¿Qué no era una cría?

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Pensé por un momento que el fuego multicolor de la reina Xiuco nos curaría de todas las heridas, como la fractura que su hija curó el día que un inocente muchacho le regaló un chocolate. También albergaba esperanzas de que el fuego mágico quemara el comandante hasta hacerlo polvito, como en las caricaturas. Incluso me sorprendió no quemarme en el acto mientras la reina decía algo como: "Oh vaya, los humanos no son a prueba de fuego, pero que distraída soy."

La verdad es que las llamas apenas duraron un rato encendidas, y fue como si me llenaran de Red Bull de pronto. No me sentía totalmente recuperado, a decir verdad, aún tenía los mismos moretones con los que salí del túnel, pero parecía que me habían dado un subidón de energía.

Cuando Sonantis lanzó un rayo azul desde su lanza, Alain y sus ojos coquetos se lanzaron al frente, adivine que no era el único con hiperactividad mágica con extra-cafeína.

La pluma de la dragona recibió la descarga, pero, como habrán adivinado, no era una pluma gigante ordinaria. Para comenzar, era inusualmente pesada y no terminaba en punta, más bien parecía una tabla aplanada. Las finas hebras que la formaban, no se unían mágicamente en un filo continuo, si no que formaban bordes irregulares, parecidos a una sierra, por ambos lados. Nunca había practicado con un arma como esa, así que hice lo más inteligente que se me ocurrió: agarrarla con ambas manos y tratar de golpear a Sonantis en la cara con ella.

Me impulsé con viento desde detrás de Alain y golpeé el sitio donde antes había esta Sonantis, quien evidentemente esquivo sin esfuerzo. La verdadera sorpresa, sin embargo, fue ver como la extraña pluma abrió un agujero en el piso en cuanto di el golpe, como si lo hubiera golpeado con un pico minero, ¡y eso sin necesidad de que usara viento para potenciarla!

- Hermano, no intentes manejarlo como una espada, o no vas a golpearlo. Piensa que tienes una maza muy afilada que, con fuerza suficiente, puede partir a un grifo por la mitad. – me recomendó Alain a la carrera, bastante incomodo con su nueva arma. Desayuno y yo hicimos un extraño sonido que parecía como "Ahk" al escucharlo.

Levante la pluma-maza, y me di cuenta también que, a pesar de haber partido el piso, uno de sus bordes estaba abollado, casi imposible de notar, pero las pequeñas hebras que formaban cada una de las sierras en el arma se habían achatado en el punto de impacto.

- Tampoco durara mucho hermano, esto es solo temporal - dijo Alain, pero no sabía si se refería a la extraña arma o al subidón de energía. Igual una voz en el cerebro, que me recordó a Andros, dijo "No pienses. Pensar malo. Arma fuerte, tu golpear"

-Yo obedecer. – respondí a mi propio pensamiento y volví al ataque. Junte viento para impulsarme nuevamente y esquive, por pura suerte, el rayo de Sonantis, quien había apuntado justo a donde mi anatomía había estado un momento antes.

Golpee contra su lanza, y el impacto nos hizo retroceder a cada uno. Desayuno aprovecho para lanzar un zarpazo y obligarlo a retirarse aún más. Alain trató de golpearlo, pero parecía que la pesada arma no le favorecía del todo, Sonantis pudo defenderse de su ataque inusualmente lento, aun potenciado con luz.

Por mi parte utilice la pluma como si sostuviera un bate de beisbol y le lance una corriente de viento. La verdad la pluma-maza fue más útil para mí que cuando usaba el sable mágico. Al parecer cortar y mutilar con viento me daba, inconscientemente, mucho miedo, pero golpear a Sonantis en la cara con un bate imaginario, sonaba bastante agradable. Además, no es posible defenderse del viento con una lanza. Sonantis recibió el golpe de viento con la nariz, y salió despedido hacía atrás.

Nuevamente Alain intentó un nuevo ataque, pero la pluma era muy incómoda para su estilo, Sonantis desvió una estocada de Alain (¿quién lanza un estoque con una maza?) y lo pateo en el pecho. Luego saltó para evitar otro zarpazo del grifo. Por mi parte, descargué un golpe brutal contra su lanza, potenciado por tanto viento como pude.

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