Nos vamos de rodeo

5.3K 408 74
                                    


Si seguíamos vivos era porque Sonantis no quería matarnos. Así de simple.

Verán, después de pararme frente a un dragón, frente a un par de seres inmortales, ¡frente a un maldito caballo pollo gigante!, uno diría que ya no tendría miedo de nada.

Bueno, esa noche Sonantis era aún más aterrador que todo lo anterior. Ni siquiera el elfo, Noumpa Harita, me asustaba tanto.

Estoy seguro que alguien dirá, "Vale, Miguel, ya entendimos, es un comandante, es muy fuerte, un traidor y, en resumen, el clásico villano de cero, cero, nueve. Pero admítelo, te asustas de los brujos, de los poni-pollo, ¡hasta de Desayuno!"

Y tienen razón. Solo olvidan un pequeño detalle: el hombre frente a mí me había usado como batería alcalina. Ese sujeto me había torturado, y no como si lo disfrutara, no. Al contrario, era casi como si le aburriera.

En todo ese tiempo yo había estado atado, sin poder moverme o defenderme, tan solo esperando la siguiente descarga, y cada una de ellas era como un millón de agujas que se clavaran por mi cuerpo, una y otra vez.

Escupí, grite y llore. Pero Sonantis simplemente parecía indiferente, aburrido. Y solo existe una forma de que una actividad se vuelva tediosa: Sonantis ya había hecho esto varias veces, tantas que ya ni siquiera le importaba. Un solo dedo bastaba para hacerme sufrir. No era creativo, ni psicótico, solo funcional. Sonantis había entrenado y practicado para causar el mayor dolor con el mínimo daño, a torturar con una eficiencia metódica, casi mecánica.

Y ahora ese mismo hombre, estaba enojado.

Ver su cuerpo brillar con chispas amarillas normalmente me daría ideas para un montón de chistes estúpidos: Pikachu, chispitas, bombilla, ¡Sparky, el asombroso hombre-pila! Pero no fue el caso... Mayte noto que temblaba involuntariamente.

Está bien, tal vez estuviera más preocupado por mis amigos y en que ellos se salvaran, pero eso no significaba que quisiera que me usara de generador eléctrico humano otra vez.

Sonantis podía decir que no tenía una expresión poderosa, pero el aire cargado de electricidad no estaba de acuerdo. El cabello de mi nuca se erizo y, cuando Mayte se acercó un poco más, un toque eléctrico broto entre nosotros, dándonos un buen susto. El comandante lo tomo como una señal para empezar a hablar.

- Veinte años - dijo Sonantis inhalando con teatralidad - Veinte años y nadie me había hecho enojar como vosotros mocosos. -

- Lo sé, es un don - dijo Edwin con más ligereza de la que imagine, incluso se encogió de hombros. Sus ojos, sin embargo, eran cautelosos, sus brazos apretaban su bo como si la vida se le fuera en ello, lo que probablemente así fuera.

Un punto en mi mente decía: "Vamos Miguel, estuviste peleando con él hace unos minutos" Pero eso era solo porque el cazador no tenía expresión. Ahora un experto militar, que ya me había atado y electrocutado antes, podía repetirlo.

Estaba asustado, estaba jodidamente asustado.

Sonantis ataco, se movió mucho más rápido de lo que podía prever, dejando tras de sí un haz de luz, como cuando mueves una linterna a gran velocidad en medio de la oscuridad. Tomo el arma de Edwin y este se arqueo cuando un montón de voltios de electricidad pasaron a través de su propia arma.

Eso me despejo un poco la mente, liberándome de mi aturdimiento, aunque fueron las chicas las que se movieron primero.

Tres flechas intentaron golpear a Sonantis antes incluso de que soltase a Edwin, pero él se apartó de un salto, dejando a Edwin caer con un gruñido. Edwin estaba vivo, pero el dolor lo hizo hincar la rodilla en el suelo con un gruñido de dolor y frustración.

HermanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora