Destino (Tierno)

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Narras tu

–¿Cómo que hoy no puedes?– suspiré sin dejar de caminar –¿Piensas que existe la posibilidad de que no me enoje si me haces esto?– reí cortando la llamada y guardé mi celular en mi bolsillo.

Caminé hasta la parada de los taxis para volver a mi casa después de que mi cita me dejara plantada, suspiré y miré a la chica a mi lado.

–¿Camila?– dije y ella levantó su vista mirándome, inmediatamente sonrió.

–¡_____!– me miró de arriba a abajo –¿Qué haces aquí?– le extendí mis brazos para abrazarla y sonreí ampliamente.

–¿Qué haces tú aquí?– nos separamos –Pensé que no volverías– asintió suspirando.

–A papá lo contrataron en una nueva compañía...Y no quería vivir sola allá– reí.

–¿En qué empresa?– levanté una ceja.

–______'s Company– reí.

–¿Sí?– asintió.

–¿La conoces?– mordí mi labio.

–¿Recuerdas cuando te dije que mi sueño era ser millonaria?– asintió y luego abrió sus ojos sorprendida.

–¿La empresa es tuya?– asentí y rió.

–Cumplí todos mis sueños, menos uno– sonrió.

–¿Cuáles cumpliste y cuál no?– suspiré.

–Tengo mi propia empresa solo a los 27 años, viajé por muchos países, me di muchos lujos innecesarios, tengo una mansión como siempre quise...Solo faltabas tu a mi lado— mordió su labio y me abrazó.

–Han pasado 6 años desde que me fui– asentí y miré mi reloj.

–¿Tienes algo que hacer?– negó.

–Iba a mi casa– mordí mi labio.

–¿Tienes pareja?– negó y sonreí –¿Vamos a comer algo?– asintió e hice parar un taxi –Adelante– abrí la puerta y entró.

Le di la dirección de mi empresa al conductor y miré a Camila.

–Justo estaba a punto de ir a una cita con una chica, pero me dejó plantada– rió.

–¿Por qué haría eso?– suspiré sonriendo.

–Porque el destino quería que te encontrara en ese paradero– sonrió sonrojándose.

–Nunca me he vuelto a enamorar– tomé su mano.

–Voy a preguntarte algo, pero no te enojes– asintió.

–¿Cuantos años tienes?– rió –¿26?– asintió.

–¿Cómo te atreves a olvidar mi edad?– reí y mordí mi labio.

–Pasó mucho tiempo, ya ni siquiera te recuerdo desnuda– reímos y le pagué el dinero al taxista para luego bajarnos.

–¿Esta es tu compañía?– asentí y tomé su mano para entrar.

–Vamos a buscar mi auto– entramos y todos me saludaban educadamente, fui al subterráneo y cuando Camila vio el auto levantó sus cejas algo sorprendida.

–Este auto vale más que la casa donde vivo– reí y abrí la puerta con el botón de la llave, ya que estas se levantaban –Wow– reímos.

–Adelante hermosa– me sonrió y entró –¿Te gusta?– asintió y mire su rostro apreciándolo unos cuantos segundos.

–Te ha ido realmente bien, debi haberme quedado contigo– reímos y nos pusimos los conturones.

–Oh si, serías la esposa más mimada de la ciudad, porque te daría todo lo que me pidieras– eché a andar el auto y ella rió.

One Shots - Camila Cabello y túWhere stories live. Discover now