Ninfómana (_____ G!p)

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Narras tú

Sentí una leve presión en mis caderas, reconocí inmediatamente que era lo que ocurría, Camila se encontraba montándome mientras yo dormía, bueno, esto es tener una esposa que es adicta al sexo y la verdad, no me quejo para nada. Agarré sus caderas para ayudarla a hacer los movimientos y me sonrió.

–¿No pudiste esperar?– se rió y yo gemí por los hábiles movimientos de mi esposa, en realidad era el paraíso. Detuve sus movimientos y me acomodé bien, doblé mis rodillas y me apoyaba en ellas para ahora embestirla yo.

–¡Ah si! ¡Sigue!– por nuestros cuerpos ya corrían gotas de sudor y el ambiente se calentaba, se sentía un olor a sexo muy fuerte y la cama rechinaba, el haber follado tantas veces sobre ella y tan seguido seguro que la echó a perder, debería comprar una nueva. Volví a concentrarme en Camila, se encontraba acariciando sus pequeños pechos y la incliné hacia mi para besarlos, claro, sin dejar de embestirla.

Se puede decir que con mi esposa ya éramos unas expertas en cuanto a sexo, solo llevamos 2 años de casadas más 3 de novias, debí aprenderme demasiadas poses para ser capaz de complacer a mi mujer, desde la adolescencia presentó una adicción llamada "Satiriasis", la cual la hacía tener un deseo sexual enorme que es muy difícil de calmar, esa es la razón por la cual Camila terminaba con sus parejas muy rápido, por no saber complacerla. Bueno, hasta que aparecí yo, que también sufro un "trastorno" sexual, y es que mi eyaculación se demora mucho en llegar entre 40 y 50 minutos, y para Camila eso es un muy buen beneficio, podemos pasar hasta 45 minutos sin parar, descansar 5 minutos y al volver mi erección podemos seguir, digamos que somos como "la pareja perfecta" . Aunque principio de nuestro noviazgo Camila empezó un tratamiento para curar su adicción, pero para aquello debíamos dejar de tener sexo por unos cuantos meses o años, solo así funcionaría, y "lastimosamente" no fuimos capaz de abandonar el placer que nos provocamos.

–¡Me voy a correr!– comencé a embestir mucho más fuerte contra su vagina y la besé ahogando su gemido, todo su pequeño cuerpo vibró en mis brazos y no dejé de embestirla provocando otro orgasmo más, su respiración era agitada y aún seguía sobre mi cuerpo. Nos besamos apasionadamente y Camila se apoyó en mis hombros para levantarse, esta vez se puso en cuatro en la cama y movió su trasero para mi. Me acerqué y dándole una fuerte nalgada entré de una sola embestida en su ano, el movimiento de mi pelvis era frenético, nuestros cuerpos chocaban perfectamente y mi novia ya no gemía, ahora casi gritaba mi nombre. Apoyé un pie en la cama y ahora tenía más estabilidad para penetrarla, llevé una de mis manos a su clítoris y le di un leve apretón, la embestí fuerte haciendo que sus brazos perdieran el equilibrio y ahora solo su culo estaba levantado para mi, su cuerpo estaba apoyado en la cama y su cara chocaba contra la cama con cada embestida que le daba. Me recosté a su lado sin salir de ella y juntando sus piernas comencé a embestirla de nuevo, así su ano se sentía bastante cerrado y me hacía caso delirar, le di una fuerte nalgada mientras besaba su cuello y dejaba marcas que no se borrarían fácilmente, le abrí las piernas y con una de sus manos comenzó a estimularse.

–¡Mierda! ¡Voy a correrme de nuevo! ¡Ah! ¡_____!– mi miembro se apretó dentro de su ano, pero aún necesitaba un poco más, salí de ella y la puse debajo de mi, me posicione entre sus piernas y alinee mi miembro con su entrada, fui lentamente entrando en su vagina hasta la mitad, metí el restante de golpe y sus sonoros gemidos renacieron.

Sin dejar mis embestidas me incliné llegando a su boca, enseguida comenzamos a devorar nuestros labios con un beso salvaje y lleno de lujuria, mis bolas chocaban contra su trasero y apoyé mis manos en sus caderas para hacer mucho más placenteros los movimientos.

–¡Oh me vuelves loca!– gimió mi esposa al separarse de mi boca.

–Y tú a mi preciosa– apoyé mis manos en la cama, justo por encima de sus piernas e hice mis movimientos mucho más notorios.

One Shots - Camila Cabello y túTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang