Monstruos

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Chicos y chicas. Disculpen la espera. ¿Por qué me tarde tanto?, ¿Por qué no actualizó más seguido?, ¿Por qué no mejor dejo esto y paso a la historia? Bien, bien. Excelentes preguntas, de verdad que sí. Empecemos. Iba caminando felizmente cuando un pandacornosaurio gigante llego y me.... Vale, vale. Verán he empezado a hacer prácticas profesionales en Madrid, eso significa que trabajo, estudio y hago trabajo de casa por mi cuenta. Esto se reduce a menos tiempo libre para actualizarle a ustedes mis lindos lectores cachetones tan hermos... vale, vale. Mi editor imaginario me dice que me deje de tonteras. En fin. Saben que no subo un capitulo hasta que esté satisfecho con el resultado y, bueno, el pasado borrador fue prácticamente Alain convertido en un analista de riesgos cibermagicos. En fin, al final he conseguido este pequeño capítulo del modo que me agrada (de hecho, estoy bastante feliz y drogado con el resultado). Sin más que añadir, disfruten.

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Alain y yo seguimos golpeando con las espadas una y otra vez, sin llegar a nada. Sonantis esquivaba cada uno de los golpes con una facilidad aterradora. Aún sin su expresión, que quedó atrapada en la lacrima en cuanto él la toco, su habilidad era comparable a la de los ancianos. Él estaba en un nivel completamente distinto al de los otros cazadores. Inclusive si éramos dos contra uno, no parecía importarle. Es verdad también que algo jugo en su favor: yo acababa de ser torturado por su mano y Alain estaba agotado al extremo. Y nos íbamos a quedar sin tiempo. Aún resultaba increíble la idea de mi hermano. Joder, yo mismo era un suicida, pero esto...

Bien, vayamos por orden. Después de la cálida bienvenida de Sonantis. Intente entrar en la mente de Alain, como recordaran, y lo que vi no tenía la menor pizca de sentido. Alain estaba montado en Desayuno y seguía a un monstruo alado, mucho más grande que un grifo, a través del cielo nocturno. A su lado, un dragón rojo volaba echando volutas de humo de la boca.

"Hermano, ¡¿estas vivo?!" pensó Alain con una mezcla de sorpresa y alivio. Seguido de una preocupación mayor. "Yara esta..."

"Viva" le aclaré "Todos seguimos respirando" dije

"¿Qué pasó?" preguntó. Relate mi parte de la historia. No note ninguna sorpresa por su parte cuando le dije sobre Sonantis ni cuando le dije que Yara y Ahkin habían sido capturados. Por otro lado sí que le sorprendió saber que Gerakie había seguido a su rubio hasta donde se encontraba.

La conversación mental es algo extraña, lo he dicho antes. No es como una comunicación tipo celular o llamada cerebral, es un cumulo de sensaciones. En estos casos que nuestro vínculo nos permitía un enlace directo, bueno era un vaivén de imágenes, sonidos, sentimientos y, en fin, todo lo que aparece en tu mente cuando tienes un recuerdo, más parecido a ver una película surrealista que a hablar por un celular. Recordar lo que paso no fue la parte difícil, recordarlo de forma exacta sin que tus emociones maximicen o minimicen los eventos que realmente ocurrieron es la parte difícil, más si en mi cabeza Sonantis se reía como doctor Frankenstein acercando una pinza eléctrica de chorrocientos mil voltios y las ponía en mis... orejas. Pero mi hermano capto el mensaje sin problemas. Fue entonces que una sensación familiar se apodero de él. La rabia y el odio son un sentimiento frío, algo que hela tu metafórica columna vertebral. Cuando Alain vio a Ahkin y más aún, cuando vio a través de mis recuerdos el rostro de Yara, todas las alertas de mi cerebro me gritaron una palabra: PELIGRO.

"¿Qué demonios sucedió allá?" pregunte tratando de desviar el tema. La mente de Alain, de manera más organizada, me mostro poco a poco los eventos ocurridos. Desde sus ojos vi el momento exacto en el que Gerakie y Desayuno comenzaron a alterarse, poniendo a sus jinetes e invitados nerviosos. Ahkin indico aterrizar y pronto Alain lo noto. Los grifos gruñeron por lo bajo en actitud defensiva y Yara, Ahkin y Alain se dieron cuenta: Los elfos oscuros los esperaban. No eran cazadores, si no verdaderos elfos. La mente de Alain trabajaba a mil por la sorpresa. Vio dibujarse en el rostro de Ahkin y Yara una multitud de emociones: sorpresa, incredulidad, frustración. La misión había fracasado incluso antes de iniciar, ¡la información era errónea! De ser cazadores, los grifos no estarían reacios a avanzar. Los elfos protegen la vida salvaje, los grifos no atacarían de no sentir una amenaza inminente, no antes. Aprovechando esta pequeña ventaja, Ahkin inicio el descenso, con la intención de ocultarse entre la oscuridad de la noche y la espesura a su alrededor.

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