Miedo

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Tranquilos, tranquilos. Sí, he vuelto. Sí la historia continua y NO, no puedo prometer aún actualizar pronto. Esta historia fue suspendida por razones que no tienen que ver con mi triste y muy grave enfermedad de Pereza Aguda. Hasta que eso se resuelva, no sé si sea posible la actualización continua. Sin embargo, les entrego un nuevo capítulo, ahora que nos acercamos al climax de este libro y espero pronto, darles mucho mejores noticas. ¡Un abrazo!

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La mente de Alain estaba llena de pensamientos y sentimientos encontrados: se sentía feliz de estar junto a Yara, estaba preocupado de que algo le pasara a la mujer de la que estaba enamorado, se sentía culpable por pensar así sabiendo que Yara era mucho más poderosa que él, estaba aterrado de que su tonto hermano menor hiciera alguna de sus tonterías frente a un montón de inmortales con problemas de temperamento y que videntemente lo harían trizas y también comenzaba a tener una ligera preocupación creciente al darse cuenta de que su mente sonaba exactamente como la de Miguel.

Esas y mil cosas más aún rondaban la cabeza del joven.

Los cazadores por su parte se habían levantado y Yara tenía sus espadas desenvainadas lista para el combate. Creo una ráfaga de viento alrededor de cada una de sus gladius, y Alain la miro maravillado: era como una diosa sosteniendo dos tornados en sus manos.

Sintió a su espalda a su fiel amigo acercarse; Desayuno tenía cada musculo preparado para saltar. Sus afiladísimas garras arañaron el suelo y sus alas semi levantadas le indicaron que su grifo dispuesto para la lucha.

Él era el único que aún no estaba preparado para pelear.

La memoria del Errante, su antiguo maestro, vino a su memoria y Alain sonrió con pesar, seguramente el anciano elfo lo reñiría.

Desde que el viejo elfo oscuro lo encontró vagando por su cuenta cuando niño, le enseño a pelear, a dominarse y a sobrevivir. "Pequeño Nicolás" solía decirle, aunque con ese siseo propio de los elfos oscuros, y que para Alain era increíblemente molesto. "Mientras sigas siendo una cría de humano: pequeña, indefensa y débil; te aseguro que morirás pronto. Si tu meta es llegar a ser un guerrero o un peleador, también morirás sin ninguna duda. Un ser por sí solo no puede contra la naturaleza. La ira, el odio, el amor, ¡nada de eso sirve frente a un enemigo! Lo único que importa es que puedas sostener tu arma; apuntar y matar, antes de que te asesinen primero."

Esas eran las lecciones del viejo. "Si deseas continuar vivo en este mundo cruel, debes ser un depredador. Busca ese momento justo para arrebatarle la vida a tu oponente, antes de que él te la arrebate a ti. Deja los sentimientos para otro momento. Vacía tu mente, concéntrate solo en tu enemigo, en el problema frente a ti... ¡y acabalo! Si lo consigues, protegerás lo que quieras proteger, destrozaras lo que quieras destruir, y vivirás... pero solo si puedes detener el corazón de tus enemigos antes de que ellos detengan el tuyo." El anciano lo miró con sus ojos ciegos. "El amor, el odio y la venganza son inútiles si quieres sobrevivir. Esas cosas solo importan si te mantienes vivo, de otro modo, no sirven de nada."

Venganza... Odio... Alain estaba familiarizado con ambos.

— Encárguense — ordeno Sonantis. Un brillo recorrió su cuerpo y su velocidad aumento, corriendo en una dirección lejos de los protectores. Sus dos esbirros se lanzaron al frente, Alain se preparó para defender a la chica, pero Yara ordenó — ¡Ve! —.

Alain no necesito oírlo dos veces y se lanzó a por Sonantis, seguido de su grifo.

Yara lanzó un estoque con una de sus gladius y el torbellino se expandió, lanzando un vórtice de aire hacía los dos cazadores.

HermanosWhere stories live. Discover now