Odio a los grifos

9.1K 582 88
                                    

El viaje de regreso fue relativamente corto usando nuestras expresiones. Uno puede realmente extrañar algo que le quitan aunque solo lo hubiesen tenido unos cuantos días. Más si ese algo es la capacidad de utilizar corrientes de viento que te hacen correr como si alguien hubiese echado tabasco en tus calzoncillos.

Edwin y Laila iban a la delantera, aún sin que sus poderes pudieran verse, sin embargo notaba a Edwin de vez en cuando saltar sobre una pequeña roca flotando en el aire como si nada. Por otro lado, Laia simplemente saltaba con ligereza detrás de él, de vez en cuando soltaba una cuerda de agua que apartaba obstáculos de su camino y que también la ayudaban a asirse de árboles o ramas cercanas. Yara por otro lado... bueno digamos que subió sobre los árboles y la perdimos de vista rápidamente.

El resto de los novatos íbamos atrás. Andros se adecuaba a nuestro paso sin usar su expresión, e incluso parecía alentar el paso un poco para no rebasarnos. Se alternaba entre los tres aconsejándonos.

-¡Jadis! No uses fuego cuando toques las ramas o incendiaras el bosque, intenta solo impulsarte de esa manera cuando estés en medio del aire. El ambiente es muy húmedo para que la madera arda, pero no es lo mismo si aplicas una fuente tan densa de calor- Jadis intentaba aumentar sus saltos lanzando pequeñas llamas como si fueran propulsores. Parecía que para alguien que podía realmente mimetizarse con su entorno, un medio tan llamativo no era compatible.

-¡Imir! Derrite el hielo antes de que te frene- Imir intentaba copiar a Laila usando hielo para balancearse. Por desgracia no media todavía bien la fuerza del elemento. Si lo hacía demasiado grueso, el hielo no se quebraba al intentar el siguiente salto, por otro lado, si era muy endeble, el hielo no soportaba su peso e Imir tenía que afianzarse de cualquier cosa para no caer.

-¡Y tu mocoso estúpido! ¡Deja ya de rebotar!- dijo Andros molesto (creo)

Mi idea era usar viento para impulsarme como si fuera una carrera. El problema es que ahora parecía tener un impacto algo más potente. Si saltaba demasiado, por reflejo volvía a crear esa barrera de viento y comenzaba a rebotar entre los árboles, como si fuera una pelotita de pinball. Andros tomó la tarea de golpear mi barrera y enviarme al suelo antes de que derribara a alguien. Los puños del anciano eran tan endemoniadamente fuertes, que yo en mi Miguelobola, quedaba prácticamente incrustado en la tierra. Aun así, cuando funcionaba, podía hacer buenos saltos y adelantar fácilmente a Jadis e Imir.

Pero quien llego antes que cualquiera, fue Alain. Un rato antes, cuando Desayuno me estaba usando como su juguete masticable (chicos, jamás metan su cabeza en la boca de un grifo. ¡Es asqueroso!) Andros dio la orden de avanzar.

-Vamos chico- dijo Alain dándole unas palmaditas al maldito pavo gato mutante en el cuello. Como un felino se encaramo a una rama y, apenas salto a la siguiente, Desayuno salto frente a le y Alain termino sobre su lomo. Luego, como solo un gato podría hacerlo, el grifo trepo los arboles más gruesos utilizando sus potentes garras, hasta un punto donde, de un poderoso salto, sobrepaso las copas y abrió unas enormes alas. Ahora, niños y niñas, he aquí un dato curioso. El ave con las alas más largas registrados por los nihil hasta la fecha sería el Albatros "Mmm albatros suena pegajoso, tal vez alguien debería hacerle una canción o algo" que mide unos tres metros y medio de una punta del ala a la otra. Bien Desayuno era como un albatros en cada ala, la envergadura del grifo era de más de siete metros. También fue la primera vez que escuche que Alain riera.

Para cuando llegamos a la Sede Alain estaba acariciando al grifo quien dormía con la cabeza apoyada en sus rodillas. Yara por alguna razón estaba enfurruñada y agitada a algunos metros de distancia murmurando algo como "Cóndor...estúpido... y feo"

HermanosWhere stories live. Discover now