One Shots - Camila Cabello y tú

Mi Perdición II (Tierno)

Narras tú

-FLASHBACK-

–¿Lo mismo de siempre?– asentí entregándole un billete a la cajera.

Me encontraba en mi pastelería favorita, lo era desde hace dos años así que ya era una cliente habitual aquí.

Recibí el vuelto y fui hacia la mesa que ocupo cada vez que vengo aquí, la de la esquina, la más alejada de todos.

El lugar comenzó a llenarse poco a poco, saqué el computador de mi mochila para seguir con mi trabajo, debía entregar un informe en dos días, lo terminaría hoy para avanzar con los otros proyectos de la empresa.

Estaba perdida en los cálculos cuando alguien tocó mi hombro.

–Aquí tienes tu pedido– le sonreí de forma leve a la camarera.

–Gracias– dejó mi sándwich y mi café sobre la mesa para luego retirarse.

Cerré mi computador y lo metí a la mochila, tomé mi sándwich y levanté mi vista cuando vi a una chica parada a mi lado.

Levanté mis cejas y recorrí su rostro con mi mirada.

–Hey...Todas las mesas están ocupadas, ¿Puedo sentarme aquí?– debido a la comida en mi boca no pude contestar y asentí lentamente –Gracias– dejó su desayuno sobre la mesa y se sentó frente a mi. Tragué y algo incómoda volví a tomar mi sándwich –Soy Camila– dijo con una gran sonrisa dibujada en su rostro –Ya que compartiremos la mesa, creo que podemos tener una agradable conversación– me miró y no dije nada –¿Cuál es tu nombre?– tomó su tenedor para comer su pastel.

–Soy..._____– dije algo nerviosa y continué comiendo mi desayuno.

–No te voy a comer, no te pongas nerviosa– sonreí levemente y ella rió –¿Es primera vez que vienes a comer aquí?– negué y tomé un poco de mi café.

–Vengo cada día, vivo cerca– sonrió mientras me miraba –¿Y tú?– mordió su labio.

–Es primera vez que vengo, ¿Es rico lo que escogí?– miré su comida y asentí.

–Pero hay un pastel mucho más delicioso– hizo un puchero y me dediqué a apreciar sus facciones, era una chica realmente linda.

–¿Cuál es?– miré el lugar dónde se encontraban los pasteles.

–Ese– lo apunté –El segundo de la primera fila– asintió.

–Mañana vendré a comer aquí nuevamente para pedir ese– sonreímos a la vez y terminé de comer, ahora solo quedaba mi café.

–A mi me gusta, pero me hostiga demasiado rápido, debo beber un litro de agua para ese pedazo– soltó una carcajada.

–Me imagino, a mi me gusta demasiado lo dulce– terminé de tomar mi café.

–Debo irme– me levanté tomando mi mochila y ella asintió.

–Te esperaré mañana, vendré a esta misma hora– suspiré mirando al suelo y luego le di una leve sonrisa para ir a mi trabajo.

Desde ese día, Camila iba a comer cada día a la misma hora que yo, poco a poco íbamos hablando más, aunque yo solo opinaba con respecto a la conversación, cuando me hacía preguntas las evadía y cambiaba el tema, pero igualmente ella se veía muy interesada en mi. Debo admitir que yo también estaba interesada en ella, pero no le permitiría llegar más lejos...O eso creí en aquel momento.