One Shots - Camila Cabello y tú

Esto no se quedará así (Sin G!p)

Narras tú

Me agaché procurando no tocar nada, abrí su mano y cuidadosamente dejé el cuchillo en ella, hice que su mano lo apretara y acomodé todo para que no hubieran sospechas.

Miré el cuerpo unos segundos y tomé mi celular para hacer la llamada.

–Listo, no tendrás más problemas– dije cuando me contestaron –Ya voy a tu casa para arreglar cuentas– guardé el celular y abrí nuevamente la ventana, salí y la cerré por fuera, dejando todo como cuando entré.

Caminé unos minutos en la oscuridad camino hacia mi auto, tomé mis llaves y lo abrí para entrar en el.

Suspiré y encendí el auto, encendí la radio y quité mis guantes dejándolos en mi maletín.

Me puse el cinturón y eché a andar el auto, alejándome de la escena del crimen.

                    -2 días más tarde-

Me detuve de golpe cuando casi atropello a una chica que cruzó inesperadamente la calle, noté que luego del susto cayó al piso y me bajé del auto para ver cómo se encontraba.

–Hey, ¿Estás bien?– levantó su vista dejándome ver sus ojos marrones.

–Si...Sí– miró el camino por donde venía –¿Puedo pedirte un favor?– la ayudé a levantarse y asentí –Llévame lejos de aquí, donde sea pero lejos, mi auto se averió unas cuadras más allá y necesito irme–  fruncí mi ceño y asentí.

–¿Así de confiada eres?– soltó una pequeña risa y entramos al auto –¿Qué te dice que no soy una asesina en serie que te llevará lejos, te drogará, abusará de ti y luego te matará?– pregunté colocando mi cinturón y vi que dejó un bolso en el piso del auto.

–¿Qué te dice que yo no lo soy?– sonreí levemente cuando la escuché reír tiernamente, partiendo el motor del auto –Por cierto, soy Camila– la miré unos segundos.

–_____– se acomodó y comencé a andar sin un rumbo fijo, mirando de reojo su sexy cuerpoz

–¿Hacia dónde vas?– preguntó mirando por la ventana.

–¿Hacia donde vas tú?– mordió su labio, lo cual me derritió por dentro.

–Estoy comenzando a calentarme– reí levemente.

–¿Quieres tener sexo en el auto de una desconocida?– levanté mi ceja al preguntarle aquello.

–Me parece una buena idea– se quitó el cinturón y me fui hacia un lado de la carretera frenando el auto.

–Te subes al auto de una extraña ¿Y también quieres sexo?– asintió y quité el cinturón –Vamos a la parte trasera– fue ella primero y luego la seguí.

Comenzamos un beso algo frenético, uno lleno de lujuria. Mis manos fueron hacia sus caderas y las apreté, para luego quitar su camisa.

Se sentó sobre mi y apreté su redondo trasero, luego ella guió sus manos a su pantalón y lo desabrochó. Mordí su mentón suavemente y me giré para dejarla bajo mi cuerpo, recorriendo su cuello dejando lamidas y mordiendo su suave piel.

A los pocos minutos ella estaba completamente desnuda y yo solo me había quitado la camiseta. Los vidrios ya estaban empañados por completo y yo me encontraba entre las piernas abiertas de Camila, dejándome ver su húmedo y brillante centro.

Llevé mi boca hacia él y un gemido salió de la boca de la morena, y luego otro y otro más.

Con mi dedo medio comencé una leve penetración sin cesar el movimiento de mi traviesa lengua.