Pervertida II (Camila G!p)

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Narras tú

–¿Sabes que cuando veo tu culo se me vuelve a parar?– me reí siguiendo mi camino hacia la empresa en la que trabajo –¿Podemos follar en tu oficina? Eso sería bastante excitante– dijo corriendo hacia mi y abrazándome por la cintura.

–No, quédate abajo esperándome– hizo un puchero y reí entrando a la recepción –Hey Juanpa, ¿puedes cuidar que no suba? Es  como una niña pequeña– mi amigo el guardia soltó una pequeña risa y asintió.

–No te preocupes, la tengo vigilada– Camila me dio un leve apretón y luego se sentó de brazos cruzados en el sillón que se encontraba allí.

–Qué amargada eres– me agaché para darle un corto beso y luego subí al ascensor para ir en busca de lo que necesitaba.

A los 20 minutos bajé, me demoré pr cruzado con mi jefe, el cuál me pidió terminar algunos documentos, y Camila seguía sentada en la misma posición, con el celular en su mano y el ceño fruncido.

–Ya volvió tu amargada– dijo Juanpa y mi novia levantó la vista sonriendo levemente.

–Al fin, creo que necesito una mamada como recompensa–  mordí mi labio al escuchar que dijo eso en frente de algunos compañeros de trabajo –¿Ya terminaste?– asentí.

–Todo listo, ¿Vamos a casa?– extendí mi mano y ella la tomó levantándose.

–Adiós– dijo refiriéndose a Juanpa y le sonreí para despedirme de él –Te perdiste la oportunidad de tener el mejor sexi en tu oficina– me susurró en el oído y solo la ignoré, caminamos hacia el auto y la miré ya que iba en silencio.

–¿Ocurre algo Amor?– levantó su vista para mirarme.

–Estoy pensando– levanté mis cejas.

–¿Estás bien?– asintió.

–Sí, solo pienso en que posición te voy a dar al llegar a casa– me sonrió.

–¿Cuándo será el día en que me digas algo romántico y no relacionado con sexo?– frunció su ceño.

–¿Romanticismo? ¿Qué es eso?– suspiré soltando su mano y me miró extrañada –¿Te molestó lo que dije?– negué.

–Es solo que a veces me haces sentir...como un objeto sexual...Pero no te preocupes, eres así y no vas a cambiar– abrí la puerta del auto y me senté suspirando pesadamente.

Ella cerró suavemente la puerta y rodeó el auto, se subió y sin decir nada empezó a conducir hacia nuestra casa. Me puse el cinturón y la miré.

–¿No vas a pedirme nada? ¿Quizás que te haga una mamada? ¿O que te masturbe hasta que lleguemos?– siguió mirando el camino.

–No quieres hacerlo– dijo secamente.

–¿Vas a enojarte conmigo? ¿En serio te vas a enojar por haberte dicho cómo me haces sentir?– mi tono de voz se hizo algo más fuerte y a la vez dolido.

–¿Qué quieres que haga? ¿Qué tenga sexo con otras chicas para calmar mi deseo?– pude sentir como mis ojos se humedecieron levemente.

–¿Qué mierda acabas de decir? ¿Entonces yo debo buscar el amor que quiero en otras personas?– comenzó a disminuir la velocidad hasta que se estacionó a un lado de la carretera.

–¿Crees que no te amo?– se quitó el cinturón –Antes era una chica que no quería nada serio, no sé como pero te he sido fiel durante dos años y medio, trato de hacer cosas lindas por ti porque me cuesta ser así, no sé como serlo, hago el esfuerzo de levantarme más temprano para llevarte el desayuno a la cama, disfruto al tener sexo solo contigo, ¿Y aún no te das cuenta de que estoy completamente enamorada de ti?– seguía mirando al frente y varias lágrimas caían por sus mejillas –Si quieres que te demuestre mi amor de otras formas debes explicármelo, a mi me encanta estar contigo, pero mi forma de demostrarte amor es entregándote algo en lo que soy buena, si quieres otras formas primero debes enseñármelas– puso su mano izquierda sobre sus ojos y yo quité mi cinturón, para levantarme un poco.

One Shots - Camila Cabello y túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora