Gajes del oficio

5.6K 443 166
                                    

Descuiden. No diré mucho antes de seguir a la historia. Disculpen par tardar. Estuve bastante entretenido con mi master últimamente. Fue el Trabajo Final y la verdad invertimos mucho tiempo. Pero he vuelto y, sí mañana en el trabajo no se presenta nada, tal vez tengan otro capítulo mañana mismo. Ahora sí, continuamos....

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------


Bien, he aquí algunos consejos por si algún día intentan domesticar a algún animal salvaje: Primero, háganlo a nivel de suelo. Segundo, usen protección: casco, rodilleras, bolsa para el vómito, etc. Y tercero y más importante, inicien con algo pequeño: Un poni o un cachorrito, ¡o una roca! Amo las rocas, ¡puedes enseñarles un montón de trucos! Sentado, muertito y arma contundente.

Definitivamente no intenten iniciar con un animal mitológico mitad caballo mitad gallina.

Por el mismo canal, deben ver mi siguiente infomercial: ¡Por que caminar es más seguro que volar colgado de un hipogrifo mamá muy enojado! Explico porque el suelo es hermoso y el ser un cometa humano no lo es tanto.

Por último y para continuar con nuestra programación habitual. ¿Sabían que el hecho de controlar viento mágicamente te hace pensar que las cosas que pasan en Hollywood también son posibles? Créanme, es un error común. Como esas películas donde el héroe queda colgando de una cuerda o una escalera colgada de un maldito helicóptero, y la escala como si nada, ¡pues es más falso que un político en campaña! Un caballo volando a doscientos sesenta kilómetros por hora posiblemente genere suficiente fuerza de aceleración como para que, tan solo sostenerte, ponga al límite tu capacidad de mantener tus brazos unidos al resto del cuerpo.

La estúpida mamá caballo-pollo había levantado el vuelo y giraba y daba piruetas en el aire intentando deshacerse de su jinete. Mayte se aferraba al cuello del animal con fuerza, gritando lo que podrían ser palabras tranquilizadoras o sus últimas plegarias, creo que nunca lo sabremos. Habría sido más fácil escucharlo, pero un idiota colgando de una cuerda gritaba como niña y no me dejaba oír.

Mi plan había cambiado de trepar por la cuerda y rescatar a Mayte, a no soltarme y morir. Mayte intentaba inútilmente alcanzar las improvisadas riendas del animal para ganar algo de control, pero tampoco podía arriesgarse, si tan solo se soltaba un poco, saldría disparada lejos del lomo del animal.

Me encontraba pensando si podría probar el volar con viento, cuando una voz atravesó el ruido del aire en mis oídos.

- ¡Miguel! - grito la voz.

"¿Alain?" pensé. "La altura me hace oír cosas" pero el grito se volvió a repetir y al girarme, vi a mi hermano volar a toda velocidad montado en Desayuno.

- Suéltate. Probablemente te atrapemos. - gritó. "Que tranquilizador" pensé, pero ya me había quedado sin opciones.

Trague saliva y me deje caer. Por un momento pensé en los días en que mis padres me enviaban a acampar en lugares raros y salvajes como el que tenía debajo. También pensé lo triste que sería terminar como una mancha amorfa y aplanada contra el suelo. Una sombra gris descendió en picada y unas garras potentísimas me tomaron por los brazos y me lanzaron hacía el cielo solo para caer en la grupa de un grifo. No fue de los aterrizajes más delicados del mundo. Por un momento temí que desde ese día Alain hubiera ganado una nueva hermana.

- Lo siento hermanito - dijo Alain. Evidentemente no lo hacía, parecía bastante orgulloso de poder practicar lo que había aprendido en su entrenamiento con Desayuno, y de paso salvarme el trasero. Decidí dejar el reclamo para más tarde.

HermanosWhere stories live. Discover now