Hermanos

Me consigo un cañon

"Vale, esto es malo, y me refiero a MALO" me agache antes de ser decapitado y comenzó el juego corre que te pillo con un hacha enorme. Había intentado parar el golpe con mi propia espada, pero lo mismo hubiera dado usar un pedazo de papel. De milagro mi arma (y mi brazo) no se había roto. Para colmo de la dificultad, Laila y Antíope habían decidido usar el, cada vez más grande, claro para usar como tiro al blanco. Ocultándose entre las hojas, ramas y árboles, trataban de dar un buen tiro.

Para nuestra pésima suerte, Antíope no dudaba en dispararme de vez en cuando cada que perdía de vista a Laila, eso con la intención de que, para salvarme el trasero, ella revelara su posición. Cosa que no aplicaba para ella, ya que Hogan estaba demasiado furioso y loco como para ser afectado por los disparos de Laila, y a la cazadora le parecía igual si su compañero moría o no. Tristemente no era como si el idiota musculoso de Hogan perdiera totalmente el sentido común, conservaba apenas la suficiente conciencia de sí mismo para proteger puntos críticos de los tiros de Laila y su hacha era un excelente escudo. Por otro lado, no parecían preocuparle en lo más mínimo, ni siquiera se molestaba en quitársela. Parecía un toro al que le han clavado banderillas. No parecían hacerle un daño de gravedad, sino lo opuesto, solo conseguían enfadarlo aún más.

Junté tanto aire como pude en mi espada. "Espéralo, espéralo... Hasta ver el blanco de sus ojos" - ¡Demasiado blanco, demasiado! - grite y deje que la ráfaga golpeara directo en la cara de Hogan. "¡Eso funciono con un inmortal! Tiene que funcionar en él, tiene que..." - ¡ESO ES TRAMPA! -

La ráfaga lo arrojó unos pasos hacia atrás, lo suficiente para que al bajar el hacha de golpe se incrustara en el suelo en lugar de..., bueno, en lugar de mí. Pero al final, el hacha funciono como un ancla, Hogan quedo parado, resistiendo el golpe de viento, que termino por arrancar de cuajo un árbol cercano. Y digo, con raíz y todo.

- ¿Eh? ¿Yo hice eso? ¡Genial! - Un momento después Hogan me dio un puñetazo en la cara.

- ¡No te distraigas idiota! - me regaño Laila

- Babi, pebdí bi diente favodito. Guagdamelo pdfavod - contesté viendo estrellas.

- Estúpido - Laila salió y disparo varios proyectiles directo a la cara de Hogan, lo que me dio tiempo de volver en mí, escupir sangre, y levantar un muro de viento antes de que una flecha se clavara en Laila. "¿¡Nadie me dijo que una flecha podía ser de ese tamaño!?"

- ¡¡¡MUJEEEER!!!- bramó Hogan y, de un golpe, cortó un árbol a su espalda. - DIJE QUE SON MÍOS, ¡MI PRESA! ¡¡¡MIA!!! -

- Tenemos que huir - dijo Laila

- Con la tipa sabueso, no llegamos ni a la esquina. Además, no podemos dejar a Edwin -

- Lo sé, por eso... -

- Yo lo mantengo entretenido mientras tú te encargas de ella, ya lo había pensado, gracias. - contesté - Sería más fácil si solo la hiciéramos salir. -

- Solo si puedes talar el bosque entero - contestó. - Y tenemos que apresurarnos. Estas dos eran los más cercanos, pero no sería raro que llegaran más cazadores. - dijo Laila

- Podía hacer que me persiguiera y que Hogan haga un trabajo de jardinería en el bosque, ¡eso debería hacerla salir ¿no? -

- Tiene mejor potencia que yo. - dijo Laila apretando los dientes. Entre más se expanda su lugar de batalla, me cuesta más encontrarla.

- ¡Carajo! Vale lo entiendo, regresa y caza a esa tipa antes de que ella nos cuelgue en su salón de trofeos, ya me encargaré de manejar al leñador este de algún modo. -