Narras tú
–Despierta Amor– sentí suaves besos en mi cuello y abrí mis ojos lentamente.
–Creo que anoche nos pasamos– cubrí mi cara con la almohada al sentir en muy fuerte ardor en mis piernas y feminidad.
–Tú me pedías más– rió –Vamos a darnos una ducha, no quieres llegar tarde al entrenamiento– la miré quitando la almohada.
–No quiero ir– me besó suavemente.
–Debes ir a renunciar a tu equipo– reí levemente.
–Me van a odiar– besó mi frente.
–Yo te voy a amar, mucho– la abracé.
–No seré capaz de correr, creo que ni siquiera puedo caminar– se rió fuerte.
–No seas exagerada, arriba– tiró de mis manos y me senté en la cama.
–Auch– abracé mi vientre y se rió –Eres muy mala– la miré.
–Y tú muy pasiva– abrí mi boca algo indignada y me levanté para ir donde ella.
–¡Yo no soy pasiva! Solo fue esta noche– tomó mi mentón y me dio un dulce beso.
–_____, sabes que lo eres, ahora métete a la ducha– la miré mal y reí luego.
–El agua está algo fría– abrí un poco más el agua caliente y entré ya que no tenía nada de ropa.
–Creo que tienes que abrir un poco las piernas– me giré a mirarla y levanté una ceja.
Enseguida noté que tenía el Strap-On puesto y negué.
–Ni lo pienses– reí al ver cómo entraba conmigo a la ducha.
–Sabes que lo quieres– volví a negar –Deja de ser tan terca y entrégate a mi– apoyé mi espalda en la fría pared.
–Yo...No se lo digas a nadie– escuché su dulce risa y nos unimos en un apasionado beso.
Sus manos fueron hasta mi trasero y lo apretó levemente, bajó sus besos a mi cuello y lo mordió levemente. Con cuidado me giró y apoyé mis manos y antebrazos en la pared.
–Abre un poco las piernas– así lo hice y me sonrió –Ahora sé la buena pasiva que eres– miré hacia al frente y sentí la presión de Camila en mi entrada.
Debido a la humedad se deslizó fácilmente dentro de mi y no pude evitar soltar un fuerte gemido.
–Camila...Oh Dios– sentí sus besos en mi espalda y comenzó un lento vaivén que en realidad me estaba volviendo loca.
Poco a poco hizo sus movimientos más rápidos hasta que sus caderas chocaban contra mi y mis piernas comenzaban a tener fuertes temblores indicando que faltaba muy poco para mi preciado orgasmo.
–¿Por qué tan callada? Sé que quieres gemir mi nombre repetidas veces Amor– me dio una leve nalgada y gemí.
–Cam...Ah...Voy a correrme...– tomó mis caderas y me embistió profundamente –¡Camila!– la miré y me sonrió pervertidamente.
–Me encanta cuando gimes así– mordió el lóbulo de mi oreja y volvió con su rápido vaivén.
-2 horas más tarde-
–En serio te mataré si llegamos tarde– Camila se rió y le levanté mi dedo medio.
–También fue tu culpa por ser tan follable– me giré mirándola y reí.
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One Shots - Camila Cabello y tú
RandomEste es el primer libro que escribo, espero que les guste Se que sí, porque son unas PECADORAS! Al igual que yo jajajaj