Hermanos

Protege el tesoro

A pesar de que aún sostenía la bendita cajita de piedra protegiéndola con mi propio cuerpo, he de decir que salir atravesando una ventana no estaba considerado como una de las principales recomendaciones de mi doctor para mantenerme sano.

Pero no nos adelantemos. Volvamos a la sala de tronos.

-¡No! Aún si gana es demasiado torpe para hacer un buen trabajo- gruño un chico en la audiencia

-¿Crees que alguien torpe podría ganarme?- pregunto Ahkin con el ceño fruncido

-Yo no... ejem... no quise...-

-Exacto- lo interrumpió -No quisiste comentar nada tan tonto. Este gusano acepto el desafío. Si gano entonces se quedara en este lugar hasta que yo decida lo contrario.- me miró fijamente - ¡Júralo por tu gema!-

-¿Y si gano yo? ¡Jura por tu gema que seré libre de elegir cualquier misión que yo quiera!- lo presione.

-Juro por mi gema que acepto las condiciones como han sido expuestas- dijo con suficiencia. Ya no había marcha atrás.

-También, juro por mi diamantote mágico cumplir mi palabra y yada yada yada- Al instante sentí un escalofrío intenso, como si por un segundo la temperatura descendiera de golpe, y un trueno retumbo en mis oídos. Ahkin sonrío con suficiencia.

Tú primer juramento por tu gema. Desorienta un poco la primera vez. ¿No quieres retirarte?- "Por supuesto que sí" pensé, pero antes de poder juntar voluntad para decirlo, mis labios se movieron solos.

-No huiré- dije con tez pálida y monótona. Si esto era un juramento por mi gema... bueno realmente no es algo que fuera tomar a la ligera. Quisiera o no, tenía que seguir con esto hasta el fin.

-Bien, en ese caso. ¿Cuál es el desafío joven Ahkin?- pregunto Sarda con cortesía.

-Una batalla concejal, haremos esto rápido- contesto. Apreté los dientes.

-¿Y eso que demostraría exactamente?- pregunto el anciano. La pregunta pareció tomarlo por sorpresa.

-¿Disculpe?-

-Es obvio que ganaras Ahkin. Ni siquiera un protector experimentado se tomaría un desafío así, a la ligera muchacho. Puedes darme una buena pelea, por mucho que quiera darle una paliza a ese renacuajo, no sirve de nada para demostrar que no es alguien digno de la misión- respondió Andros

-Me permite sugerir algo entonces- dijo Edwin

-Te escuchamos- dijo Sarda con amabilidad

-¡Edwin!- protesto Laila en voz baja, pero él la ignoro

-Protege el tesoro- hubo murmullos a su alrededor.

-¿Protege el tesoro?- repitió Sarda -Bueno, sería adecuado indudablemente-

-¡Edwin!- dijo Laila con más fuerza

-De cualquier manera contra Ahkin, no hay posibilidad- dijo alguien de la multitud

-Si Ahkin gana, entonces podremos estar tranquilos- añadió otra persona

-No hay modo de que él pierda- dijo una mujer

-Así alguien más podrá completar la misión- dijo alguien más. Estaba por responder cuando

-¡No!- dijo Edwin alzando la voz con firmeza - ¡No quiero que nadie más me acompañe! Si Mig... Si el guardián Ismerai no me acompaña en esta misión, nadie más se moleste-

Varias decenas de ojos miraron a Edwin furiosos pero él no se amilano. –Dije la verdad. Hago esto porque mi juramento me obliga, aun así, creo que será un buen aliado y un buen compañero.-