"Confianza - Parte 3 - Final"

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- Ma-Más rápido - Suplicaba entre leves y suaves gemidos la brujita de pelo castaño.


Se encontraba en la cama de la habitación del hotel, cubierta solo por su ropa interior, mientras la bruja de pelo anaranjado, no paraba de rozar con su mano su centro por encima de su braga, a diferencia de Hannah, Amanda estaba completamente desnuda, deleitando con su figura a la castaña.

Llevaban ya casi una hora jugando, tentándose la una a la otra, dándose leves caricias y toques, mientras sus lenguas danzaban en una pelea por ver quien entraba mas adentro en la boca de la otra.

- Am-Amanda pue-puedes... - Intento formular la oración completa pero fracaso rotundamente la brujita castaña, estaba demasiado sensible y el leve rose de su compañera la hacia estremecerse.

Para su suerte, su novia entendió por completo que necesitaba, que suplicaba entre leves gemidos y con su respiración agitada, agradeció que ya lo pidiera, ella misma no aguantaba las ganas de tocar ese manjar envuelto en fluidos que se encontraba entre sus piernas.

Lentamente, acariciando las piernas de Hannah, llevo su mano hasta el vientre de esta y como dibujando sobre su piel deslizo la mano por debajo de su ropa, que se encontraba cálida y húmeda, debido al extenso juego que llevaban acabo.

Observo a su compañera cerrar sus ojos, esperando, esperando que tomara el siguiente paso y se adentrara a su centro, la vio morderse el labio inferior mientras introducía un dedo, juguetón, moviéndolo de arriba abajo sintiendo el latir de su carne por dentro, apretándoselo, como si la castaña no estuviera conforme con ese solitario visitante.

Volvió a introducir un segundo y un tercer dedo casi al mismo tiempo, haciendo que su amante se encrespara como un gato, soltando un fuerte gemido, seguido de una respiración pesada y agitada, mas que antes, aun mantenía los ojos cerrados, pero sonriendo por momentos mientras volvía a morderse el labio.

Amanda estaba extasiada, se deleitaba viendo los eróticos movimientos de las caderas de Hannah, guiándola, mostrandole el ritmo con el que quería disfrutar, su piel estaba cubierta por una fina capa de sudor, la hacia brillar ante la luz del cuarto, una vista completamente sensual y estimulante.

La castaña lo disfrutaba, se notaba, subía y bajaba su cuerpo empujando mas dentro suyo esos dedos, esos juguetones dedos, Amanda también lo disfrutaba, pero no tanto como su compañera, faltaba algo, si, aun había demasiada ropa cubriendo a su novia, movió su mano libre y levanto el brasier que cubría esos suaves y pequeños pechos, eran hermosos, no exuberantes ni monumentales, pero por las nueva, eran completamente deseables.

Se inclino hacia la brujita que movía sus caderas en un ritmo hipnótico y junto sus labios, besándola de manera desesperada, saboreando cada rincón de su boca, su lengua danzaba en su interior, casi queriendo llegar a su garganta, haciendo que Hannah respire fuerte y hondo para mantener el ritmo, se alejo dejando un hilo de saliva que se extendió a sus pechos. Volvió a bajar, pero esta vez atrapo uno de los pezones de Hannah, mordiéndolo con delicadeza para después jalarlo hacia arriba, haciendo que esta clavara sus uñas en su espalda, pero lejos de molestarla, esto la excito aun mas, volvió a morder el pezón y lo chupo como si fuera a extraer algo de el, podía escuchar las gemidos intensificarse, haciéndose mas fuertes, mientras el vaivén de su cadera se aceleraba.

Podía notarlo, su compañera no aguantaría mas, en ese momento Amanda tuvo una idea, algo que había querido probar hace tiempo. Retiro su mano de la mojada entrepierna de su novia, se dio el placer de saborear cada uno de sus dedos, ese amargo sabor de su novia le encantaba, la volvía loca, Hannah la observaba atenta, disfrutando como su amante se saboreaba con sus fluidos, esperando ansiosa que haría ahora.

La bruja pelinaranja tomo las caderas de su novia, atrayendola hacia ella, levando una de sus piernas y acomodando la propia por debajo de ella, haciendo que sus sensibles y mojados labios se rozaran, haciendo que ambas soltaran un gemido, con un nuevo tono, que dejo en las nubes a las dos.

Hannah poso sus manos detrás de su cuerpo, con toda la firmeza que podía, apretando fuerte la sabana para poder moverse libremente, Amanda hizo lo mismo, observo la provocadora y extasiada cara de su amante, sabia que su idea había sido genial y se reprocho no haberla aplicado antes. Comenzaron a moverse, en un principio torpemente, buscando dar con el ritmo de la otra. Era algo completamente satisfactorio y disfrutable, una sensación que hasta ahora no habían disfrutado.

Gemían entre respiraciones cortadas, se besaban callándose la una a la otra, sonriendo en ocasiones, sus nombres inundaban la habitación, sus caderas bailaban, con mas intensidad a medida que pasaba el tiempo. Hannah ya no aguantaba mas, quería acabar en ese mismo momento, dejo de sujetarse de las sabanas para colgarse del cuello de su novia, Amanda entendió rápido, ya era casi hora, rodeo con sus brazos la espalda de la castaña, aumentando la fricción entre ambas, no tardaron en llegar al clímax gimiendo con fuerza, casi al mismo tiempo, sintiendo los fluidos mezclarse entre sus vaginas, algo increíble, inmejorable.

Se dejaron caer en la cama, intentando recuperarse, Amanda envolvió en sus brazos a su novia, apretándola con fuerza, esta aprovecho para esconder su rostro rojo entre los pechos de su pareja, respirando agitada, mas que la pelinaranja.

- Eso, eso fue increíble.- Inicio Amanda mientras acariciaba la espalda de la castaña, haciendo círculos suaves, tratando de ayudarla a calmarse.

- Ca-Callate, arruinas el momento.- Contesto molesta Hannah.

Amanda solo sonrió y la abrazo aun mas fuerte, sabia que lo había disfrutado tanto como ella.


El primer pasoWhere stories live. Discover now