One Shots - Camila Cabello y tú

Castigo (Camila G!p)

Narras tú

Hoy llegaba la nueva profesora, debido a que nuestro antiguo profesor fue despedido por razones que no nos quisieron decir. Era mi profesor favorito, así que no aceptaría a nadie que viniera a remplazarlo.

Bueno...el era mi favorito porque podía ocupar el celular en clases, nunca me regañaba y cuando le suplicaba me subía las notas.

Escuché el timbre sonar y fui hasta donde estaba mi amiga.

–¿Crees que sea una vieja amargada?– reímos y asintió.

–De seguro estará así por falta de sexo– volví a reír ante el comentario de Demi y caminamos hacia la sala.

–Solo espero que no sea tan estricta– asintió.

–Aunque puede que no sea una vieja amargada y sea una dulce profesora que se pondrá a llorar cuando hagamos desorden y no la obedezcamos– reímos.

–¿Creen que me pondré a llorar?– dijo con un tono serio una...¿Chica? Tenía como unos 25 años, la miré de arriba a abajo y el pantalón que tenía marcaba su gran trasero.

–No– negamos ambas –Solo molestábamos– se puso unos lentes que la hicieron ver aún más sexy.

–Entren– nos hizo pasar a todos y se apoyó en su escritorio mientras nosotros nos acomodamos en nuestros asientos  –Me llamo Camila Cabello– dijo fríamente –Eso es todo lo que necesitan saber, así que saquen sus cuadernos– un compañero levantó la mano –¿Cuál es tu nombre?– dijo mirándolo.

–Louis Tomlinson, ¿Qué cuaderno?– sonrió.

–¿A cual de tus profesores despidieron? Al de lenguaje ¿Verdad? Pero si quieres escribir en el de matemáticas puedes hacerlo– aguanté la risa mordiendo mi labio y saqué mi cuaderno.

–Seguro no le dieron anoche– levantó sus cejas ante el comentario que se escuchó de Dinah.

–Nos llevaremos bastante bien– abrió el libro y una compañera levantó la mano –¿Si?– dijo mirándola.

–¿Cuantos años tiene? Se ve muy joven como para ser así de amargada– dijo Dua sonriéndole.

–Abran el libro en la página 83– ignoró por completo a la chica –Tú– Me apuntó –Lee el primer párrafo– mordí mi labio.

–No tengo mi libro– acomodo sus lentes.

–¿Por qué no?– rasqué mi nuca.

–Se me quedó en casa– rió.

–Entiendo, ¿Estaba cansado y lo dejaste durmiendo?– fruncí mi ceño –Pídele el libro a alguien y lees todo el texto en voz alta, ahora– creo que nunca había odiado a alguien tan rápidamente.

–¿Todo?– asintió.

Dinah me pasó su libro y comencé a leer, a los cinco minutos terminé y suspiré.

–Lees bastante bien– proyectó la pantalla de su computadora –Van a responder esas preguntas mientras yo les voy a pasar los exámenes que tomó su antiguo profesor– saqué una lapicera y comencé a escribir y responder.

Estaba concentrada en el trabajo y una hoja apareció en mi mesa, levanté mi vista y vi a la profesora.

–Fuiste una de las notas más bajas, esperaba más de ti, pero de seguro te distraes en cosas menos importantes– fruncí mi ceño.

–¿Nos va a dar oportunidad de subirla?– negó y siguió entregando.

Mis padres me matarían por reprobar, debo hacer que ella al menos me suba la nota en unos cuantos puntos.