La asombrosa Miguelobola y el secreto de Desayuno

7.6K 579 104
                                    

"Aaah, la brisa es tan fresca" pensé idiotamente mientras volaba después de que Andros me arrojo.

-¡PAPÁ!- le grito Yara

-¡MIGUEL!- grito Laila

-¿ME PUEDO QUEDAR TU CUARTO?- grito Edwin

-Mocoso, si no quieres estrellarte, te aconsejo que uses tu expresión- se burló Andros con voz estridente, por alguna razón parecía de lo más satisfecho. "Tengo la ligera impresión de que tenía ganas de hacer esto desde hacía unos días." Pensé.

-¿Quién sigue?- preguntó con sorna y un deje de relajación. Imir y Jadis retrocedieron un paso, Alain por otro lado... cerro los ojos un segundo, cuando los abrió, pude ver el brillo dorado que lo caracterizaba, con una media sonrisa determinada y una mirada fiera corrió hasta el acantilado y se arrojó al vació. Un escalofrió de emoción que no era mío se sintió en mi nuca.

Jadis e Imir intercambiaron una mirada, justo antes de seguir a mi hermano. "¿Acaso son idiotas?"

Dicen que cuando te enfrentas a una muerte segura, una infinidad de pensamientos cruzan tu mente, yo por otro lado, caía y caía pensando algo parecido a: noquieromorirnquieromorirAndroshijodesurenoquieromorir o algo por el estilo.

Podía ver el cielo ensanchándose y a Laila y los demás haciéndose cada vez más pequeños. Alain, Jadis e Imir caían como si intentaran alcanzarme. El sonido del viento impidió que cualquier sonido llegara a mí y la verdad no quería girarme. Ver a Andros hacerse pequeño era mucho mejor que ver el suelo haciéndose gigante.

"Joder, joder, ¡JODER! ¡Si muero juro que te mato maldito Rambo!" No había tiempo para gritar, ni para pensar. En menos de dos segundos, la imagen de un Miguel-zombi ahorcando a Andros era todo lo que podía ver, hasta que un brillo me dio en los ojos y me saco de mis hermosos sueños. Alain saco el machete que había robado mientras caía en el aire y lo sostenía frente a su rostro, de tal forma que solo sus ojos eran visibles por sobre el filo. Sus pupilas miraban la pared de roca detrás de él.

"¿Pero qué...? ¡A esa velocidad no podrá clavarlo, y si lo logra se rompe seguro!" Sin embargo el sentimiento de éxito en mi cabeza me hizo dudar. Su voz se escuchó nítidamente.

-Puedo ver las grietas de la montaña, sombras en su corteza.- La imagen en mi cerebro de grietas, casi tan anchas como la hoja del machete apareció.

-Si el arma entra allí... ¡Detendrá la caída poco a poco hasta frenarse! Pero si fallas...-

-Entonces pensare algo antes de estrellarme. ¿Y tú? ¿Acaso no tienes tu expresión de nuevo? ¿Desde cuándo el viento teme caer? ¿Desde cuándo tú te rin...?- la comunicación se cortó cuando mi miedo desapareció. Después de todo ya me había hecho viento una vez y había volado por todas esas montañas.

Alain sonrió con satisfacción y entonces los cuatro hicimos nuestro movimiento. De las manos de Jadis una luz roja se desprendía como una estela, mientras que una niebla pálida salía de las manos de Imir. Ambos un poco más atrás de Alain cuyo rostro en la sombras y medianamente oculto por el acero solo dejaba que sus ojos brillaran.

Jadis e Imir cambiaron su postura extendiendo sus brazos y levantando la espalda, como si se arrojaran en paracaídas. Imir se acercó a la cascada y entonces.... ¡Jadis aplaudió con fuerza y una sonora explosión disminuyo su velocidad de golpe! La onda expansiva la arrojó de golpe contra la montaña, donde ella se afianzo como un gato montés, una sonrisa de satisfacción iluminaba su rostro, como un puma que mira a su presa desde una roca alta.

Imir toco con su mano la cascada y toda el agua que llegaba a salpicar en la roca comenzó a congelarse, su mano rozaba la superficie de la roca sin lastimarse, pues esta se iba volviendo lisa en donde el tocaba, el hielo intentaba atrapar su mano y frenaba poco a poco su caída. A medida que su velocidad disminuyo utilizo la otra mano y al final apoyo los pies en la pared. Varios metros a un costado de la cascada se volvieron de color blanco azulado. El frío no afectaría a alguien que tenía una expresión de hielo, sus manos y pies estaban apoyados en pequeños bloques de agua congelada. Le dirigió una mirada a su prima con satisfacción. Su mano se separó de la montaña con facilidad y la utilizo para levantar la mano en señal de triunfo.

HermanosWhere stories live. Discover now