano, aún a pesar de que seguía, con rigurosidad, su terapia psicológica para poder seguir adelante. Quería continuar adelante, pero lo que hacía y decía simplemente le imposibilitaban. El solo respirar el aire que se cobijaba en aquel recinto, sin la compañía que necesitaba para sentirse vivo, le asfixiaba los pulmones, la piel y su alma.

Sincronías y Armonías [Saga Ansías 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora