"Como tu quieras"

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Era la quinta o tal vez sexta vez que Akko limpiaba el sudor de su frente, esperando que Diana vuelva del baño.

Tenia las manos sudorosas, su corazón latía al ritmo que sus nervios le imponían.

Jugaba con sus dedos, mientras se preparaba mentalmente para el momento que iba a vivir.

Sí, se lo había planteado y fantaseado muchas veces, incluso mas veces de las que le había confesado a su novia.

Pero ahora que el momento había llegado, un mar de preguntas la ahogaban.

La principal era ¿Que hacer?. Si, la castaña sabia que debía hacer, ese no era el punto, si no, como hacerlo.

Diana era siempre la que llevaba las riendas cuando se proponían "darse amor", y para Akko eso estaba bien, ella lo disfrutaba así, pero siempre pensó ¿Como seria ser ella la que tuviera el control?.

Tal vez lo estaba pensado mucho, estaba preocupándose demasiado, era Diana, no debía preocuparse por nada, "Ella de seguro me guiara en que debo hacer" pensó por un instante para luego sentir vergüenza de si misma por no saber como complacer a su pareja - ¡Soy patética, no se ni como empezar! ¿Como debo tocarla? ¿Debería hacer eso que hace ella con su lengua? Ah... No se que hacer.

Akko dejo su postura rígida en la cama para tumbarse en la misma, sintiendo el peso de su vergüenza sobre ella - ¡Soy la peor novia del mundo!.

La puerta se abrió lentamente, haciendo que ella voltee su cabeza en esa dirección, para deleitarse con la vista de su pareja.

Diana se había puesto un delicado vestido color verde agua, con tiras y con un largo que apenas si podía cubrir sus glúteos.

"Mi dios, es hermosa" Pensó Akko mirándola tan fijamente que Diana solo atino a sonrojarse ante tan penetrante mirada.

- ¿Estoy linda?.- Pregunto temerosa.

"Ja! ¿Linda? Linda es poco, es divina, se ve genial, hermosa, sensual e incluso angelical" Penso velozmente - Te, te ves hermosa.

Diana sonrió ante la respuesta, tomando asiento junto a la castaña, que abandono su posición relajada para sentarse junto a ella, quedando ambas enfrentadas.

Se observaban fijamente, sonriendo, como admirando el rostro que tenían en frente.

Akko realizo el primer movimiento, moviendo sus manos hacia el vestido de su compañera, tirando hacia abajo uno de los tirantes, causando que la rubia soltara una pequeña risita, haciendo que la castaña se detenga sonrojada y haga un puchero.

- ¿Por que te detienes?.

- Te, te estas burlando.

- Solo me causo gracia que fueras tan directa, pensé que, no se, me besarías primero.

Akko dio un brinco, pensando que había comenzado mal las cosas.

- Yo, yo lo siento, es que me-me tentaron.- Comento sumamente roja.

- ¿Por que te sonrojas? Ya hemos hecho esto antes ¿Que tiene de distinto ahora?.

- Es, es fácil para ti, pareces una experta en esto... Yo, yo no se que hacer.

Diana sonrió, mientras deslizaba sus brazos por el cuello de su pareja, tocando con sus manos el castaño pelo, haciendo leves masajes, intentando calmarla.

- Solo has eso que siempre quisiste hacerme.- La frase de Diana hizo hervir la cabeza de Akko, como si hubiera destapado una olla a presión que estaba en el fuego.

La japonesa trajo saliva y respiro profundamente, dándose las fuerzas necesarias para empezar.

Su primer paso esta vez fue besar a su novia, un beso dulce, suave, posando débilmente sus labios con los de ella, mientras pasaba sus manos por la cintura de su rubia amada.

El primer pasoWhere stories live. Discover now