Un nuevo entrenamiento, aprendo a ser una enfermera

7.9K 559 130
                                    

Cuando Laila, saco una botella de agua de mi mochila y comenzó a tratar las heridas en mi rostro reconocí que Edwin era el tipo más jodidamente genial de toda la historia de mundo. Y también agradecí a la fuerza misteriosa que se las arregló para mantener la idiotez fuera de mi boca por unos momentos.

Aguarde en silencio mientras Laila curaba mis heridas. Supuse que debía decir algo, pero ya no sabía qué. Temía que si traía el tema de la misión o la pelea con Ahkin, Laila me golpearía o algo así. Honestamente no quería que se enojara de nuevo... o que me ahogara con su magia de agua.

-No deberías haber venido- fue lo primero que dijo, su voz era molesta y yo posiblemente le hubiera gritado de nuevo, de no ser porque la mire a los ojos, no estaban enfadados para nada. Eran ojos de una chica triste. De culpa.

Ella curaba mi pecho, que ahora sangraba un poco por múltiples heridas y rasguños, pero nada de gravedad. La mayoría cerraba al contacto con la expresión de la chica frente a mí. Detuve su mano sobre mi pecho. Tenía entender que cuernos pasaba en la mente de Laila antes de que terminara arrojándola por alguna ventana.

-No va a pasar nada, de acuerdo- dije mirándola fijamente. Quería que mi voz sonara firme y sin dudas, pero lo que salió fue un murmullo suave. -Voy a estar bien. No te preocupes por mí- dije y deseé creerlo con todas mis fuerzas.

-¡Tú no sabes eso!- respondió con fuerza y furia pero sin apartar la mano, por el contrario, pude sentir como la apretaba. -Todos los protectores, todos en la Sede lo sabemos. En una misión, nosotros salimos al mundo a protegerlo, y el mundo no siempre nos deja regresar. Todos hemos perdido a alguien y, cuando nuestros amigos salen... Edwin, Alain y yo... todos hemos aprendido eso. No quiero perder... no quiero perder a nadie...- No supe que decir. -Yo... yo... cuando pensé que moriste a manos de Kandox... Cuando tardaste en la prueba de la gema... Cuando los elementos te enviaron a algún lugar... Solo podía pensar en... en que mi culpa. Todo fue mi culpa...- Derramo una lagrima. -Si algo te pasa... será mi culpa. No quiero que eso pase...-

Solté su mano y la mire un poco sorprendido. Luego dije con voz dura, lo que iba a decirle tenía que quedar claro de una buena vez -Tienes razón. Es tu culpa Laila. Si no fuera por ti, no habría pasado nada de eso. No tendría que estar aquí-

Laila me miro con reproche y angustia, como si la hubiera golpeado en la cara con un pollo de hule. -Yo... yo... lo siento... ¡Debo irme!- pero cuando hizo ademan de levantarse, la detuve.

-Es tu culpa que conociera este mundo, es tu culpa que haya visto más cosas y más maravillas de lo que muchos logran siquiera imaginar en toda su vida.- Laila me miro entre sorprendida y confundida -Si no fuera por ti, solo habría visto una pequeña fracción, Gracias Laila, por esto, por todo. Gracias-

-Pero... por mí culpa... casi mueres... tu familia...- balbuceó

-Arriesgar mi vida es un talento innato- contesté encogiéndome de hombros -Y mi familia... bueno, gracias a ti, ahora conozco más de ella, de mis padres.-

-¿De qué hablas?- pregunto

-No me malinterpretes- corregí rápidamente agitando las manos -Yo amo a mi familia y la extraño y todo eso, quiero verla, también a mis amigos y así, eso, si- balbuceé

-Pero no piensas regresar- dijo con un ligero tono de reproche "Cielos, enojo, furia, culpa, resentimiento... ¡como alguien puede cambiar tan rápido de emociones!"

-¡Claro que sí!- contesté rápidamente –Yo regresaré... solo que... solo que no ahora, no todavía. ¡Hablo con ellos diario y me cuentan como lo llevan! También hablo con mis hermanas... y joder, claro que extraño a ese par de jaquecas... es solo que todavía no puedo darles la cara.- seguí lanzando excusas -Además, ellas creen que estoy en la academia militar ¿recuerdas?-

HermanosWhere stories live. Discover now