Déjame (Camila G!p)

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Narras tú

–¿Eso fue el final?– pregunté algo decepcionada.

–¿Perdimos dos horas de nuestra vida en esto?– dijo Camila y reí. De casualidad fijé mi vista en su entrepierna y luego mordí mi labio mirando sus ojos –¿Ocurre algo?– pasó su mano por mis hombros y asentí.

–Tus padres no están, ¿Verdad?– asintió –¿Me dejas hacer algo?– levantó una de sus cejas.

–¿Qué cosa?– llevé lentamente mi mano a su abdomen y Camila suspiró –_____...Sabes que no tengo idea de esto– miraba mi mano.

–Yo puedo enseñarte– miró mis ojos.

–¿Y si me dejas por ser demasiado mala?– reí suavemente.

–¿Cómo podremos saber eso si nunca lo intentamos?– bajé mi mano dejándola sobre su miembro.

–¿Y si no es lo suficientemente grande como para complacerte?– besé su mejilla.

–Ya te he visto desnuda, lo es– me miró levantando sus cejas.

–¿Cuándo me viste?– reí.

–Secreto– se sonrojó levemente.

Me acomodé sentándome sobre ella y enseguida Camila trató de bajarme.

–_____...– la besé para callarla.

–Shhh...Déjame, sé lo que hago– asintió y pude notar su nerviosismo –Te juro que luego de esto, estarás arrepentida por no haberlo hecho antes– negó.

–Creo que me arrepentiría de hacerlo con otra persona que no fueras tú– sonreí y le di un dulce beso.

–Ven– me levanté y le indiqué que se sentara en la orilla de la cama.

–Tengo miedo– reí y me arrodillé frente a ella.

–Te amo, haré que te sientas muy bien– puse mis manos en sus muslos –Lo prometo– me sonrió y mordí levemente su mano cuando me acarició.

Tomé el botón de su jean y lo desabroché, luego bajé el cierre y apoyé mi mano sobre su bulto.

–Espera, detente– quité sus manos.

–¡Déjame!– puso sus manos en la cama –Confía en mi Camz– puse mis manos nuevamente en su bulto.

Lo apreté levemente y Camila soltó un gemido. De seguro se correría demasiado rápido ya que mi novia ni siquiera había tenido un orgasmo antes.

Llevé mis manos hasta el borde de su pantalón y lentamente lo bajé hasta sus rodillas, la miré a los ojos y sonreímos.

–Te amo– le sonreí y besé sus muslos.

Le ayudé a quitarse los zapatos y calcetines, luego tiré de su pantalón y para estar más cómoda quité mi chaleco y zapatos.

–Abre tus piernas– lo hizo enseguida y guié mi boca hasta su miembro.

Besé suavemente toda su longitud y podía sentir como se tensaba cada vez que la tocaba.

Alejé mi rostro unos centímetros y pude notar su miembro erecto por debajo de el bóxer. Mojé mis labios y seguí dando besos mojados a la tela, lo cual Camila no dejó de mirar en ningún momento.

Sin decir nada tomé el elástico de su bóxer para bajarlo suavemente. Sus muslos se tensaron debido a sus nervios y lo bajé por completo, dejando su erecto miembro al descubierto.

Mordí mi labio y tomé la base con mi mano, comenzando a moverlo suavemente.

–¿Qué vas a hacer?– le sonreí.

One Shots - Camila Cabello y túWo Geschichten leben. Entdecke jetzt