Picnic (Tierno)

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Narras tú

–Creí que hoy sería un buen día– dijo mi novia entrando por la puerta de nuestro cuarto de hotel, se encontraba algo despeinada y noté que aún seguía maquillada.

–¿Quieres un abrazo?– asintió y me levanté del sofá para ir hacia ella y envolverla en mis brazos.

–Te extrañe mucho– susurro en mi pecho y besé su frente.

–Yo también te extrañe mucho, fue un día bastante aburrido– tomé sus manos y ella suspiró.

–Lo único que quiero es una larga ducha y luego desconectarme de el mundo...La entrevista de hoy fue...Muy incómoda y...Estoy agotada– besé dulcemente sus labios y la guié para que se sentara en el sofá.

–Ve a bañarte enseguida, luego quiero que salgamos– se quejó a la vez que cubría su rostro.

–No quiero salir hoy...Est– puse uno de mis dedos en sus labios.

–Te gustará, ahora ve a bañarte– hizo un puchero –Por favor...Quiero pasar un lindo momento contigo– ella seguía igual.

–Amor...Si salimos puede que algún fan me reconozca...No es que no quiera estar con ellos pero estoy realmente agotada...Me pondré de mal humor si me obligas a ir– asentí algo apenada.

–Como tú quieras...– besó mi mejilla y se levantó.

–Lo siento _____, te prometo que luego saldremos, pero no quiero terminar mi día discutiendo contigo– asentí y ella camino en dirección a nuestra habitación.

Suspiré y timé mi celular para cancelar la reservación en el restaurant y la cabaña, me senté en el sofá y escuché el sonido de el agua correr. Cerré mis ojos unos instantes y se me ocurrió una grandiosa idea.

Me levanté y fui hacia la habitación para sacar una manta, volví a la sala y la puse en el piso estirada, quitando la mesita de centro antes, quité los cojines de el sillón y luego abrí las cortinas y las ventanas para tener una hermosa vista de la ciudad con el cielo estrellado. Fui a la cocina, saqué un poco de leche y piqué unos cuantos plátanos para hacer una malteada, prendí la licuadora y fui a la habitación a buscar la guitarra de Camz aún escuchando el ruido de el agua. Tomé la canasta que tenía lista para nuestro pequeño picnic y la puse a un lado de los cojines, junto con la guitarra.

Serví la malteada en una jarra y tomé dos vasos dejándolo todo en la mesita, fui hacia la habitación y aún escuchaba el agua correr, Camila estaba realmente cansada. Quité mi playera y mi brazier para ir a mi maleta y cambiarme por algo más cómodo.

–¿Por qué me provocas de esta forma?– me giré y Camila estaba envuelta en toallas mirando mis pechos y reí.

–¿Por qué me sigues mirando?– mordió su labio y se sentó en la cama, tomó su ropa y comenzó a vestirse mientras yo me cambiaba.

Me puse una camiseta algo grande y quité mis pantalones y zapatillas, miré a Camila y estaba semidesnuda sobre la cama. Me detuve a admirar su hermosa anatomía e inconscientemente mordí mi labio.

–Te diría que vinieras aquí y me hicieras tuya, pero estoy bastante cansada– reí y me puse un pequeño short para recostarme a su lado.

–Señorita Cabello, ¿me puede decir quien le hizo esto?– toqué todas las marcas que había dejado con mi boca la noche anterior y ella rió.

–Fue alguien muy traviesa, creo que la conoces– acerqué mi boca a su cuello y le di un pequeño beso para luego alejarme de ella.

–Vístete Amor, luego ve a la sala– ella asintió lanzándome un sonoro beso.

One Shots - Camila Cabello y túTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang